Carta a “Papá Pitufo”

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Por Rafael Martínez Gómez

¿Recuerdas 30 años atrás? Fuimos fundadores, los dos, de la Casa del Estudiante 2 de octubre en Morelia, cuando el Sol Chino alumbraba el camino, nos amanecíamos dorando eternidades, pisando el despertar y sin tener qué comer, la pasamos semanas enteras con sólo un bulto de arroz, el cual cocíamos y recalentábamos, cada que el hambre retorcía las lombrices para indicarnos que ser trasijados formaba parte de lo real, sublime, tierno e irrepetible. Hasta te llegamos a decir: Che Guevara; y cantabas feo pero con mucho sentimiento el corrido de Rubén Jaramillo, te veías, te sentimos honesto, de alguna manara esperábamos en algún futuro resultaras un gran líder.

Te trasladabas en un tortuoso autobús de Morelia a Uruapan, tu compañero de asiento, un apache llamado Jesús Alonso, sus manos acariciaban un libro rojo de Mao, tú lo leías y le preguntabas, ¿le entendiste? Él te respondía de manera negativa, entonces Jesús te retaba: «deja lo leo yo y a ver si tú si puedes». Eran tiempos de la revolución hecha chaqueta mental, cuando sentíamos que en la Casa del Estudiante Madre Latina de Uruapan ya nadie podía dar marcha atrás a la chispa que enciende la pradera, en los lodosos primeros trazos de las calles de la colonia Rubén Jaramillo, el Vilchis, la Gringa, muchos sentíamos la historia en la palma de las manos. No sé qué vergas sucedió, ¿Qué chamán usó Peña Nieto y ese buey de Castillo, para que hoy te sientas orgulloso de tus 300 hectáreas de limón y tus más de 15 vehículos?, ¿En cuál de las citas de Mao, te basaste para hacer eso? Entiendo que la vida no es sólo pobreza, todos aspiramos cuando menos a tener un carro morado para despedazar la obscuridad, la que hace el miedo a pensar que nuestros hijos y nietos sientan pesadillas cada vez que despierten.

Tú y yo, estamos más allá de la muerte. En mi caso, llevo más de diez años muerto, ya nadie me puede matar, porque cada átomo de mi cuerpo pertenece al viento de la sierra, por eso no entiendo tu alianza con pendejos del sistema. Desde luego que espero que todos los bienes materiales que acumules, cuando emigres a la gloria del señor sean parte de tu equipaje, creo que te estará esperando San Pedro. Estoy convencido que hasta eso que llaman Dios, es corrupto, de no ser así, los narcos, los ricos serían ateos. Habría muchas preguntas que hacerte, pero en la vida he aprendido que debemos hablar como el pueblo habla, darle piso a la hipocresía, sentir la tierra, la humedad de la neblina, el rocío casi inteligente, que nos dice, que en cada paso dejamos, lo miserable que somos. Sólo te hago -porque te quiero- una pregunta, pinche Tanila ¿por qué al final de tu vida resultaste tan puto?

Tu amigo, Rafael Martínez Gómez, el Trasijado

Fuente: Subversiones / @SubversionesAAC

 

 

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