Los catalanes celebraron el jueves de forma multitudinaria su día nacional, con la esperanza mayoritaria de poder llevar a cabo un referéndum de autodeterminación el próximo noviembre pese al rechazo frontal del Gobierno español. Centenares de miles de personas con banderas regionales (“senyeras”) e independentistas (“esteladas”) ocuparon dos vías principales del centro de Barcelona formando una V (de Votar, Voluntad, Victoria) con los colores de la bandera de Cataluña.
La movilización se produce una semana antes de una consulta similar en Escocia que muchos catalanes ven con envidia y esperan que sirva para impulsar su propio proceso soberanista. “Creo que Escocia va a ayudar a Cataluña. Queremos tener nuestra voz, queremos ser oídos. Sólo queremos expresarnos, y creo que lo lograremos, es lo que espero”, dijo una de las participantes, Neus Hidalgo, a Reuters.
La marcha refleja el crecimiento del sentimiento independentista tras unos impopulares recortes de gasto público y una recesión que han dejado un 20 por ciento de desempleo en una región con grandes cotas de autonomía y que representa una quinta parte de la economía española.
El presidente de la Generalitat, Artur Mas, respondió al clamor popular el año pasado convocando un referéndum de autodeterminación para el 9 de noviembre y que, según los sondeos, quiere realizar el 80 por ciento de los catalanes.
“(Pido) que las instituciones del Estado y especialmente el Gobierno español cojan bien el pulso de la sociedad catalana. (..) No es un pulso que se le hace al Estado, es un clamor de una gran parte de la sociedad catalana”, dijo Mas el jueves.
Pese a su carácter no vinculante, el Gobierno español, encabezado por Mariano Rajoy, considera esa consulta ilegal y ha anunciado que planteará un recurso ante el Tribunal Constitucional si el Parlamento catalán aprueba el 19 de septiembre una ley de consultas para llevarla a cabo.
El apoyo a la independencia ha crecido en Cataluña hasta cotas que rondan el 50 por ciento si se hace la media entre las dos preguntas que quiere plantear la Generalitat: “¿Quiere que Cataluña sea un estado? Y en caso afirmativo, ¿quiere que ese estado sea independiente?”.
“Sería un éxito que nos dejaran votar, porque si estamos en democracia deberíamos poder. Otra cosa es que la gente vote sí o no a la independencia”, dijo a Reuters Montserrat, ama de casa de 58 años en el centro de Barcelona.
Fuente: Reuters