El secretario de Relaciones Exteriores, José Antonio Meade, expresó públicamente su malestar con el relator especial sobre tortura de la ONU, Juan Méndez, por el informe que presentó en días pasados, en el que aseguró que en México la tortura es una práctica generalizada
El canciller José Antonio Meade hizo público su malestar con el relator especial sobre tortura de la Organización de las Naciones Unidas(ONU), Juan Méndez, quien aseguró, el 9 de marzo pasado, que en México hay una práctica generalizada de la tortura.
Ayer, en conferencia, Meade respaldó las declaraciones del subsecretario para Asuntos Multilaterales y Derechos Humanos, Juan Manuel Gómez Robledo, que descalifican el trabajo del relator sobre tortura de la ONU, al señalar que Méndez actuó “de manera irresponsable, poco ética y sin sustento” por acusar que en México la tortura es un fenómeno que se experimenta en todo el país.
Gómez Robledo hizo estas expresiones el pasado martes en una reunión con integrantes de la Comisión de Derechos Humanos del Senado de la República, donde también anunció que “por algún tiempo” dejarán de trabajar con el relator.
A pregunta expresa, sobre si la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE) mantiene lo dicho por el subsecretario, Meade asintió.
“Respecto de lo que trascendió de los comentarios del subsecretario Gómez Robledo, que se hicieran en una reunión en el Senado, solamente para comentar que suscribo todos y cada uno de sus términos”, dijo Meade Kuribreña, en rueda de prensa conjunta con el secretario de Medio Ambiente, Juan José Guerra Abud, con quien presentó los Compromisos de Adaptación y Mitigación de México en el Cambio Climático para el periodo 2020-2030.
El 9 de marzo pasado, al presentar en Suiza su informe especial sobre tortura en México a partir de su visita en 2014, el relator Juan Méndez aseguró que la tortura es un problema generalizado en el país y que existe una cultura de impunidad y brutalidad.
La Cancillería mexicana rechazó esas declaraciones el mismo día, al decir que no era una práctica generalizada, especialmente porque el relator sólo pudo documentar 14 casos.
El relator especial de la ONU respondió el 10 de marzo que su informe se basó en cientos de testimonios, luego que las autoridades mexicanas dijeran que sólo había tomado poco más de 10 casos para hacer sus aseveraciones y que la tortura no era una práctica “generalizada”.
De acuerdo con un video de las propia ONU, Méndez aceptó en su exposición que la metodología que aplicó “es rudimentaria e insatisfactoria en muchos niveles”, pero que cumple con las instrucciones del Consejo de Derechos Humanos.
“Me parece muy irresponsable y muy poco ético que, sobre la base de dichos que no pudo sustentar, que no pudo documentar, concluya que hay una práctica generalizada [de la tortura]”, señaló Gómez Robledo en la reunión con las senadoras Laura Rojas del PAN y Angélica de la Peña del PRD, ésta última presidenta de la Comisión de Derechos Humanos del Senado.
Las aseveraciones de Gómez Robledo fueron publicadas por el portal SDPnoticias.com.
Javier Hernández Valencia, representante de la Oficina del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos, expresó su incredulidad, porque el subsecretario Gómez Robledo haya hecho esas declaraciones.
“No puedo declarar sobre algo que fue dicho en privado y se filtró, no es la manera en la que nos relacionamos. Yo considero al subsecretario Juan Manuel Gómez Robledo tal vez uno de los más brillantes diplomáticos de su generación, me es casi imposible imaginar que esas expresiones se puedan atribuir a él”, dijo Valencia, todavía sin conocer las afirmaciones de Meade avalando las declaraciones del embajador.
En el encuentro con la senadoras Gómez Robledo sostuvo: “Pierde el relator porque no vamos a trabajar con él en un rato, perdemos nosotros porque perdemos su asesoría y pierden los demás Estados que pensaban invitarlo a sus demás países, porque después de este desaguisado con México, dirán ‘mejor no lo invitamos’; pierde la eficacia del sistema multilateral, en eso el relator tiene responsabilidad y a todos nos importa que estos mecanismos funcionen”.
“Expresiones como ésas, al final de cuentas, redundan, no en que el Senado de la República o la Cancillería le cierren las puertas, porque al final de cuentas para eso estamos, pero otros sectores del país han de decir: ¿Para qué?, ¿qué caso tuvo?, ¿qué necesidad?”, esos sectores son los que no debemos alentar”, declaró el subsecretario al referirse a la recepción que dieron en 2014 al relator sobre tortura para que emitiera recomendaciones al respecto.
Fuente: El Universal