Ante las acusaciones en su contra por enriquecimiento ilícito, el gobernador de Chihuahua, César Duarte Jáquez, se dijo víctima de una campaña de linchamiento por parte de sus detractores políticos. Lo cierto es que en la campaña el ahora gobernador electo, Javier Corral, ofrecio que metería a la cárcel a Duarte a quien acusa de corrupción y enriquecimiento ilegal.
VER: Denise Maerker acorrala a Duarte con acusaciones de corrupción
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Aludido en el mensaje que dio la presidenta nacional interina del PRI, Carolina Monroy del Mazo, –al advertir a sus gobernadores que el partido no respaldará ningún hecho alejado de la ley ni apoyará actos que contravengan o dañen la vida de las familias–, afirmó que una vez concluido su periodo dará a conocer el estado de la administración.
“Perfectamente lo haré, lo que tenemos que hacer es evitar la crispación que se ha generado en este tema, un ambiente de linchamiento, en el que desgraciadamente hemos sido objeto”, expresó.
Agregó que los tiempos que vive México y el mundo requieren de una mejor comunicación y transparencia de los funcionarios. “Pero evitar que sólo señalamientos o infundios o hasta linchamientos públicos se den y mucho menos éstos sean utilizados para ganar las elecciones”, reprochó.
También reprochó el estado de la legislación electoral que, dijo, permite levantar infundios: “Tenemos una ley electoral aberrante, en el que permite con todo libertinaje a cualquier persona señalar lo que se le ocurre. Y a la autoridad o al funcionario, por la veda electoral se le está prohibido hablar o defenderse y esa es una verdadera violación a los derechos”.
Duarte Jáquez se dijo “perfectamente tranquilo”, ya que los señalamientos en su contra “han sido falsos y han sido tantos y por tanto tiempo que hasta ellos mismos ya se los creyeron. La verdad es que a mí me apena ver la serie de señalamientos sin fundamento que se han venido dando”.
Además, aseguró que no tiene problemas para la entrega-recepción de la administración, pero por el momento, dijo, no se purde llevar a cabo porque hay una impugnación a la elección de gobernador planteada por el PRI.
“Yo no tengo ninguna resistencia a entregar a lo que por ley y en su momento le corresponde a quien deba de recibirlo. Yo no he tenido ninguna posición de descalificación, al contrario, reitero la apertura que existe, está abierta la puerta, estamos listos para el diálogo”.
Fuente: Proceso/ Tiempo