¿Coincidencias?

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Por Luis Javier Valero flores

¿Por qué sera que en algunos de los más emblemáticos asesinatos aparecen, una y otra vez, las más extrañas coincidencias? ¿Y que luego éstas se encadenen?

Tal ocurre en todo lo relacionado con el homicidio de Armando Rodríguez Carreón (El Choco), -reportero asignado a la fuente policiaca de El Diario de Juárez durante muchos años-, crimen que a seis años de ocurrido (13 de noviembre de 2008) aún no se esclarece.

Son muchas las coincidencias, muchas las dilaciones, y varios los asesinatos -o decesos- de personas relacionadas con el caso.

Violenta e inopinadamente, el viernes 5 de diciembre anterior, un grupo de policías estatales, armados como si acudieran a un muy peligroso operativo, portando armas largas, irrumpió en el sepelio de Julio Gómez Castañeda, apodado “El Junior”.

Sin orden de aprehensión, prácticamente secuestraron al hijo del occiso. Ante el justificado enojo de los asistentes y su activa oposición, en especial de la madre del hijo, la viuda que lloraba a su marido, los policías dispararon sus armas (probablemente al aire, aunque nadie lo asegura) y se llevaron violentamente al joven quien, además, es ciudadano estadounidense.

“Él no fue detenido, sólo declaró y se le dejó en libertad”, aseguró el portavoz de la Fiscalía, Arturo Sandoval Figón.

¿Quién tenía tanta prisa por llevárselo? ¿Por qué recurrir a tan extrema acción si sólo se trataba de una orden de presentación en el curso de la investigación de la muerte de su padre? ¿Por qué no se esperaron al término del sepelio?

Por pura coincidencia, el occiso se había “suicidado” en uno de los penales chihuahuenses certificados, acusado de ser el jefe de una banda de extorsionadores en Juárez, y había sido señalado, -otra coincidencia- años atrás, en varias declaraciones de otros detenidos, de ser el autor material del asesinato de Armando Rodríguez.

¿No son muchas coincidencias estos hechos? ¿Acaso se intenta impedir se sepa el nombre (s) de los verdaderos autores intelectuales del homicidio del Choco?

Gómez fue señalado por el ex policía municipal Hugo Valenzuela Castañeda, de ser el asesino del Choco. Dio dos características difíciles de olvidar respecto de Gómez: La ausencia de la oreja izquierda y las cicatrices causadas por el acné.

Coincidentemente, “fue asesinado el 8 de julio de 2010 en el interior de su celda en el Cereso Estatal, donde estaba preso por robo de vehículo; el crimen fue cometido casi un mes después de que declaró contra El Diego”.

Otra coincidencia. Nadie reportó la ausencia de la oreja izquierda de Gómez al momento en que fue detenido, característica tan destacada que serviría para investigar si en algunos otros hechos criminales aparecía tal descripción. No, sólo se supo de ello hasta que se “suicidó” en el interior de una celda de uno de los penales “certificados” que tenemos en la entidad.

Y a pesar de tener ese señalamiento, cuando fue detenido recientemente por el delito de extorsión, ninguna autoridad lo ubicó como el presunto asesino del Choco.

El fiscal general, Jorge González Nicolás, al ser interrogado sobre el caso, a pesar de haberse desempeñado largo tramo como coordinador de la Defensoría Pública y luego como Fiscal General de la Zona Norte, dijo no tener esa información “conmigo”, ni recordar las características señaladas atrás. (Nota del staff, El Diario, 5/XII/14).

Y esas declaraciones son alrededor de, sin duda, el crimen más lamentable que el gremio periodístico chihuahuense haya -hayamos- sufrido en los últimos 6 años; no porque los otros ocurridos tengan menor importancia, sino porque éste derivó del ejercicio periodístico sin duda alguna.

Durante el velorio de Gómez los reporteros recogieron varios testimonios de amigos y familiares del occiso, ninguno pudo afirmar que tuviese motivos para suicidarse.

Sin embargo, “de manera extraoficial se conoció que dos días antes de su fallecimiento fue amenazado de muerte”. (Ibídem).

“Elementos de la Policía Ministerial Investigadora irrumpieron en el cementerio Jardines del Recuerdo durante el servicio funerario del supuesto líder de una banda de extorsionadores, José Julio Gómez Castañeda y arrestaron a su hijo, un estadounidense identificado como Eduardo Gómez, además de causar terror entre los familiares. Asistentes al sepelio grabaron discretamente la intrusión con un teléfono celular y la difundieron”. (Ibídem).

“El reo que presuntamente se suicidó el martes pasado en el Cereso Estatal 3, José Julio Gómez Castañeda, apodado “El Junior”, sujeto a proceso penal por el delito de extorsión, fue identificado como el autor material del crimen del periodista Armando Rodríguez Carreón, informó en forma extraoficial personal de la Fiscalía General del Estado (FGE). Pese a que el supuesto líder de una banda de extorsionadores estuvo detenido desde el 15 de junio del 2013, ni la Fiscalía estatal ni la de Atención de Delitos Cometidos contra la Libertad de Expresión (FEADLE) ejercitaron acción penal en su contra, aun y cuando era señalado por tres testigos como el presunto homicida de “El Choco” en la carpeta de investigación 28882/08-2104.

