Sean Parker, una de las primeras figuras que construyó a Facebook, arremetió esta semana contra la empresa que ayudó a edificar y en la que tuvo un papel crucial.
Parker se describió a sí mismo como “un objetor concienzudo” ante las redes sociales en una entrevista que concedió a Axios, asegurando que la empresa está diseñada para “explotar la vulnerabilidad de la psicología humana”.
“Ese proceso trata realmente de ver “la manera en que podemos consumir la mayor parte del tiempo de las personas y tener su atención consciente tanto como sea posible” dijo Parker.
“Eso significa que necesitamos darle una especie de dopamina de vez en cuando porque a alguien le gustó o comentó sobre una foto o hizo un comentario o lo que sea… Es un círculo que retroalimenta la validación social”.
Parker comentó que él, Mark Zuckerberg, el fundador de Facebook y el director general de Instagram, Kevin Systrom, estaban conscientes de esa explotación, pero siguieron adelante.
También admitió que cuando estaba ayudando a que creciera Facebook con su asesoría, no estaba seguro si entendía las consecuencias de lo que podría pasar cuando aumentara la red a 2 billones de personas, que actualmente están en la plataforma.
Parker, quien se convirtió en alguien de renombre en la tecnología con el programa Napster, que compartía archivos, tuvo contacto con la empresa desde sus primeros días en la profesión.
Fue personificado en la película “La red social” por Justin Timberlake, presentó a Zuckerberg con el primer inversionista de Facebook, el titán de Silicon Valley, Peter Thiel, quien eventualmente se convirtió en un donador de la campaña del presidente Trump y que financió la demanda del luchador Hulk Hogan contra la publicación Gawker.
Actualmente, Facebook está enfrentando el escrutinio sobre dudas importantes acerca de cómo puede afectar la democracia, junto con otras empresas de tecnología.
Destacados abogados de Facebook, Twitter y Google declararon la semana pasada ante varios comités del Congreso que investigaron a las empresas sobre la manera en que los rusos utilizaron sus plataformas para interferir en la elección presidencial del 2016.
Fuente: El Diario