Por Luis Javier Valero Flores
Ciertamente no a todos los candidatos les podríamos adjudicar el titular del día de hoy, pero sí fundamentalmente a uno de los principales, seguramente el más importante, Enrique Serrano, del PRI, (catalogado así no por la filia sino por ser el del partido gobernante en el país, en la entidad y en las dos urbes más importantes de Chihuahua), y porque a juicio de la mayoría de los medios de comunicación y de los analistas más destacados de éstos, es el favorito, aunque, quizá, la realidad no concuerde con tal clasificación.
Y es que una vez conocidos los spots con los cuales arrancarán sus campañas a partir de hoy, no encontramos explicación para que la campaña del candidato oficial lo haga con un mensaje que bien le podría venir a los candidatos de la oposición –los de la verdadera, pues los candidatos del PRD y de Movimiento Ciudadano, Jaime Beltrán del Río y Cruz Pérez Cuéllar, respectivamente, sólo siendo extremadamente magnánimos los podríamos calificar de ese modo– pues sin querer, o tal vez queriendo, concede la razón en lo que es el principal tema del candidato del PAN, Javier Corral, el mejor colocado en las simpatías ciudadanas (y el que más escozor causa en el mundo oficial) al arranque.
Serrano envía un mensaje en el que el tema principal de la campaña (por lo menos eso colegimos de éste su primer spot) es su promesa de llevar al cabo “un gobierno que castigue a los corruptos, con valor, sin mentiras y con justicia, para gobernar con honestidad”.
Además, en la capital del estado arrancará con un evento –señalado como uno de los centrales, de acuerdo con el interés mostrado por su equipo en la realización de la convocatoria– sobre la Transparencia, tema que apenas dos días atrás fue abordado por el gobernador Duarte, precisamente en la inauguración del nuevo edificio del Instituto Chihuahuense de Transparencia e Información Pública (Ichitaip), encabezada por el ínclito secretario de la Función Pública, Virgilio Andrade (sí, el mismo al que le encomendó el presidente Peña Nieto que lo investigara a él y a su esposa, Angélica Rivera, si habían cometido ilícito alguno en la adquisición de la casa blanca, propiedad de ésta última) y en el que anunció el próximo envío de una iniciativa para crear la Fiscalía Anticorrupción ¡A cinco meses de entregar el gobierno! en la que la novedad será que dicha fiscalía tendrá como tarea la de revisar las finanzas públicas, que hasta ahora le correspondía a la Auditoría Superior del Estado, órgano, todavía, bajo la responsabilidad del Congreso del Estado.
Bueno, pues en la óptica del gobernante ahora deberá pasar a la égida del titular del Poder Ejecutivo: “… los tiempos en que el Congreso estatal era el encargado de validar las cuentas de los municipios y otros organismos públicos quedarán en el pasado, ya que atender las irregularidades detectadas será una de las funciones de este nuevo organismo”.
¿Estarán sincronizados? ¿La propuesta de Serrano será la iniciativa del mandatario? ¿O será distinta?
Algún diferendo debe haber, no parece lógico que al inicio de la campaña el gobernador emita pronunciamientos sobre asuntos que, en todo caso, le corresponderían al candidato de su partido.
¿O nos deparan la sorpresa que en plena campaña el Congreso del Estado se vuelque a la discusión de asuntos que debieron formar parte de su agenda, sí, pero a principios del actual sexenio y no cuando está feneciendo y por esa razón le quite los reflectores que debieran posarse sobre la campaña de su candidato?
Pero más allá de esto, sorprende que Serrano nos hable de la necesidad de contar con un gobierno ¡Honesto, sin corrupción y sin mentiras! ¡Ah, y con justicia!, como si el que aún tenemos tuviera, en la visión del candidato Serrano, esas deficiencias.
¿Estaremos frente al deslinde del que tanto hablamos? Porque ese es el planteamiento de varios de los convocantes a los actos de Serrano, que empieza una era distinta a la actual.
