José Antonio Yépez Ortiz “El Marro” fue un capo feliz y en expansión desde que Carlos Zamarripa Aguirre se convirtió en el todopoderoso procurador y fiscal de Guanajuato, encumbrado por los gobernadores panistas Juan Manuel Oliva, Miguel Márquez y Diego Sinhué Rodríguez Vallejo, hasta que la alternancia en el gobierno federal hizo posible su aprehensión y el inicio del desmantelamiento del cártel de Santa Rosa de Lima.
La apresurada adjudicación de la captura por el gobernador Rodríguez sólo ratifica la condición de “El Marro” como capo del PAN, partido que, con su mayoría en el Congreso local, designó a Zamarripa como fiscal por nueve años, en febrero de 2019, después de una década como procurador, casi dos décadas de poder para quien sólo ha mostrado ineptitud ante la criminalidad.
De 2009, cuando gobernaba Oliva hasta el gobierno de Rodríguez la marca de Zamarripa ha sido el ascenso de la inseguridad y la violencia en Guanajuato, hasta convertirse en el estado número uno en homicidios violentos, y también en permanente ascenso en robos, extorsión, feminicidios y en todo tipo de delitos.
Si Zamarripa seguirá siendo el fiscal carnalísimo de Rodríguez y el PAN es una decisión de ellos en el Congreso de Guanajuato, pero mantenerlo en el cargo sólo confirmará que las complicidades con “El Marro” no son sólo de él, sino más arriba. Sin éstas no se explica la expansión criminal de este capo.
En esta columna “Historia de lo Inmediato” de El Heraldo de México se informó, el 7 de mayo de 2009, cómo Andrés Manuel López Obrador recibió como presidente electo documentos sobre estas complicidades de Zamarripa con “El Marro”, jefe de la mafia del robo de combustible en ese estado que el PAN gobierna desde 1991.
Fue el lunes 1 de octubre de 2018, en su visita a León, cuando López Obrador recibió la documentación –de la que el columnista tiene copia– de manos de un experimentado agente de la Policía Ministerial de Guanajuato, adscrito al Grupo Especial de Reacción e Intervención, que le detalló cómo Zamarripa y el director de la Policía Ministerial, Ricardo Vilchis Contreras, conocieron información para capturar a “El Marro” y lo dejaron huir.
El exjefe de la Unidad de Homicidios, cuya identidad se comprobó pero que se reserva por razones de seguridad, relató cómo se pudo detener, pero Zamarripa y Vilchis frustraron el operativo de captura.
“Lo cierto era que no tuvieron la voluntad de detenerlo por estar coludidos y corrompidos por este sujeto”, aseveró el informante a López Obrador, a quien le comunicó que después de eso se le pidió su renuncia y se le amenazó que, de no hacerlo, sería acusado de recibir dinero de El Marro. A un año y cuatro meses del inicio del operativo Golpe de Timón y a dos semanas de que, ante López Obrador, Rodríguez recitificó en no participar en las reuniones de seguridad, un grupo de élite del Ejército capturó a “El Marro”, el capo del PAN que este partido publicitó como propio.
POR ÁLVARO DELGADO
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