Por Francisco Javier Pizarro Chávez
La condición de trabajadores ilegales fuera de su país de origen, los hace sumamente vulnerables a los abusos y violaciones de los derechos humanos, lo cual a la par, constituye una de los desafíos mas relevantes de las políticas públicas en América Latina, entre ella México, y las electorales de los Demócratas y Republicanos de Estados Unidos.
Para Biden y Trump la contienda presidencial de ambos partidos a partir del próximo año el proceso migratorio les es relevantes para el reto presidencial, la consolidación del poder del partido demócrata y el republicano ya que en materia presupuestaria y la jurisdicción extraterritorial enfrentan ambos partidos para sortear
Los retos de la migración en México y Centroamérica son positivos y negativos para ambos candidatos presidenciales de Estados Unidos. En 2022, la migración en México estuvo conformada por 61 % de hombres, 23% de mujeres, 9 % de niños y 7% de niñas. A partir de entonces la migración en México no se puede entender sin la omnipresente supervisión de Estados Unidos al Norte.
Cuando Trump era presidente en boga, impuso bordear los 3 mil kilómetros de la frontera de nuestro país. Los migrantes mexicanos disminuyó de 12,42 millones a 11.19. No obstante la población inmigrante en territorio mexicano aumentó en un 123%.
La Organización Internacional para la Migraciones (OIM) de las Naciones Unidas (ONU), definió el martes pasado, que “el panorama migratorio de México” en lo que va de este año (2023) la línea de trabajo vertebrada por la “resiliencia”; “abordar los impulsores adversos de la migración” en torno a factores como la pobreza, violencia y desigualdad; facilitar formas de “migración segura, ordenada, digna y regular” y “acciones para fortalecer la gobernanza migratoria en México” y “apoyar al Gobierno del país en el cumplimiento de sus compromisos establecidos en los contextos nacionales, regionales y globales”.
En concreto. “México a suscrito varios tratados internacionales para “enfrentar el desafío de los procesos migratorios”. El perfil migratorio está cambiando, por más que los partidos opositores y empresas neoliberales, lo critiquen.
Países centroamericanos (Honduras, El Salvador y Guatemala) ya no son los únicos en expulsar a su población. Ahora suman “niveles sin precedentes de personas migrantes que llegan por tierra a México cruzando a través de la República Bolivariana de Venezuela, Cuba, Nicaragua, Colombia, Ecuador, Haití e incluso desde países de África, Asia y Europa (incluyendo a Rusia y Ucrania), según señala y difunde la Organización Internacional de la Migraciones.
Pero no sólo eso. El informe de la OIM en los 11 meses del año pasado revela textualmente que “el deterioro de las condiciones socioeconómicas y políticas en Nicaragua y Cuba, también han llevado a un aumento en la cantidad de personas que han desistido esos países, con 36 mil eventos de personas de Nicaragua y 38 mil personas cubanas en situación migratoria irregular, registrada por la autoridad migratoria de México.
La OIM señala que estos flujos no dependen solo de los hombres jóvenes, sino también de un gran número de mujeres embarazadas y lactantes; niños y niñas y adolescentes; personas indígenas, personas con algún tipo de discapacidad y enfermedades crónicas, personas lesbianas, gay, bisexuales, transexuales y otras poblaciones que a menudo enfrentan situaciones de vulnerabilidad”.
En 2022, la migración en México estuvo conformada por un 61% de los hombres, 23% de las mujeres, 9% de los niños y 7% de las niñas, según la clasifica la OIM. Los cambios en las políticas de EEUU, han causado impactos significativos en la situación migratoria en México y en toda la región.
La OIM menciona que el “Titulo 42”, es una polémica norma instaurada por el expresidente Donald Trump durante la pandemia del coronavirus. Bajo la excusa de la previsión sanitaria, expulsa en caliente a los migrantes que llegaban irregularmente a territorio estadounidense. Pese a ello, el actual presidente Joe Biden ha intentado en varias ocasiones derogarlas. Sin embargo, “se ha topado una y otra vez con las negativas de los tribunales”, al igual que AMLO.
Desde marzo de 2020 al 31 de diciembre de 2022, Estados Unidos ejecutó a 2,548.284 deportaciones bajo el titulo 42 y otras 2,539.990 expulsiones bajo el Titulo 8, otra norma de similar calado.
Solo en 2022, la policía fronteriza estadounidense realizó 2.578.184 detenciones de migrantes –31% eran mexicanos–. México, por su parte, un 19% menos que el año anterior. Registro 106.008 expulsiones en 2022, revela la OIM.
La OIM también ha señalado el importante papel de las “remesas”, que en 2022 vio los números más altos “Jamás registrados en México, llegando a más de 58000 mil millones de dólares, según datos del Banco de México.
Veremos y diremos cual es lo cualitativo y cuantitativo de la crisis migratoria de Estados Unidos y México en lo que resta de este año (2023) y se consolida el 2024, sobre todo, en la política presidencial de ambas naciones.
(Fuente informativa El País México)