Atribuyen a Zetas panteón clandestino

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Un semana después del hallazgo de un complejo de fosas clandestinas con al menos 31 cadáveres, en Cosamaloapan, Veracruz, los lugareños atribuyen su autoría a la organización criminal de Los Zetas. Fueron “Los Zetas, todos lo saben”, dicen

Tres Valles es un centro de operaciones del crimen organizado.

En este Municipio, importante por su industria cañera, producción de mango y cría de ganado, un olor descompuesto alertó a los ejidatarios de la noche a la mañana.

Tres camionetas de la Marina arribaron la tarde del lunes 16 de junio luego de que los militares fueron enterados de un “panteón clandestino”.

“Fue en la puerta de hierro, así le decimos, en la propiedad de los Cano, todos los marinos llegaron ahí, cortando cartucho”, recuerda un ejidatario mientras corta mango.

Para llegar a las fosas halladas por la Marina, a 140 kilómetros del puerto de Veracruz, el camino es a Tuxtepec, o en su caso a Coatzacoalcos.

La desviación a Tres Valles es a la izquierda. Donde Julián, el de los tacos, ya desespera de tanta pregunta por las fosas.

“La gente ya me tiene hasta la madre, viene y en vez de decirme a cómo son los tacos, me pregunta por los muertitos”, dice fastidiado.

Tres Valles es un Municipio enclavado en la Cuenca del Papaloapan. Depende del comercio de Tuxtepec, en Oaxaca, a unos 20 kilómetros, y de Tierra Blanca, Veracruz, a unos 36 kilómetros.

La gente se emplea aquí o en la agroindustria o en una de las empresas papeleras más importantes del país. No hay más.

El calor aquí promedia los 37 grados todo el año, y en temporadas de media año sube a hasta los 49 grados.

Todos de se conocen.

“Esa chingadera (los cadáveres localizados en las fosas) fue de Los Zetas, es por demás sabido, y hay más seguramente”, expresó un empleado de la única gasolinera que existe en esta localidad.

En la zona, los migrantes son un asunto común; que paguen por pernoctar, que den dinero por bañarse o por unas cervezas, se sabe.

Y esta presencia se ve con signos de pesos desde la perspectiva de Los Zetas. Los vigilan, los calculan y luego los asaltan. Si la víctima abre la boca de más hasta los extorsionan,

“Así es el negocio, si pasan por tu territorio tienen que pagar”, determina un cuenqueño.

Los Zetas mandan.

Los empleados de los comercios que existen sobre la única avenida principal de Tres Valles lo confirman.

“Estos cabrones piden cuota, te secuestran, te golpean, son los dueños, aquí operan”, sostuvo un empleado de una tienda de muebles.

Para ingresar a las brechas, camionetas de 3 o 5 toneladas de capacidad ingresan a las parcelas.

Los jornaleros que pasan junto a las fosas no muestran asombro.

“La misma policía sabía que aquí se enterraban muertos”, desdeña un agricultor.

Afuera del rancho El Diamante lo primero que se ve son siete policías municipales y estatales custodiando la entrada.

“Nadie va a pasar, son las órdenes”, anticipan.

El rancho “macabro” como ya se conoce en el lugar se ubica más arriba. Donde el ganado pasta y los pichos, como les dicen a los pájaros, hacen bullicio

“Ahí hay santos, hay un altar de la santa muerte, y más adelante hay más fosas”, aseguró un trabajador de los trenes de ese lugar.

Pero no es el único.

“¿Quién hizo esto?, se pregunta a una señora de Nueva Pochota, la localidad más cercana a la fosa”.

Y se responde sin dejar sus tortillas. “Los Zetas, todos lo saben”.

Fuente: Reforma

 

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