Entre los testimonios que lo incriminaban destaca el de Juan Alfredo Soto Arias, apodado “El Arnold”, y quien identifica a “Julio Gómez” o “Julio Torres” como la persona que disparó contra Armando, ya que él declaró haber presenciado el crimen. Oficialmente el Ministerio Público Federal no determina que Gómez Castañeda fuera el homicida de Armando Rodríguez Carreón y tendrán que agotar diversas diligencias para llegar a esta conclusión. El caso sigue abierto”. (Nota de Luz del Carmen Sosa, El Diario, 03 diciembre 2014).

Otra “coincidencia. En 2013, “Laura Borbolla Moreno, titular de la FEADLE, declaró a El Diario que “Julio Gómez”, señalado como el asesino material del periodista Armando Rodríguez, había muerto (El Diario, 13 de noviembre 2013) aún y cuando carecía de un certificado de defunción que avalara el fallecimiento del supuesto homicida. Ayer la titular de la FEADLE, dijo vía telefónica a El Diario, que como resultado de las propias investigaciones realizadas y las entrevistas hechas a varios implicados, tuvieron conocimiento de la ubicación de Gómez Castañeda a través de Plataforma México”. (Ibídem).

Con ese antecedente, el Ministerio Público Federal “solicitó hace 15 días una entrevista con el interno del Cereso Estatal 3 para declararlo en torno al homicidio del periodista. Gómez Castañeda de inicio accedió al interrogatorio, sin embargo, luego cambió de parecer y se negó a salir de su celda y ahora tuvieron conocimiento de que se suicidó, dijo la fiscal”. (Ibídem).

Los señalamientos en contra de Julio Gómez, contenidos en las actas ministeriales, cuya autoría es de Hugo Valenzuela Castañeda, fueron citados textualmente en la nota citada: “Al periodista al que le decían El Choco lo mandó a matar “El 11” o Evaristo Rodríguez, cuñado de El Diego. El motivo de la muerte de El Choco fue por hacer muchas notas periodísticas en contra de La Línea…. El que materialmente mató a El Choco fue un individuo que le dicen El 6 o El Junior (Julio Gómez). En este homicidio participó El Arnold o El 7 en calidad de ‘halcón’ quien es amigo del Junior y a quien le falta la oreja izquierda. El Junior también habla por teléfono para extorsionar a los dueños de los comercios… El Junior se llama Julio y yo lo tengo en mi agenda con el contacto de Preciado”. (Ibídem).

Nada ocurrió en el pasado para esclarecer el asesinato de Armando Rodríguez y todo apunta a que eso continuará, en una larguísima secuencia de coincidencias que llevará a que uno de los asesinatos que más estremeciera a la sociedad juarense, y que más impactara a un muy grande conjunto de medios de comunicación, en el país y en el extranjero, permanezca impune, como la mayoría de los homicidios ocurridos en el período del 2008 al 2011…

Y siguen…

Las falacias de la tarifa del Vivebus— Y por extensión al transporte urbano en toda la entidad. Las autoridades gubernamentales, para eludir las manifestaciones de los choferes y concesionarios ligados a la CTM, argumentaron que la fijación de las tarifas de las rutas alimentadoras quedaría al arbitrio del Consejo Consultivo de Transporte y que las de la ruta troncal al del Gobierno del Estado.

La ley establece la composición del mentado Consejo.

Lo integran 27 personas, de ellos, 12 son funcionarios de alguna dependencia del Gobierno del Estado, a los que deberemos sumarle al Presidente de la Mesa Directiva del Congreso de Chihuahua, Rodrigo de la Rosa, es decir, son 13, cuyo jefe, burocráticamente hablando, es el Gobernador del Estado.

Luego, los dirigentes de las secciones sindicales del magisterio, dos votos más para el gobierno.

Enseguida, el súmmum, “hasta 3 representantes de las organizaciones de transportistas” ¡elegidos por el secretario!.

Tres más, lo que hace un total de 18 a favor del Gobierno; y el rector de la UACH, que no ha tenido indicio de votar en sentido adverso al gobierno, al contrario.

Total, de 27 miembros, el gobierno tiene 19 votos seguros ¡Ah, y dos diputados más, elegidos por el Congreso; de los cuales por lo menos uno votará con la mayoría!

¿Cuál consulta ciudadana si los restantes cinco son dirigentes de organismos empresariales?

¿Para qué se miente tan descaradamente? ¿Porqué no decir, simple y sencillamente que no habrá aumento en las tarifas o que permitirán a los concesionarios, una vez más, elevar las tarifas?

¿A quién convencerán, en caso de aumentarlas -lo que sería catastrófico para los usuarios y también para el Gobierno, puesto que se asumen como elementos activísimos de su partido, el PRI, justamente en el momento que se inicia el proceso electoral- diciendo que el “gobierno no elevó las tarifas de la ruta troncal y que el Consejo Consultivo decidió elevar las de las rutas alimentadoras”?

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