Por Ramón Alberto Garza
Lo que exhibe es que en México, los nombres de los grandes tenedores del dinero son cada vez menos empresarios privados y más funcionarios públicos
El político hijo del legendario creador del llamado Grupo Atlacomulco, la secta política a la que pertenece el presidente Enrique Peña Nieto….
El empresario y cabildero empresarial ligado al expresidente Ernesto Zedillo, que fue beneficiario de multimillonarios contratos con Pemex y con las Fuerzas Armadas…
El ex secretario particular de Alfredo del Mazo cuando fue gobernador del Edomex y secretario de Energía, además de ser 10 años director de la CFE, desde la administración Zedillo hasta la de Calderón….
El ex jefe de la oficina de la presidencia de Ernesto Zedillo, cuestionado secretario de Comunicaciones, expulsado por comprometedoras grabaciones del gabinete de Felipe Calderón y arropado por Carlos Slim como director de la Bolsa Mexicana de Valores…
El hermano del ex jefe de Gobierno del Distrito Federal, que fue ejecutivo de la multinacional Walmart, cuestionada hace pocos años por los dudosos permisos de uso de suelo de sus tiendas en la ciudad capital…
Esa es solo una muestra de los personajes que aparecen en la lista del proyecto de investigación periodística liderado por el Consorcio Internacional de Periodistas Investigadores (ICIJ) con sede en Washington.
Un proyecto de altos vuelos auspiciado por medios como Le Monde, en Francia, y el involucramiento de Univisión Investiga, para detectar fortunas de políticos y empresarios depositadas en el extranjero.
La investigación se centró en clientes de la filial suiza del banco HSBC, el mismo donde hasta antes de entrar al gabinete de Peña Nieto despachaba como ejecutivo Enrique de la Madrid Cordero, hijo del ex presidente del mismo nombre.
Las revelaciones pueden tener distintas explicaciones y no indica necesariamente que los fondos depositados en el banco suizo sean de procedencia ilícita.
Lo que exhibe es que en México, los nombres de los grandes tenedores del dinero son cada vez menos empresarios privados y más funcionarios públicos.
Lo vemos a diario en los periódicos y las revistas que exhiben la vida del jet set mexicano.
Antes, los favoritos de esas páginas eran prominentes hombres de empresa y sus familias. Hoy son los hijos y las esposas de políticos y funcionarios del primer nivel.
Son personajes públicos –secretarios, gobernadores, senadores, diputados– que viven de lo que presuntamente cobran del erario y que no debe ser superior a los 250 mil pesos que gana el presidente.
Los mismos que luego aparecen administrando fondos de inversión, consultorías multinacionales, viajando en jets de su propiedad, con yates donados por proveedores y sus Ferraris a la puerta.
Y por supuesto, algunos en las listas como la de la filial suiza de HSBC.
¿Habrá en la investigación de ICIJ algún “conflicto de interés” que deba investigar el novicio Virgilio Andrade?
Fuente: Reporte Índigo
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