La demanda por casas para esconder inmigrantes ilegales se ha disparado en Texas.. Se ha vuelto más común que los traficantes de personas mantengan como rehenes a los inmigrantes ilegales que contrabandean en casa de paso como la de la foto, de acuerdo con este reportaje de The Wall Street Journal.
SAN JUAN, Texas—Hace unos días, el sargento Rolando García montaba guardia desde una camioneta de vigilancia frente a una casa de madera blanca rodeada de cactus en esta ciudad de 35,000 habitantes, cerca de la frontera entre Estados Unidos y México.
No buscaba indicios de drogas o armas, sino evidencia de que era una casa de paso de inmigrantes ilegales, el commodity más candente para los contrabandistas en la frontera entre el estado de Texas y México.
El contrabando de personas no es nada nuevo en la frontera entre ambos países, pero autoridades estadounidenses a nivel federal, estatal y local reportan un aumento en Texas en los últimos meses, conforme miles de centroamericanos pasan hacia EE.UU., incluidos muchos niños solos. Los inmigrantes están abrumando a las autoridades estadounidenses a lo largo de la frontera.
Las redes criminales que se están descubriendo en Texas implican grandes grupos de inmigrantes y contrabandistas cada vez más descarados. Estos delincuentes suelen mantener como rehenes a los inmigrantes y los amenazan con brutalidad si sus amigos o familiares no pagan dinero extra para liberarlos, indicaron autoridades. A veces, secuestran a inmigrantes de redes de contrabandistas rivales.
Este mes, la policía de San Juan encontró 43 personas atrapadas dentro de una casa sospechada de ser un lugar de paso. Los migrantes sostuvieron que sus captores amenazaron con electrocutarlos si intentaban escapar, según una queja penal presentada en un tribunal federal.
“No (nos corresponde) hacer cumplir la ley de inmigración, pero estamos obligados a intervenir”, afirmó el sargento García, quien dijo que su departamento ahora recibe entre cinco y seis llamadas por día sobre posibles casas de paso. En los últimos nueve meses, descubrió 21 residencias de ese tipo, cuatro más que en los 12 meses anteriores.
El senador republicano John McCain afirmó el miércoles que el presidente Barack Obama debería ser más enfático con los centroamericanos para que no intenten ingresar a EE.UU.
“El presidente de EE.UU. debe decir abiertamente: ‘Si vienen aquí e ingresan a este país ilegalmente, se va a tener que devolver'”, sostuvo McCain durante un desayuno organizado por The Wall Street Journal en Washington. “Ese no es el mensaje que se está trasmitiendo por televisión y radio en Honduras, El Salvador y Guatemala”.
El aumento en contrabando y la violencia derivada no ha alcanzado en Texas las proporciones de la situación que acosó a Arizona en la década pasada, cuando esa zona se convirtió en punto de ingreso del tráfico de inmigrantes ilegales hacia EE.UU., pero las autoridades afirman que están preocupadas por que el índice de aumento.
“Esperamos no encontrarnos en el mismo lugar que Arizona”, sostuvo Janice Ayala, agente especial a cargo de investigaciones en del Departamento de Seguridad Interna, parte de la agencia de Inmigración y Aduanas de EE.UU.
El contrabando se está convirtiendo en una amenaza para la seguridad pública en Texas, señalan algunos funcionarios locales. Los mismos reportan un aumento en las persecuciones a alta velocidad por parte de las autoridades, conforme pasan más vehículos llenos de inmigrantes a través de la zona, y un aumento en los robos de autos, ya que los contrabandistas buscan vehículos para transportar su “carga”.
La semana pasada, el gobernador de Texas, Rick Perry, y líderes legislativos autorizaron US$1,3 millones en financiación extra por semana para el resto de 2014 para permitir que el Departamento de Seguridad Pública de Texas monte un contraataque al aumento en la inmigración ilegal.
“Texas no puede darse el lujo de esperar a que Washington actúe en esta crisis y no nos quedaremos de brazos cruzados mientras la seguridad de nuestros ciudadanos está amenazada”, dijo Perry en una declaración.
La Patrulla Fronteriza de EE.UU. no respondió a pedidos de comentario para este artículo, ni brindó estadísticas regionales sobre allanamientos de casas de paso. Pero según informes recientes del Departamento de Seguridad Pública de Texas analizados por The Wall Street Journal, entre el 7 de mayo y el 4 de junio hubo aproximadamente 17 allanamientos se estas residencias en la región, resultando en la captura de más de 400 inmigrantes.
Recientemente, algunos inmigrantes empezaron a entregarse voluntariamente a las autoridades poco después de cruzar el Río Grande, pensando que probablemente serán liberados mientras se desarrollan los procedimientos de deportación, debido a una escasez de espacio en los centros de detención en Texas. Pero muchos siguen pagando a contrabandistas para que los lleven a ciudades como Houston y Dallas, señalan funcionarios.
La demanda de espacio en casas de paso, que los contrabandistas suelen alquilar, ha crecido tanto que las autoridades hace poco descubrieron un campamento al aire libre de chozas en las afueras de McAllen, estado de Texas, cerca de la frontera.
Puede ser un negocio lucrativo. Las tarifas de contrabando van desde US$3.000 a US$5.000 por persona para centroamericanos, y pueden superar los US$10.000 por inmigrantes que provienen de lugares más alejados como China.
Dos hermanos fueron sentenciados hace poco a más de 30 años en prisión luego de declararse culpables de secuestrar inmigrantes de una casa de paso para extorsionarlos.
Requiere “mucha tenacidad de parte de nuestros investigadores para seguir estos casos y en última instancia arrestar a la gente y acusarlos por su participación”, dijo Ayala.
Fuente: The Wall Street Journal