Por Álvaro Delgado
México Libre, de Calderón, ya se asume como “la oposición” y presume un padrón más grande que los panistas y Morena
La derecha cambia de piel: mientras el PAN sufre la peor crisis de su historia de 80 años, cuyo registro perdería si renuncian sólo 506 de sus militantes, México Libre, propiedad de Felipe Calderón, ya se asume como “la oposición” y tiene un padrón más grande que los panistas y Morena, el retobón partido de Andrés Manuel López Obrador.
No hay duda de que Calderón obtendrá el registro como partido gracias al respaldo económico de magnates que tanto benefició en su gobierno, como Alberto Baillères, el dueño del ITAM, y a que el INE de Lorenzo Córdova ve con simpatía toda oposición a lo que se autodenomina Cuarta Transformación.
Justo cuando en EU está preso Genaro García Luna, el estratega de guerra de Calderón contra el crimen organizado que es acusado de narcotraficante, México Libre ofrece “atacar la inseguridad y la corrupción”, lacras que marcaron el sexenio, junto con la pobreza y los feminicidios.
“(México Libre) crece como la fuerza ciudadana que le va a poner un hasta aquí a los abusos del gobierno”, proclamó Calderón en su Asamblea Nacional Constitutiva, el domingo, cuando quedó claro que es un proyecto familiar: él fue el orador único y presidió su esposa, Margarita Zavala, futura diputada y candidata presidencial.
Tiene sentido que Calderón se asuma como “la oposición”, pero no porque sea brillante —su gobierno es medida de su mediocridad—, sino porque es capaz de todo y, ante los arrebatos de López Obrador, cualquier cosa refulge ante la tibieza del panista Marko Cortés, el entreguismo priista y la irrelevancia de todos los demás políticos.
Aunque el registro al partido de Calderón se formalizará hasta julio, —no podrá hacer alianzas y deberá obtener mínimo 3% de los votos en las elecciones de 2021—, asistimos al relevo en el partido de la derecha que décadas monopolizó el PAN y en años recientes la representó el PRI.
Ésa es la jugada de Calderón: no sólo vaciar al PAN, en la misma ruta que lo hizo López Obrador con el PRD al crear Morena, sino reclutar a toda la derecha del PRI que hizo presidenciable a José Antonio Meade, cuya candidatura a diputado federal se analiza.
La consecución de las 256 asambleas distritales que logró México Libre –56 más de las requeridas— y los 297 mil 185 afiliados hasta este lunes no se explican sin la intervención de gobernadores del PAN afines a Calderón, como Francisco Domínguez, que revelan la profunda crisis del PAN.
Y ésta se resume en su padrón de militantes: tras la revisión y validación que hizo el INE, el PAN perdió 38% de los inscritos para quedar en 234 mil 450, apenas 505 más de los 233 mil 945 que la ley electoral exige para mantener el registro, que perdería si 506 militantes renuncian.
Morena se quedó en 278 mil 332 afiliados, casi 19 mil menos que el partido de Calderón, cuyas complicidades mutuas con Enrique Peña —por cierto— lo han enmudecido ante el saqueo del sexenio pasado. No se le debe minimizar: quiere, como en 2006, jefaturar al antilopezobradorismo,
Fuente: El Heraldo de México