Inmigrantes centroamericanos que atravesaron México en caravana hasta la frontera mexicoestadounidense, con el objetivo de ingresar a Estados Unidos pidiendo asilo, están prestos a dirigirse a la garita de control para entregarse a las autoridades estadounidenses.
Los inmigrantes abordaron el domingo cinco autobuses escolares y salieron del refugio donde se estaban quedando en Tijuana. Cuando se le preguntó cómo se sentía al abordar el vehículo, Nefi Hernández contestó: “Nervioso”.
Policías con linternas guiaron a la caravana por las calles de la ciudad fronteriza hasta la playa, donde los migrantes primero iban a realizar una manifestación al lado de la barda fronteriza, acompañados por simpatizantes al otro lado del cerco, en el lado estadounidense.
El presidente Donald Trump y miembros de su gabinete han estado siguiendo los pasos de la caravana, a la que califican de amenaza para Estados Unidos.
Los centroamericanos pondrán a prueba la dura retórica del gobierno cuando comiencen a pedir asilo en la garita de control en San Ysidro, en San Diego, el cruce fronterizo más transitado del mundo.
Abogados estadounidenses de inmigración les han dicho a los integrantes de la caravana que posiblemente serán separados de sus hijos y que podrían ser detenidos durante meses. Ellos dicen que quieren preparar a los inmigrantes para lo peor.
Por su parte, la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza dice que el cruce de San Ysidro podría no poder aceptar una gran cantidad de solicitudes de asilo al mismo tiempo, lo que obligaría a algunos migrantes a esperar en México hasta que haya más espacio.
Fuente: AP