El primer ministro canadiense, Justin Trudeau, se enfrenta a la amenaza de ser destituido del poder después de un mandato, mientras la nación celebraba elecciones parlamentarias el lunes.
Trudeau, de 47 años, canalizó el poder estelar de su padre, el ícono liberal y el fallecido primer ministro Pierre Trudeau, cuando ganó en 2015, pero una combinación de escándalo y altas expectativas ha dañado sus perspectivas.
Las encuestas indican que el Partido Liberal de Trudeau podría perder ante los conservadores rivales, o tal vez ganar, pero aún así no puede obtener la mayoría de los escaños en el Parlamento y tiene que depender de un partido de la oposición para permanecer en el poder.
Tras 40 días de enfrentamientos, polémicas y promesas electorales, los dos grandes partidos que se alternan en el poder terminan la campaña como la empezaron: con igualdad en la intención de votos. En la víspera de la votación, el suspenso es total.
Liberales y conservadores tienen entre 31% y 32% de las preferencias, según los últimos sondeos, lo que no les permitiría lograr una mayoría absoluta en la Cámara de los Comunes de 338 curules.
Un gobierno minoritario estaría obligado a contar con el apoyo puntual de formaciones más pequeñas como el partido Nuevos Demócratas (NPD) de Jagmeet Singh, tercero en las encuestas (20%), o los independentistas del Bloque de Quebec.
Coincidencia o no, los líderes de los cuatro partidos terminan todos sus campañas este domingo en la pronvicia de Columbia Británica, donde está Vancouver: Trudeau y Scheer, Singh y la jefa de los verdes Elizabeth May participan en sus últimos mítines en esta región donde los verdes y los neodemócratas amenazan a los liberales.
“Trudeau ha mostrado claramente que está dispuesto a todo para quedarse en el poder”, lanzó Scheer el sábado en Toronto. El conservador acusa a los liberales y al NPD de buscar una coalición gubernamental que -según dice- aumentaría el déficit ante los programas sociales que defiende el NPD.
Sostiene también que Trudeau buscará seguir en el poder aunque obtenga la segunda posición. Según Scheer, corresponde al dirigente del partido más votado dirigir el gobierno, pero los expertos no coinciden.
Analistas aseguran que en el sistema parlamentario canadiense es posible que un primer ministro saliente se mantenga en el gobierno aunque no obtenga la mayoría de asientos, siempre que logre el apoyo de una o más formaciones para que la Cámara vote a su favor.
Posición incómoda
Desde hace algunos días, los dos principales candidatos recorren el país con un objetivo común: invitar a los canadienses a darles una mayoría parlamentaria para evitar la formación de un gobierno minoritario.
Trudeau reitera insistentemente su llamado al electorado a “mirar hacia adelante” y que un retorno de los conservadores al poder tras cuatro años de gestión liberal tendrá como consecuencia recortes presupuestarios y un retroceso en la lucha contra el cambio climático.
“Sabemos que lo primero que hará Andrew Scheer (si es elegido) será eliminar el único plan que ha habido en Canadá para luchar contra el cambio climático”, dijo el sábado Trudeau en Ontario. Scheer prometió suprimir la tasa carbono instituida por el primer ministro liberal si accede al gobierno.
En la perspectiva de un gobierno en minoría, los liberales estarían en mejor posición que los conservadores, al tener más afinidad con el NPD que sus rivales. El líder del NPD ya dijo que excluye toda alianza con Scheer y los suyos.
Scheer, que no ahorró críticas al jefe de gobierno saliente a lo largo de toda la campaña, tratándolo a menudo de “mentiroso” e “hipócrita”, se encontró en posición incómoda este fin de semana.
Salpicado el sábado por informaciones de prensa según las cuales su partido habría financiado una campaña sucia contra una pequeña formación política rival, Scheer se negó reiteradas veces a confirmar o desmentir la noticia, lo que le valió críticas sobre su falta de transparencia.
Anteriormente ya había conocido momentos difíciles al defender una postura contraria al derecho al aborto y sobre su doble nacionalidad canadiense y estadounidense.
Trudeau, ya debilitado por acusaciones de injerencia política en un caso judicial, se vio a su vez en dificultades semanas atrás cuando se difundieron imágenes de su juventud en que aparecía con la cara pintada de negro. El primer ministro debió presentar disculpas por esos actos “inaceptables”.
Fuente: AFP