El Parlamento de Cuba aprobó el sábado una nueva ley de inversión extranjera con la que el Gobierno comunista de Raúl Castro busca atraer capital fresco para apuntalar sus reformas económicas. La ley ofrece agresivas ventajas tributarias a los inversores que coloquen su dinero en la isla, como una reducción a la mitad del impuesto a la ganancia y años de moratoria.
El vicepresidente del Consejo de Ministros, Marino Murillo, describió crudamente las necesidades de financiamiento de Cuba.
“Si alguien viene hoy y propone hacer inversión en la industria láctea, le va a faltar algo que es la vaca que de la leche”, dijo, según pasajes del debate retransmitidos por la televisión estatal.
“Hay que estimular que la inversión extranjera resuelva el problema estructural que tiene la economía”, dijo Murillo, el hombre al frente de las reformas, “no sólo en la industria sino también en la ganadería”.
La nueva ley, que busca fortalecer las garantías jurídicas para atraer inversores a una de las economías más cerradas del mundo, fue aprobada por unanimidad por la Asamblea Nacional en una sesión especial presidida por Raúl Castro, dijo la agencia estatal de noticias AIN.
El nuevo marco legal para la inversión extranjera llega en medio de una serie de reformas con las que Castro busca abrir progresivamente la economía de la isla.
En los últimos años los cubanos fueron autorizados a abrir pequeños negocios privados, en un esfuerzo por reducir el peso del Estado en áreas desde el comercio a la agricultura.
AIN describió la ley de inversión como “un instrumento de esencial interés de Cuba para consolidar su modelo económico y construir un socialismo próspero y sustentable”.
La legislación entrará en vigor en un plazo de 90 días.
Los incentivos
Cuba necesita atraer entre 2.000 y 2.500 millones de dólares anuales en capital, dijo el viernes el ministro de la Inversión Extranjera, Rodrigo Malmierca, durante los debates previos.
“Para que vengan hay que darles incentivos”, agregó.
La nueva ley reemplaza una de 1995, cuando el ex presidente Fidel Castro abrió algunas áreas de la economía a la inversión extranjera para sobrevivir al colapso de la Unión Soviética, su aliado y benefactor.
Funcionarios dijeron que la ley ofrece seguridad jurídica y garantías de no expropiación. Los inversores extranjeros podrán repatriar sus ganancias y vender sus participaciones en la isla.
Según el borrador del proyecto, la nueva ley reduce a un 15 por ciento el impuesto sobre las ganancias, que antes era de un 30 por ciento. Además, en la mayoría de los casos ofrecerá un período de gracia de ocho años para comenzar a tributar.
Pero analistas y diplomáticos extranjeros han expresado escepticismo respecto a la ley, alegando que no saben si se trata de un cambio real.
Las autoridades quieren inyectar capital en sectores como la agricultura, infraestructura, industria azucarera, el níquel y la construcción. La salud, la educación y defensa permanecerán exclusivamente en manos del Estado.
La ley permite que los emigrantes cubanos en Estados Unidos inviertan en Cuba, pero el ministro Malmierca dejó claro que no sería una prioridad.
“Cuba no irá a buscar inversión extranjera a Miami”, dijo, según AIN. “La ley no lo prohíbe, la política no lo promueve”.
Fuente: Reuters