Biden reanima a los demócratas

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Por William Márquez

Fue un debate mucho más animado, más variado y más emocionante que el de la semana pasada entre los candidatos presidenciales, con dos aspirantes a la vicepresidencia bien preparados, lúcidos y elocuentes.

La moderadora también estuvo mucho más en control de las acciones.

No obstante, en este único encuentro entre compañeros de fórmula presidencial, Joe Biden le devolvió el peso, la robustez y la credibilidad a la presidencia de Barack Obama, tras el pobre desempeño del mandatario en su debate con Mitt Romney del que salió cojeando.

Es evidente que Biden tenía la orden de responder, atacar y no dejar pasar sin desafiar los argumentos de Paul Ryan, cosa que no hizo Obama con Romney.

Pero más allá, Biden sacó todo su arsenal de político veterano con fluidez, cambios de tono, retórica dirigida contra su contrincante, respuestas dirigidas a la moderadora y conversación dirigida directamente a la cámara hablándole a la nación.

¿Ryan monótono y Biden muy agresivo?

Ryan, aunque fluido y convincente, mantuvo el mismo tono de voz y la misma cadencia lo que, a efectos de un debate, lo vuelve monótono, ya que lo hace sonar repetitivo y autómata, que es una de las críticas que ha recibido desde que fue designado el número dos de la fórmula republicana.

Tal vez Biden dejó salir su sonrisa burlona demasiadas veces, pero el efecto general durante toda la velada era el de un dominante y erudito rector de secundaria tomándole el examen oral a un pupilo que, si bien estudioso, le estaba dando las respuestas que había oído toda la vida.

Los dos candidatos estuvieron en desacuerdo en todo, desde impuestos, pasando por seguridad social, Irán, Libia y Afganistán.

El vicepresidente Joe Biden fue claramente el candidato más conocedor de la política exterior, pero Paul Ryan estuvo más seguro en temas nacionales.

Sin embargo, no se corren muchos riesgos en los debates vicepresidenciales. Este en especial fue observado muy de cerca, después de que el candidato republicano Mitt Romney superó al presidente Barack Obama en el de la semana pasada, lo que puso la carrera hacia la Casa Blanca más complicada.

La tarea de Biden fue reanimar a la base demócrata y parece haber tenido éxito. Pero Ryan también obtuvo buenos resultados, por lo que no hubo un vencedor claro en este duelo.

El encuentro fue un tanto alusivo al famoso debate de 1988 entre el joven candidato vicepresidencial republicano, Dan Quayle, y el veterano senador y candidato vicepresidencial demócrata, Lloyd Benstsen, en el que la solidez del último se estableció al cortar a Quayle cuando éste se comparó con John F. Kennedy.

Benstsen lo miró al ojo y le dijo: “Jack Kennedy era mi amigo… usted no es ningún Jack Kennedy”.

Esta noche Biden se atrevió a exclamar incrédulo cuando Ryan citó brevemente a Kennedy: “¡Ahora se cree Jack Kennedy!”.

Para ser completamente justos, Paul Ryan sacó una buena nota en este debate pero el maestro fue Biden.

Añado una observación. Biden estuvo en la izquierda de la pantalla, el mismo espacio que ocupó Romney durante el debate con Obama.

Tanto Biden como Romney se veían mucho más imponentes y la manera en que las cámaras los tomaban mucho más conectados con la televidencia. Es un efecto visual que favorece el que está a la izquierda.

Fuente: BBC de Londres

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