De Bozzo y otros circos…

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Por Marisela Ortiz*

Aun sin conocer a Laura Bozzo, puedo darme cuenta que su show carece de calidad y que no aporta nada positivo a la sociedad mexicana. ¡No me sorprenden sus “circos”, vaya! Y si eso es parte de su trabajo, simplemente lo respeto y no me meto con ella en absoluto. Entiendo que ella responde a un contrato que mantiene con la cadena televisiva que la tiene contratada y si quiere recibir su paga pues tiene que hacer lo que le ordenan sus patrones. Lo que sí me tiene muy asombrada es la facilidad con que caemos en los juegos del sistema.

Bastó menos de un día para que se reunieran miles y miles de firmas (más de 50 mil, creo) contra la presentadora peruana por simular ante cámaras el ser solidaria con las víctimas de las inundaciones en México, y no sólo eso, además ella fue casi crucificada, maldecida, odiada, y no sé cuántas cosas más. Se pide a gritos que la echen del país, con una intolerancia exacerbada.

No es que no esté de acuerdo con repudiar este tipo de actuaciones, de protagonismos que sólo buscan fama y dinero a costa del dolor, pintando, la ya de por sí horrenda realidad, de amarillo, con tal de ganarse unos pesos y más popularidad. Lo que me preocupa es que al entrar en ese juego, olvidamos que Laura no es la responsable de llevar alimentos, agua o medicina a la gente damnificada. Esa, es una labor que corresponde al gobierno. Y me pregunto: ¿Hubo igual fuerza para exigir la ayuda inmediata a quienes manejan el presupuesto? Las propias autoridades locales han señalado públicamente que se cansan de pedir ayuda a los gobiernos estatales y federal y no sólo no se las dan, se las niegan o aplazan. Con todos los recursos que se tienen, y a sabiendas de que el gasto público se utiliza para mañosada y media, no hay ayuda suficiente para la gente que quedó en desgracia y que a falta de apoyo están en aún en mayor riesgo, a causa de enfermedades, secuela de las tragedias y la falta de atención. Carecen de agua, ropa, refugio, alimentos y atención médica.

Yo no recuerdo que en la lucha contra el feminicidio y las desapariciones de mujeres se reunieran tantas firmas en tan poco tiempo para exigir al gobierno una acción que pusiera freno al problema y aportara soluciones, ni recuerdo ocasión en que alguien que haya organizado, obtuviera la participación de tanta gente, con tanta fuerza y de manera masiva, protestar por un alto a la violencia contra mujeres y niñas en Ciudad Juárez. Jamás quienes lo intentamos recibimos tremenda respuesta como en este caso. Ni antes ni ahora. Existen muchas personas y grupos que aplican todo su esfuerzo y hasta su dinero para emprender acciones grandes, y la respuesta jamás ha sido ni siquiera similar a la que resultó contra una extranjera que osó visitar los lugares de la tragedia con las manos vacías y simulando ser rescatista sin rescatar a nadie. Para simulaciones ¡nuestros gobiernos! ¿Y a ellos quiénes los repudia con ese ímpetu?

Todo esto me lleva a pensar que muchas personas gastan su energía, su tiempo y sus esfuerzos en los circos montados por el propio sistema, organizados quizá para hacernos olvidar que tenemos demasiado que exigir, demasiado que resolver; y dirigimos nuestra indignación, el coraje acumulado y el odio que sentimos hacia una persona que no es la correcta. ¡Qué se vaya Laura!! Que deje de hacer sus “panchos”, ¡ya basta de protagonismos! Sí. Pero por favor, seamos coherentes y analicemos con sensatez quiénes son los responsables de esa y otras problemáticas, de nuestras miserias. Veamos quiénes son los que deben remediar. ¿A quiénes debemos exigir y repudiar con todo nuestro coraje? Si fuera el caso, ¿a quiénes debemos expulsar del país por sus actos negligentes y corruptos? ¿Quiénes son los que simulan?

Miremos a nuestros gobernantes derrochando en estupideces, sin ocupar el dinero de nuestros impuestos en ayudar a quienes cayeron en desgracia. Sentados ahí, mirando y aplaudiendo que pudieron desviar la atención de la población hacia una persona a la que no le toca resolvernos ¡Nada!

Sigamos juntando millones de firmas. Gastando nuestras energías en odios y reclamos. Es muy justo y legítimo. Además de necesario. Pero por favor, ¡dirijámoslas a quienes corresponde! Digo, ¿no?

* Marisela Ortiz. Cofundadora de la organización no gubernamental, Nuestras Hijas de Regreso a Casa.

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