Arranca AMLO su tercera campaña presidencial en Ciudad Juárez (VIDEOS)

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Andrés Manuel López Obrador, candidato presidencial de la coalición Juntos Haremos Historia, arrancó su tercera campaña en el histórico monumento a Benito Juárez de esta ciudad fronteriza ante una multitud sin precedentes en esta frontera. En el histórico Paso del Norte, López Obrador se ubica por primera vez en el primer lugar de las preferencias electorales a nivel estatal. Con un discurso nacionalista, AMLO cargó contra el neoliberalismo que ha hundido a México en la corrupción y la miseria.

Más tarde, en Cuauhtemoc, Chihuahua, ante una multitud aún mayor, Andrés Manuel López Obrador, candidato de Morena, llamó este domingo a sus simpatizantes a ejercer el voto parejo para ganar la elección presidencial y también la mayoría en el Congreso federal.

En el mitin -con plaza llena- están presentes contingentes de los partidos que esta ocasión lo abanderan rumbo a la Presidencia de la República, Morena, del Trabajo y Encuentro Social, además de militantes de otros institutos políticos que de última hora renunciaron a su militancia, sobre todo del PRD. También hay ciudadanos sin partido.

El candidato de la coalición Juntos Haremos Historia, Andrés Manuel López Obrador dijo que su principal propósito será acabar con la corrupción y desterrar la impunidad.

AMLO afirmó que de ganar, ampliará la zona franca de 20 a 30 km, reducirá el ISR al 20%, el IVA al 8% y la gasolina costará igual que en EU.

Se pronunció por un gobierno que atienda a las mayorías, creyentes y no creyentes, de todas las clases sociales, de todas las culturas y de todas las preferencias sexuales, sin distinciones.

EN CIUDAD JUAREZ

Dijo también que el nuevo gobierno debe dar ejemplo de combate a la corrupción y que las personas que lo conformen sean de inobjetable honestidad.

En la Plaza destacan postes con volantes con fotografías de mujeres desparecidas, que es uno de los problemas que ninguno de los gobiernos de Chihuahua han solucionado. Hay organizaciones de mamás con hijas ausentes que quieren entregarle una carta al candidato presidencial. Una de esas es el Comité con Hijas Desaparecidas.

Ante los simpatizantes que se reunieron en Ciudad Juárez, en el inicio de su campaña, dijo que hay suficientes razones para ahorrar cuando menos el 10 por ciento del presupuesto público, que equivale 500 mil millones de pesos.

López Obrador refirió que la fórmula consiste en acabar con la corrupción y bajar los sueldos de los funcionarios y subir los de las personas más necesitadas.

Se pronunció por dar impulso a las actividades recreativas, al deporte profesional, y darle la mano a todos los ciudadanos que resultaron afectados por los sismos.

Se refirió a la franja fronteriza norte del país, donde consideró que por asunto de justicia, pero sin correr riesgos, se les reducirán los impuestos y se les aumentará el salario.

Acompañan a López Obrador su esposa Beatriz Gutiérrez Müller, y el empresario Alfonso Romo, así como la candidata a diputada federal Nestora Salgado, la dirigente de Morena, Yeidckol Polevnsky, así como el del PT, Alberto Anaya.

Asimismo, se encuentran braceros que exigen el pago del dinero que el gobierno mexicano les retuvo de su trabajo en Estados Unidos.

Por otro lado, este arranque de campaña despertó el interés incluso de prensa extranjera, de Texas y Nuevo México, principalmente, que son los estados fronterizos. López Obrador abordará en su discurso la política exterior y la relación de México con Estados Unidos y el presidente Donald Trump.

EN CUAUHTEMOC

Discurso completo:

Amigas y amigos:

Iniciamos la campaña, aquí donde comienza nuestra patria, en Ciudad
Juárez, iniciamos aquí la campaña como homenaje a este legendario Paso
del Norte, donde se refugió y resistió Juárez y su gabinete, en los
tiempos de la lucha contra los conservadores y la Invasión Francesa.

Medio siglo después, en mayo de 1911, aquí también tuvo lugar la
batalla decisiva en la cual los revolucionarios, encabezados por
Francisco I. Madero, con el apoyo militar de Pascual Orozco y
Francisco Villa, derrotaron al ejército federal para propiciar la
caída del régimen dictatorial porfirista.

De modo que Ciudad Juárez, antes Paso del Norte, ha sido testigo de
hechos históricos trascendentes y punto de partida de importantes
transformaciones. Por eso decidimos iniciar nuestra campaña en este
sitio por demás emblemático: Ciudad Juárez representa el pasado
glorioso, el presente de los grandes y graves problemas nacionales y
la posibilidad de lograr juntos, aquí y en todo México, un mejor
porvenir para nuestro pueblo y nuestra nación.

