Un espectacular acuerdo logrado el Año Nuevo para elevar los impuestos auguraba un gran avance, un indicio de mejoría en las relaciones entre un Congreso dividido y un presidente Barack Obama que iniciaba su segundo mandato, al menos eso era lo que esperaba la Casa Blanca.
Sin embargo, seis meses después, la creciente incertidumbre sobre una reforma amplia a las leyes de inmigración ha minado la posibilidad de llegar a un acuerdo para mediados de año, dejando a Obama en busca de un logro legislativo que pueda marcar su labor en su segundo mandato.
Sus asesores reconocen ahora que su mejor oportunidad de cambiar la ley de inmigración es después que los legisladores regresen de su receso de agosto, pero ello podría ser una posibilidad distante en un periodo dominado por otros temas.
En el cuarto trimestre, el gobierno de Obama encarará uno de los mayores desafíos de su presidencia: captar a millones de estadounidenses para su ley de atención médica.
Si ello no fuera suficiente, Obama tiene otra batalla sobre las subvenciones a los alimentos mientras tiene que lidiar con una disputa presupuestaria con el Congreso antes de comenzar el nuevo año fiscal el primero de octubre y mientras el gobierno se aproxima a su límite de endeudamiento. A todo eso hay que agregar las crisis en Egipto y Siria.
El presidente sufrió ya dos importantes reveses este año: una iniciativa que buscaba el control de armas de fuego y que acabó bloqueada por los republicanos en el Senado, de mayoría demócrata, y la imposibilidad de evitar las reducciones automáticas del gasto público.
“Él encara una tarea hercúlea”, dijo el representante demócrata Emanuel Cleaver horas después de que él y otros legisladores negros se reunieron esta semana con el mandatario.
Los republicanos sostienen que simplemente las iniciativas de Obama van demasiado más allá de lo que ellos están dispuestos a aceptar.
Muchos se negaron a respaldar la ampliación de antecedentes para la adquisición de armas de fuego en ferias y por internet. Se opusieron también a las gestiones de Obama de combinar las reducciones del gasto público con mayores impuestos.
Y ahora, en materia de inmigración, muchos republicanos se están oponiendo a brindar un camino hacia la ciudadanía para las personas que residen ilegalmente en Estados Unidos: una disposición clave de la reforma que busca Obama.
Fuente: AP