Autoridades californianas estudian permitir que reos con antecedentes de violencia trabajen fuera de los muros de las prisiones donde cumplen condena para ayudar en la lucha contra los incendios, una idea que genera preocupaciones sobre la seguridad pública.
El estado tiene unos 3.800 presos-bomberos sin delitos violentos en su pasado. Pero la cifra es inferior a los casi 4.400 de años anteriores, por lo que las autoridades penitenciarias están estudiando vías para aumentar estas cuadrillas.
El departamento de prisiones propone que, a partir del proximo año, puedan participar de la iniciativa condenados por delitos violentos si su nivel de peligrosidad se ha reducido tras años de buen comportamiento.
Funcionarios dijeron a The Associated Press que también busca poder incorporar a presos que todavía tengan pendientes siete años de condena, en lugar de los cinco exigidos en la actualidad.
Pirómanos, secuestradores, delincuentes sexuales, miembros de pandillas y otros con penas de cadena perpetua por asesinato y otros delitos quedarían excluidos de la iniciativa.