Congreso paraliza gobierno de Obama

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El Gobierno de Estados Unidos implementó un paro de actividades por primera vez en 17 años en las primeras horas de hoy, luego de que el Congreso permaneciera dividido con respecto a la iniciativa de atención médica del presidente Obama y no llegara a un acuerdo para financiar a las agencias federales para el nuevo año fiscal.

Aunque el país mantendrá los “servicios mínimos”, el desacuerdo político congela temporalmente los empleos de cientos de miles de funcionarios federales.

“Tendrá enseguida un impacto real en la gente corriente (…) Será como arrojar una llave inglesa contra los motores de nuestra economía, justo cuando esos motores empezaban a moverse”, protestó anoche el presidente Barack Obama.

El “apagón” del Gobierno federal estadounidense lleva a que las agencias que se hacen cargo de las fronteras y las aduanas del país funcionen con 12 por ciento menos de su personal.

De acuerdo con información del plan de contingencia 2013 del Departamento de Seguridad Interna, Aduanas, la Patrulla Fronteriza y la DEA tienen que trabajar sin el personal considerado no indispensable para su funcionamiento.

Se mantendrá la tramitación de visas, así como la actividad de embajadas y consulados de Estados Unidos, informó el Departamento de Estado.

El cierre significa que 800 mil empleados federales no asistirán a laborar hoy.

Los parques nacionales y los museos, además de la mayoría de las oficinas federales, cerrarán sus puertas.

Decenas de miles de controladores de tráfico aéreo, guardias de prisiones y agentes de la patrulla fronteriza deberán trabajar sin pago.

Y muchas audiencias del Congreso –incluyendo la programada para hoy sobre el tiroteo en un edificio de la Marina– serán pospuestas.

Horas antes del límite de la medianoche, la Cámara Baja republicana votó 228-201 a favor de aprobar su tercera propuesta en dos semanas para financiar al Gobierno. Como en los planes anteriores, la intención era limitar la Ley de Atención Asequible, esta vez mediante el retraso de la aplicación del “mandato individual”, piedra angular de la ley que obliga a todos los estadounidenses a obtener algún seguro médico.

La nueva medida también buscaba dejar a legisladores y sus asistentes sin las prestaciones de salud gubernamentales con las que han contado por tanto tiempo.

El Senado Demócrata rápidamente rechazó ese plan con una votación de 54-46. El líder de la mayoría del Senado Harry M. Reid (demócrata por Nevada) conminó al presidente de la Cámara Baja John A. Boehner (republicano por Ohio) a que abandonara el ataque contra la ley de atención médica y aprobara una iniciativa sencilla para impedir el cierre del Gobierno. De lo contrario, advirtió Reid, “la responsabilidad de este cierre de Gobierno republicano recaerá por completo en él”.

Boehner se negó a ceder. Por el contrario, convocó a la reunión de un comité especial que en los próximos días resolvería las diferencias entre los dos partidos, dejando el destino de millones de trabajadores federales y los servicios que proporcionan en el limbo.

Sin embargo, Reid rechazó el plan de la Cámara Baja de designar voceros para negociar tanto en la Cámara Baja como en el Senado con respecto a un nuevo plan de gastos a corto plazo.

“No negociaremos con una pistola a la cabeza”, dijo Reid. “Los republicanos siguen con juegos”.

Reid añadió que los republicanos están provocando el cierre de gobierno, “porque no creen en el gobierno, y mañana será un mal día para el gobierno y un día de celebración en la Cámara Baja”.

Reid insistió en que la Cámara Baja primero deberá aprobar una resolución “limpia” de seis semanas sin ningún punto que restrinja o deje sin fondos a la nueva ley de atención médica.

Sin embargo, Obama advirtió que la economía en general, que finalmente empieza a recuperarse de los problemas de los últimos seis años, recibiría un golpe considerable si la paralización del Congreso se extendiera “al mayor empleador de Norteamérica”.

Fuente: The Washington Post vía El Diario

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