Por Vivian Sequera
Las protestas violentas que han abrumado las principales ciudades de Venezuela, en desafío al gobierno socialista de la nación sudamericana, tienen su raíz en un incidente poco conocido en un recinto universitario lejos de la capital.
Poco más de una semana antes de las manifestaciones del 12 de febrero en todo el país, estudiantes de la Universidad de Los Andes en San Cristóbal, en el estado Táchira, fronterizo con Colombia, protestaban por el intento de violación de una joven en el campus.
Los estudiantes estaban furiosos con los hechos, que subrayaron fuertes preocupaciones sobre el deterioro de la seguridad durante los gobiernos del presidente Nicolás Maduro y su predecesor, el fallecido Hugo Chávez.
Sin embargo, lo que realmente los provocó fue la dura respuesta policial a la protesta inicial, en la que varios alumnos fueron detenidos y supuestamente abusaron de ellos, así como en una manifestación posterior para pedir la liberación de los detenidos, según estudiantes y personas que viven en San Cristóbal.
“Fue asombroso, no sólo para los estudiantes sino para todo San Cristóbal”, dijo Gaby Arellano, líder estudiantil de 27 años que ha participado en la campaña nacional de oposición. “Fue la gota que colmó la copa”.
Las protestas se ampliaron y se intensificaron, atrayendo a más personas molestas con la mala situación económica y la delincuencia, lo que llevó a la detención de más personas. Los alumnos de otras universidades decidieron salir a manifestarse en Caracas y el movimiento se volvió una campaña nacional cuando destacados líderes de la oposición decidieron involucrarse.
El principal mitin del 12 de febrero se tornó violento, con un saldo de tres muertos por heridas de bala y el encarcelamiento del líder opositor Leopoldo López, pero las protestas que continuaron el viernes en todo el país y que fueron particularmente intensas en San Cristóbal, apenas han mencionado el intento de violación.
“Protesto por la inseguridad, por la escasez, por el abuso de autoridad… ¡Cómo no voy a estar molesta! Estoy cansada de cinco y seis horas de fila para comprar un kilo de harina”, dijo María García, madre de 30 años en el vecindario de Los Agustinos en San Cristóbal, donde las patrullas de soldados han instalado barreras para controlar a los manifestantes, que lanzan piedras y bombas incendiarias.
En momentos en que el movimiento opositor ha llevado a una crisis política que el liderazgo socialista de Venezuela no ha visto desde el intento golpista de 2002, San Cristóbal es un semillero de agitación.
El gobierno dijo el jueves que enviaría paracaidistas para ayudar a los soldados que ya están en el lugar a restaurar el orden y Maduro expresó que estudiaba la posibilidad de implantar la ley marcial en la zona.
Sin embargo, Maduro tiene una versión muy diferente de lo ocurrido en San Cristóbal, fronteriza con Colombia.
El presidente dice que la ciudad está sitiada por paramilitares derechistas a las órdenes del ex presidente colombiano Álvaro Uribe, quien ha desestimado las alegaciones como un intento del líder venezolano de distraer la atención del pueblo de los graves problemas económicos, como la escasez de productos básicos y una inflación superior al 56%.
Maduro dijo el viernes que el alcalde San Cristóbal, Daniel Ceballos, miembro del mismo partido de López, Voluntad Popular, sería arrestado pronto, al igual que López, por fomentar la violencia. “Es cuestión de tiempo, los vamos a poner en la misma celda”, dijo Maduro.
Los habitantes de San Cristóbal trataron de reanudar el viernes sus actividades normales, en medio de un fuerte olor a basura quemada, pero el transporte público no se ha restablecido. Muchos semáforos siguen sin funcionar y los estudiantes se preparaban para lo prometieron será una larga batalla. Mientras aviones de combate surcaban el cielo, la población está molesta por la fuerte presencia de militares.
“¿Por qué el presidente envía soldados? Hasta donde yo sé los militares están para proteger a los venezolanos, no atacarlos”, dijo José Hernández, un albañil de 31 años.
San Cristóbal, a 660 kilómetros (400 millas) de Caracas, no parecería ser el centro de una crisis nacional, pero con su gran población de estudiantes y lazos culturales y económicos de larga data con Colombia, ha sido desde hace mucho un baluarte de la oposición.
El estado de Táchira -del que San Cristóbal es la mayor ciudad y su capital- fue uno de dos estados en los que el candidato opositor Henrique Capriles derrotó a Hugo Chávez en las elecciones presidenciales de 2012. En abril pasado, los vecinos de San Cristóbal votaron en una proporción de 3 a 1 a favor de Capriles en la campaña contra Maduro.
Es una vena independiente vinculada con su aislamiento, dijo Gaby Arellano, quien creció en Táchira.
“Creo que la gente del Táchira siempre se ha enfrentado a los abusos”, dijo.
Fuente: AP