Creará otra agencia con nuevas funciones y más ligada al control de la fiscalía general. ‘No se puede tener sitiada a la democracia con el miedo y la extorsión’, declara. Y acusa a parte de los servicios secretos de ‘bombardear’ el acuerdo con Irán de 2013
Con un pie fracturado, en silla de ruedas y vestida de blanco, la presidenta Cristina Fernández de Kirchner ha anunciado en una intervención de una hora en televisión la disolución de la Secretaría de Inteligencia (SI) por el escándalo del caso Nisman. “No se puede tener sitiada a la democracia con el miedo y la extorsión”, ha declarado Kirchner, que enviará al Parlamento un proyecto de ley para la creación urgente de una nueva agencia federal de inteligencia.
En su primera intervención en televisión desde que apareció muerto el fiscal Albero Nisman hace ocho días, la mandataria argentina ha acusado a una parte de los servicios secretos argentinos de estar detrás de una operación de desestabilización contra el gobierno que habría arrancado en 2013, cuando la Casa Rosada firmó un memorándum de entendimiento con Irán, y se ha agravado en las últimas semanas: “A partir de 2013, desde la ex SIDE (servicios secretos), ciertos integrantes comenzaron a bombardear el acuerdo (con Irán, firmado en enero de ese año)y fue entonces cuando se intensifica la serie de denuncias contra esta presidenta (…) Se desataron todos los demonios”.
La presidenta denunció hace unos días en una carta en Internet ser objeto de una operación de desestabilización en la que la muerte en extrañas circunstancias de Nisman sería la puntilla. Ahora, ha vinculado el descabezamiento de la cúpula de los servicios secretos que decretó en diciembre con esa supuesta operación impulsada”desde algunas oficinas del Estado nacional” tras la salida de algunos agentes veteranos contrarios al gobierno.
Por esa razón, Kirchner se ha propuesto disolver la actual Secretaría de Inteligencia y crear otra con nuevas funciones y más ligada al control de la fiscalía general. El proyecto de ley se tramitará por vía urgente. “Es una deuda pendiente de la democracia”, ha dicho Kirchner.
Acusación
Pocos días antes de morir, Nisman acusó a Kirchner de avalar una trama para la “fabricación de la inocencia” de los ex altos funcionarios iraníes acusados por el atentado en la mutual judía AMIA en 1994, que causó 85 muertos. “No me van a extorsionar ni a intimidar, no les tengo miedo”, ha declarado Kirchner.
Desde que estalló el escándalo, el gobierno acusó varias veces al ex jefe de Operaciones de los servicios secretos Antonio ‘Jaime’ Stiusso de haber instigado a Nisman a presentar la denuncia contra el gobierno. Kirchner ha insistido en que los supuestos agentes que el fiscal señaló en su denuncia como nexos entre el gobierno y el régimen iraní son en realidad agentes falsos denunciados por el propio Stiusso por “tráfico de influencias”.
Kirchner ha cargado contra todo el mundo, jueces, fiscales, periodistas (“medios de desinformación”), como cómplices de una supuesta estrategia de difamación contra un mandatario “como nunca se vio en la etapa de la democracia”.
Lagomarsino y ‘Clarín’
La mandataria ha fustigado también con dureza al colaborador de Nisman que le entregó la pistola con la que supuestamente se mató el fiscal. Para Kirchner, Diego Lagomarsino, el primer imputado en el caso, es “un feroz opositor al gobierno”. La mandataria reveló que el técnico informático es hermano de un importante ejecutivo de una sociedad ligada al Grupo Clarín, un medio de comunicación al que el gobierno ha relacionado en varias ocasiones con el caso.
Desde que el fiscal Alberto Nisman apareció muerto con un disparo en su cabeza hace ocho días, la mandataria sólo se había referido al caso Nisman a través de su cuenta de Facebook, en dos ocasiones, y en su página web oficial. La primera carta se divulgó un día después de que se conociera la muerte del fiscal que la había denunciado por supuesto encubrimiento de Irán en la causa AMIA. En ese artículo, titulado ‘AMIA. Otra vez: tragedia, confusión, mentira e interrogantes’, la presidenta sugirió que Nisman se había suicidado. Sin embargo, el jueves se mostró convencida de que al fiscal le habían matado o instigado a la muerte.
Fuente: El Mundo
