Buscan limitar gastos de ex presidentes en EU

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Bill Clinton, George W. Bush y otros ex presidentes que reciben lucrativos honorarios por pronunciar discursos además de tener otros ingresos, ya no tendrán que depender de los dólares de los contribuyentes para pagar una oficina y empleados después de estar en la Casa Blanca, de acuerdo a una propuesta de ley de la Cámara.

Este martes, a través de una votación oral, el Panel de Supervisión de la Cámara respaldó la medida para limitar el dinero de los contribuyentes que se destina a esos gastos, incluyendo viajes, en los que incurren los ex presidentes, quienes ganan más de 400 mil dólares al año.

El año pasado, los ciudadanos estadounidenses pagaron un total de 3.5 millones de dólares por concepto de pensiones y beneficios para los cuatros ex presidentes, incluyendo 1.3 millones de dólares para Bush y 950 mil dólares para Clinton, de acuerdo a un reporte realizado por el Servicio de Investigación del Congreso.

La mayoría del dinero se destinó para pagar los gastos de su oficina en Dallas y en Nueva York, respectivamente.

Tanto Clinton como Bush, al igual que otros ex presidentes que los antecedieron, han ganado millones de dólares por pronunciar discursos desde que concluyó su término.

El Comité de Supervisión actuó de inmediato días después que Hillary Rodham Clinton reportó que ella y su esposo habían ganado más de 30 millones de dólares en conjunto por los discursos y regalías de sus libros, desde enero del 2014.

Esos ingresos colocan a la pareja en la parte superior de la décima parte del 1 por ciento de todos los estadounidenses.

La propuesta de la Cámara podría establecer en 200 mil dólares anuales el monto de las pensiones, además de 200 mil dólares adicionales para el sostenimiento de oficinas y otros gastos.

La propuesta podría reducir los gastos o pagos en 1 dólar por cada dólar que esté por arriba de los 400 mil dólares, que obtenga cada ex presidente.

De acuerdo a la legislación, los ex presidentes que tienen ingresos por más de 600 mil dólares al año no recibirán fondos federales para gastos de oficina o viajes.

Las pensiones presidenciales no serán afectadas por el monto de ingresos que obtengan.

El representante Jason Chaffetz, republicano por Utah y presidente del Panel de Supervisión de la Cámara, quien colaboró en la redacción de la propuesta, comentó que la medida no está dirigida a nadie en particular, sino que era una simple cuestión de justicia.

“La historia nos muestra que a los ex presidentes les va bien financieramente después que concluyen su término”, comentó Chaffetz a través de un comunicado que envió antes de la votación que se llevó a cabo este martes.

“De hecho, todos los ex presidentes son millonarios, por lo que es improbable que dependan de las prestaciones que pagan los contribuyentes para poder vivir”.

Chaffetz, quien ha presentado propuestas de ley similares en las dos últimas sesiones del Congreso, no estuvo presente en la votación de este martes debido a que fue operado de emergencia para removerle la vesícula.

El representante Elijah Cummings de Maryland, un demócrata de alta jerarquía del panel, colaboró con Chaffetz para redactar esa propuesta.

“Los contribuyentes no deberían pagarle prestaciones a los ex presidentes si ganan cómodamente más de 400 mil dólares al año después de concluir su función”, comentó Cummings.

El reporte del Servicio de Investigación del Congreso detectó que el año pasado los ciudadanos pagaron más de 420 mil dólares por la oficina con superficie de 8 mil 237 pies cuadrados que tiene Bush en Dallas.  La que tiene Clinton en Nueva York, con superficie de 8 mil 300 pies cuadrados, costó casi 415 mil dólares.

Los contribuyentes también pagaron casi 180 mil dólares por la oficina que George H. W. Bush tenía en Houston y 109 mil dólares por la que tenía Jimmy Carter en Atlanta.

Carter, quien dejó la presidencia en 1981, recibió el año pasado un total de 470 mil dólares en pensiones y beneficios, mientras que George H. W. Bush recibió 837 mil dólares, dejó el cargo en 1989.

Los totales no incluyen el dinero desembolsado por el Servicio Secreto para protegerlos, a ellos y a sus familias.

La propuesta de la Cámara no afectará la protección del Servicio Secreto.

El republicano Glenn Grothman, republicano por Wisconsin, catalogó la propuesta “como muy buena y necesaria, tomando en cuenta lo que está pasando aquí”.

Fuente: AP

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