Debido a que la economía generó casi 300 mil empleos en el mes de febrero, queda claro que el mercado laboral se encuentra en una buena racha. Tal vez y de manera sorpresiva, no existe ningún grupo de personas para los que esto sea más cierto que para los hispanos.
El empleo para este grupo se ha incrementado en un 5 por ciento en los últimos 12 meses, de acuerdo con el Departamento del Trabajo, comparado con el 3.8 por ciento de afroamericanos y 1.4 por ciento de la raza blanca.
La última cifra refleja parcialmente el incremento en el número de pensionados entre la población adulta de caucásicos.
De todos los grupos raciales y étnicos más importantes del país, sólo los hispanos, hasta el año pasado, habían regresado a sus niveles de desempleo antes de la recesión, de acuerdo con el reciente Reporte Económico del Presidente.
Tomando en cuenta que la mitad de los trabajadores hispa-nos nacieron en el extranjero, ese desarrollo podría estar destinado a agravar las tensiones nativistas en el Congreso, en el que los repu-blicanos han tratado de detener la acción ejecutiva del presidente respecto a los inmigrantes indocumentados.
Sin embargo, si se observa de manera más cercana, las tendencias en la mejoría del mercado laboral de los hispanos podrían ser aclamadas por los más escépticos.
Hay dos causas principales para el crecimiento del mercado laboral de los hispanos.
La primera es una recuperación en la industria de la construcción, que es una buena noticia para toda la economía estadounidense, debido a que los empleos de ese segmento pagan salarios por arriba del promedio a los trabajadores que no están calificados.
Justo antes de la recesión, aproximadamente el 14 por ciento de los hispanos, o sea casi 3 millones de personas, estaban empleadas en la construcción.
Posteriormente, ese grupo perdió aproximadamente 700 mil empleos, de los cuales sólo unos pocos se recuperaron durante el 2013.
Sin embargo, el 2014 fue una bonanza comparada con los últimos años. La industria de la construcción en total, ganó más de medio millón de empleos, aproximadamente el 20 por ciento de todos los empleos creados en la economía de Estados Unidos.
De ellos, 315 mil fueron para los hispanos. No es sorpresivo que los nuevos empleos de la construcción estén concentrados en cuatro estados –California, Florida, Illinois y Texas– en donde la población de ese grupo es una de las más altas del país.
“Hace dos o tres años la construcción estaba a la baja, pero el año pasado estuvo mucho mejor”, aseguró Oscar Mondragón, director del Intercambio Laboral de la Comunidad Malibú, que conecta a los jornaleros con los empleadores en toda el área de Los Ángeles.
“La gente se está sintiendo mejor. Es una situación más positiva”.
De manera más amplia, la oleada de empleos hispanos refleja una robusta recuperación. Los economistas aseguran que generalmente los trabajadores no calificados son más sensibles a esos altibajos de la economía que los mejor calificados, y los hispanos, como grupo, tienden a tener menos estudios que los afroamericanos o caucásicos.
En el 2012, de acuerdo con el Centro de Investigación Pew, el 49 por ciento de los hispanos que nacieron en el extranjero tenían 25 años de edad o más, el 19.6 por ciento de ese grupo de edad que nacieron en Estados Unidos, no habían obtenido un diploma de preparatoria.
El número correspondiente de afroamericanos fue del 16.6 por ciento y el 8.5 de caucásicos.
Si los empleos para los hispanos están aumentando, es un buen indicativo de que la recuperación se está afianzando.
La segunda razón que está detrás de un menor desempleo de hispanos es un considerable descenso en la inmigración ilegal en los últimos años, lo cual ha reducido el número de trabajadores que podrían haber sido incluidos en las estadísticas de desempleo del gobierno.
En un reciente punto álgido a mediados del año 2000, agentes federales aprehendieron a más de un millón de inmigrantes indocumentados al año, a lo largo de la frontera sur.
Ese número disminuyó a la mitad durante la recesión, luego bajó a 340 mil en el 2011.
La razón de ese decremento se debe a dos cosas, comentó Madeline Zavodny, economista de Agnes Scott College en Decatur, Georgia.
La primera es que la situación económica de México estuvo mejorando aún cuando el crecimiento de Estados Unidos permanecía aletargado, reduciendo el incentivo básico para emigrar.
Encima de eso se llevó a cabo lo que debió haber alegrado el corazón de los simpatizantes del Partido del Té: la aplicación de la ley para frenar la inmigración ilegal.
Fuente: The New York Times News