Dos mexicanos fueron sentenciados a cadena perpetua el miércoles por matar a un agente de la Patrulla Fronteriza cuyo fallecimiento sacó a la luz la operación federal fallida conocida como Rápido y Furioso.
Jesús Leonel Sánchez Meza e Iván Soto Barraza integraban un grupo de cinco delincuentes que se proponían asaltar a contrabandistas de mariguana en el desierto de Arizona cuando se toparon con agentes fronterizos y se trenzaron en un tiroteo. Sus abogados dicen que ellos no fueron los que dispararon y que actuaron de defensa propia.
En la balacera ocurrida en diciembre del 2010 murió el agente Brian Terry. Su hermana, Kelly Willis, dijo en el tribunal que los acusados sabían las consecuencias de tomar armas e ingresar con ellas a Estados Unidos.
“Sabían que alguien podría quedar lastimado, pero ello no les detuvo porque su codicia era mucho más poderosa que su conciencia”, dijo Willis.
Los abogados insistieron en que los individuos no merecían ese castigo.
Sánchez Meza “obviamente está muy arrepentido”, dijo su abogado Ramiro Flores. Añadió que su defendido era el más joven de la banda pues tenía apenas 22 años cuando ocurrió el suceso.
“Esto es muy, muy difícil para él, como lo es para todos los involucrados, inclusive la familia de la víctima”, agregó el abogado.
Andrea Matheson, abogada de Soto Barraza, dijo que ambos eran los que menos culpa tenían y admitió que su cliente tomó “una decisión terrible”, pero aseguró que cadena perpetua es un castigo desproporcionado.
“Él no era el que apretó el gatillo, él no era el cabecilla del grupo ni el planificador”, dijo Matheson. “Nunca tuvo la intención de matar a nadie”.
El homicidio de Terry puso de manifiesto las fallas de la operación en la que agentes federales permitieron que delincuentes compraran armas con la intención de rastrearlas. Pero la agencia perdió la mayoría de las armas, incluso dos que fueron halladas en el escenario de la muerte del agente.
La operación desató una tormenta política, impulsó una investigación legislativa y constituyó una distracción importante para el presidente Barack Obama en su primer período de gobierno.
El juez en el caso de asesinato restringió toda mención de Rápido y Furioso. Sánchez Meza y Soto Barraza son los dos primeros en ser juzgados. Otros dos siguen fugitivos y un tercero se declaró culpable de asesinato. El hombre que formó el grupo pero que no estaba presente en el tiroteo también se declaró culpable.
Terry formaba parte de un equipo de cuatro agentes de una unidad táctica que había estado en el desierto dos días con la misión de arrestar a los delincuentes que roban a los contrabandistas de drogas en la frontera.
Al acercarse a los dos mencionados y otros tres, un agente gritó “¡Policía!” Los delincuentes se negaron a detenerse y respondieron con disparos de fusiles. Terry nunca tuvo la oportunidad de disparar. Murió de un balazo en la espalda.