El año pasado hubo una diferencia entre los ingresos de los hogares más ricos y los más pobres de 154 mil pesos; 5 mil 764 pesos más que en 2014, según un análisis de Oxfam México. Como muestra de ello, la organización dijo que los cuatro hombres más ricos del país controlan recursos públicos que fueron privatizados y que, por algún tiempo, gozaron de poder monopólico.
¿De cuánto es la diferencia monetaria entre lo que ganan los hogares más pobres y los más ricos de México?
Según un análisis de Oxfam México, el año pasado hubo una diferencia de 154 mil pesos; 5 mil 764 pesos más que en 2014.
Al dividir a los hogares mexicanos en 10 partes iguales, el decil más bajo ganó 6 mil 288 pesos al trimestre, mientras que el decil más alto ganó 160 mil 820 pesos.
“Cuando tienes una concentración tan alta del ingreso es imposible que no se formen grupos de interés para defender esas rentas”, explicó Diego Vázquez, gerente de Investigación de Oxfam México, en un encuentro con medios de comunicación.
“Si el Gobierno quiere invertir más en servicios públicos para beneficiar a todos, sobre todo a los más vulnerables, va a haber resistencias”.
La organización estimó, con base en la diferencia de ingresos entre 2014 y 2016, que la brecha entre ambos deciles seguirá creciendo durante los siguientes 120 años, hasta que, en el año 2137, la tendencia empiece a invertirse.
Esto implicará que la clase media seguirá siendo la principal responsable del pago de impuestos y de asegurar servicios públicos para el resto de la población, agregó.
Vázquez criticó que miembros del decil más alto no obtuvieron sus recursos por méritos, sino por un sistema de privilegios que les dio poder económico y político.
Por ejemplo, señaló, los cuatro hombres más ricos del País controlan recursos públicos que fueron privatizados y que, por algún tiempo, gozaron de poder monopólico.
Oxfam llama “desigualdad absoluta” a la brecha entre el decil I y X; sin embargo, también utiliza el Coeficiente de Gini, medida en donde el valor 1 equivale a la desigualdad máxima.
En 2008, el Coeficiente fue de 0.4739, el cual disminuyó a 0.4625 para 2016.
Dicha “desigualdad relativa” muestra que hubo una disminución en la desigualdad en el País, lo cual parece contradictorio con el aumento de la brecha entre el ingreso de los más ricos y los más pobres.
“Cuando tú tienes una distribución con ingresos tan extremos, tan dispares, un aumento porcentual pequeño en la parte alta es mayor a un aumento alto en la parte baja”, detalló.
La organización alertó que la desigualdad en México sigue siendo significativamente alta, por lo que se necesitan políticas fiscales, sociales y políticas urgentes para reducirla.
Durante un evento con algunos medios, Vázquez subrayó que, al ritmo actual, la brecha de la desigualdad en México tardará 120 años en revertirse. “Revertirse” no significa que los más pobres tendrán un ingreso similar a los más ricos; quiere decir que la brecha empeorará hasta el año 2137 y que a partir de esta fecha empezará a reducirse.
Según el informe de Oxfam, entre 2012 y 2016, los hogares mexicanos que integran los deciles séptimo, octavo y noveno –los que ingresan entre 13 mil y 22 mil pesos mensuales– sufrieron una reducción de su ingreso corriente, y ello sin tomar en cuenta la inflación ni la depreciación del peso.
En materia de desigualdad, “la película no ha cambiado en décadas”, deploró el investigador.
Luego sostuvo que la extrema desigualdad refuerza el poder del reducido grupo de mexicanos que acapara la mayor parte de la riqueza del país y “capturó” al Estado mexicano para mantener sus privilegios y pagar impuestos irrisorios.
También recordó que la fortuna de los cuatro hombres más ricos de México –Carlos Slim Helú, Germán Larrea, Alberto Bailleres y Ricardo Salinas Pliego– tiene su origen en la privatización o la concesión de sectores de la economía regulados y de su colusión con la élite política.
Ante este panorama desalentador, Vázquez insistió en la necesidad de reponer el tema de la desigualdad en el centro de la agenda pública, con miras a la determinación del presupuesto federal para el año entrante.
Igual estimó que la reducción de la desigualdad en México pasa por mayores captaciones de impuestos a los más ricos, un incremento de las inversiones en sectores clave como la educación y salud públicas, así como un aumento del salario mínimo.
Fuente: Reforma/ Apro