Bueno, pues de entrada le concede razón a la oposición, porque en lugar de centrar su discurso, como lo enfatizó el Gobernador Duarte a principios de la semana en las reuniones celebradas con los jefes de la burocracia, en los logros de la actual administración, (en el que sostuvo que los trabajadores del Gobierno Estatal “son los que tienen que poner el ejemplo y dar a conocer las acciones de gobierno que lograron destacar, tales como la recuperación de la seguridad y la ampliación de los espacios educativos y de salud”) lo está haciendo del mismo modo como lo efectúa Javier Corral, quien en el primer spot se “duele” de “que un vulgar ladrón nos intimidara”, en la insistencia de centrar su discurso en la crítica -además, como lo hacen todos los candidatos y partidos de oposición de todo el mundo- al gobierno actual, enfatizando en los errores y deficiencias y dejando de lado los aspectos positivos de la administración saliente.
Por lo menos en ese aspecto denota la improvisación generada por la salida de Javier Garfio de la coordinación general de la campaña y la llegada de una de las colaboradoras en quien más confía Serrano, Adriana Terrazas, pero que sobre la cual pesan varios de los episodios más criticables de la gestión del sonorense avecindado en Juárez, durante su gestión al frente del cabildo del antiguo Paso del Norte y a la “normal” falta de coordinación, derivada de lo variopinto del equipo de campaña, en el que aparecen priistas de prácticamente todos los equipos, con algunas ausencias, pero que denotan la preocupación por integrar, de veras, a todas las corrientes internas de su partido.
Así se explica la llegada de Fernando Mendoza y de Fernando Rodríguez Moreno, allegados a la senadora Graciela Ortiz; aquel en la coordinación de Chihuahua y éste en la de “coordinador” de Virginia Serrano, así como la sorpresiva incorporación del ex presidente del Tribunal Superior de Justicia, José Miguel Salcido -Coordinador de Plan de Gobierno- ¿Enfrentado con el Gobernador Duarte?; también la participación de Oscar Villalobos Chávez, coordinador de Enlace con otros candidatos, y de Alejandro Cano, en el Comité de Financiamiento, cercanos a Reyes Baeza, así como la reaparición de Víctor Anchondo Paredes (uno de los más allegados a Patricio Martínez), como Coordinador de Enlace (sic) y la de Julián Luzanilla, un duartista completo, “enlace de operación por parte del Comité Ejecutivo Nacional” (recontra sic).
Por si fuera poco, sorprende que Adriana Terrazas y Alejandro Domínguez, diputados federales, no soliciten licencia a su cargo alegando que “pueden realizar ambas funciones simultáneamente” ¿Sabrán del criterio del Tribunal Electoral de la Federación acerca de la participación de servidores públicos en las campañas? ¡Híjole!
¿Qué no se dan cuenta del enorme rechazo popular a que sigamos “subsidiando” las actividades partidarias con el pago de las jugosas dietas y compensaciones a los legisladores federales?
En cambio, Javier Corral, del PAN, seguramente para “bajarle” a su perfil de político profesional, arrancará con un evento titulado “¡Corre, trota o camina!”, para luego dar inicio de manera real con la divulgación de un manifiesto llamado “Por un nuevo Chihuahua”.
Y el candidato del Movimiento Ciudadano, Cruz Pérez Cuéllar lo hace a lomo de un caballo, tratando de resaltar la imagen más socorrida del chihuahuense típico, la del ganadero, como si esa fuera, todavía, la prevaleciente y no la de las trabajadoras de la maquila, por ejemplo, o la de los trabajadores industriales.
A su vez, el “independiente” José Luis Barraza, realizará en su primer día de campaña dos actos religiosos. A mediodía irá a un “servicio evangélico (en) aposento alto (sic)” y en la tarde, como parte de su agenda electoral, acudirá a misa (la católica) en la Catedral de Juárez.
¿Pues no que estábamos cansados de los políticos y sus partidos? ¿Acaso la manipulación religiosa –o el intento de hacerlo– no es una de las constantes de ellos en las campañas electorales? ¿Qué se pretende con el anuncio de su presencia en los actos litúrgicos? ¿Que el pueblo “bajo” se entusiasme con alguien que “sí tiene temor de Dios”?
Válgame.
¿Cuándo entenderán estos políticos -incluidos los “independientes”- que sus convicciones religiosas le tienen muy sin cuidado a la absoluta mayoría de los mexicanos?
Bueno, es sólo el principio de la campaña.