La administración de Trump dio a conocer una lista de prioridades migratorias el domingo que amenazan con descarrilar los esfuerzos para proteger de la deportación a cientos de miles de inmigrantes jóvenes, muchos de los cuales fueron traídos a Estados Unidos de manera ilegal cuando aún eran menores.
Las exigencias incluyen una reforma del sistema de visas de residente del país, la contratación de 10 mil oficiales adicionales de inmigración y la construcción del tan prometido muro del presidente Donald Trump a lo largo de la frontera sur. Muchas de estas son medidas que según los demócratas habían dicho explícitamente que no podían estar en la mesa de discusión.
Pero los funcionarios de la administración de Trump dijeron que el presidente insiste a que éstas sean aprobadas a cambio de dar apoyo a la legislación que extenderá el programa de Acción Deferida para Personas que Arribaron al País siendo aún Menores, o DACA.
“Estas prioridades son esenciales para mitigar las consecuencias legales y económicas de cualquier tipo de subsidio o estatus para los beneficiarios del DACA”, según dijo el director de relaciones legislativas de la Casa Blanca, Marc Short, a los reporteros. “Pedimos que estas reformas sean incluidas en cualquier legislación que concierne al estatus de los beneficiarios del DACA.”
Puesto en vigor bajo el mandato del presidente Barack Obama, el DACA dio protección a cientos de miles de jóvenes de la deportación y les permitió que continuaran trabajando de manera legal en Estados Unidos. Trump anunció una eliminación gradual del programa el mes pasado, pero le ha dado al Congreso seis meses para idear una solución legislativa.
Incluido en la lista de exigencias: Limitar las visas de residente a familiares a sólo los cónyuges e hijos menores de ciudadanos estadounidenses y de residentes permanentes legales, junto con la creación de un sistema a base de puntos.
La Casa Blanca también dijo que quiere aumentar las tarifas en los cruces fronterizos, hacer que sea más fácil deportar a miembros de pandillas y menores que viajan sin sus familiares, y reformar el sistema de asilo político. Y quiere nuevas medidas para implementar una mano dura en contra de las “ciudades santuario”, las cuales no comparten información con las autoridades federales de inmigración, entre otras propuestas.
Los demócratas se oponen vehementemente a muchas de estas exigencias incluidas en la lista de la administración.
En un comunicado en conjunto, la líder demócrata de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, y el líder demócrata del Senado, Chuck Schumer, dijeron que la lista “sobrepasa lo que se considera como razonable” y “no logra representar ningún intento por aceptar un acuerdo mutuo”.
“La administración no puede tomar en serio ningún tipo de acuerdo o ayudar a las Dreamers si comienzan con esta lista que es un anatema para los Dreamers, para la comunidad inmigrante y para la vasta mayoría de los estadounidenses”, según escribieron.
“Si el presidente habla en serio sobre proteger a los Dreamers, su personal no ha hecho un esfuerzo de buena fe para hacer tal cosa”, según dijeron.
El representante Joaquín Castro, demócrata de Texas, acusó a la administración de intentar “utilizar a los Dreamers como elemento para negociar con el fin de lograr las metas de detención y deportación de la administración”.
“El Congreso debe rechazar esta torcida lista de deseos anti-inmigratorios”, dijo, agregando que: “Los inmigrantes son seres humanos; debemos elaborar medidas para tratarlos como tal”.
Doug Andres, vocero del presidente de la Cámara de Representantes Paul Ryan, dijo que el grupo de la cámara que trabaja en materia de inmigración revisará la lista y consultará a los miembros republicanos y a la administración.
Fuente: AP