La situación actual en Ciudad Juárez es muy parecida a lo que sucede
en el resto del país. Antes había más diferencias entre el norte y el
sur de nuestra patria. Hasta hace poco, el crecimiento económico en la
frontera era superior a la media nacional y por lo mismo había mayores
oportunidades de empleo. A partir de la recesión económica producida
en 2008 en los Estados Unidos, Ciudad Juárez pasó a ser uno de los
centros urbanos con mayor desocupación en el país.

Aparejada con la crisis económica, ha venido como rémora la crisis de
bienestar social, que se sumó a la inseguridad y la violencia que ya
venían de tiempo atrás.

Aquí empezó el horror de los feminicidios que, desgraciadamente,
siguen ocurriendo en todo el país y con mayor incidencia en las
colonias populares de las grandes ciudades de la república. Hoy, las
multiplicadas amenazas a la integridad y a la vida acechan en forma
particularmente devastadora a las mujeres y a los jóvenes.

No fue casual que el papa Francisco decidiera venir a Ciudad Juárez
hace más de dos años para alzar la voz y sostener que uno de los
principales flagelos a los que se ven expuestos los jóvenes es la
negación de su derecho al estudio y al trabajo sostenible y
redituable, y la imposibilidad de realizarse y proyectarse. Esto
genera condiciones de pobreza y marginación, y esta pobreza y esta
marginación son el mejor caldo de cultivo para que caigan en el
círculo del narcotráfico y la violencia.

Ha sido tan pronunciada la decadencia del país en los últimos tiempos
que sólo la fortaleza cultural de nuestro pueblo permite explicar por
qué tanto aguante y resistencia. Hemos padecido no sólo crisis
económica y colapso del bienestar social sino de corrupción política,
inseguridad y violencia.

Según nuestro diagnóstico, el problema se originó a partir de la
aplicación del llamado modelo neoliberal que no ha dado resultados ni
siquiera en términos cuantitativos. Baste señalar que en treinta años,
descontando el aumento de la población, el crecimiento real de la
economía ha sido de cero. Pero quizá lo más perjudicial es que dicha
política económica ha desatado la corrupción más colosal y dañina que
se haya registrado en la historia de nuestro país.

Desde el gobierno de Carlos Salinas se optó, de manera absurda, por
abandonar el campo y acabar con la industria nacional, y el Estado
dejó de promover el desarrollo. Los defensores del actual modelo
económico hablan de modernidad, pero no dicen que esa modernidad es
sinónimo de economía de élites, y que es excluyente para las mayorías
y provechosa sólo para una minoría. Suelen poner como ejemplo de sus
supuestos logros los beneficios del Tratado de Libre Comercio que, sin
ser del todo inexistentes, han tenido un costo altísimo y limitados
resultados.

Pueden argumentar lo que quieran, pero no se puede hablar del éxito
del modelo exportador cuando la economía ha permanecido estancada
durante tres décadas. El fomento de una economía para las élites no
significa ni desarrollo ni creación de empleos.

En otras palabras, si fuera cierto que el Tratado de Libre Comercio de
América del Norte (TLCAN) sólo beneficia a México, nuestra economía no
permanecería estancada ni habría migración. Un dato importante: En
1970, cuando las exportaciones de México sólo representaban 8 por
ciento del PIB, el crecimiento de la economía era del 6.5 por ciento,
mientras que ahora, cuando las exportaciones significan 36 por ciento
del PIB, la economía sólo crece en 2.3 por ciento.

No somos, por tanto, un país que esté progresando gracias a la
apertura externa, pues, aunque exportamos mucho en valor, también
importamos la mayor parte de lo que consumimos; nuestras exportaciones
no generan desarrollo tecnológico propio y en estas décadas hemos
experimentado un severo retroceso en materia de soberanía nacional.

Hacemos referencia a lo que supuestamente ha funcionado mejor, pero a
pesar de ello la situación económica de la gente en Ciudad Juárez y en
todo México es peor que la existente hace treinta años. Por ejemplo,
un trabajador de la industria automotriz en Ciudad Juárez gana 2.47
dólares por hora, mientras que en Estados Unidos un obrero con la
misma especialidad recibe 29 dólares por hora; es decir, diez veces más.

Pero lo más injusto e indignante ha sido la pérdida del poder
adquisitivo del salario mínimo. El más reciente reporte del Centro de
Análisis Multidisciplinario de la Facultad de Economía de la UNAM
afirma que hace 30 años un salario mínimo alcanzaba para comprar
cincuenta y un kilos de tortilla, y que ahora sólo alcanza para
adquirir seis kilos de tortilla; de acuerdo con los estudios de este
centro académico, la pérdida de poder adquisitivo del salario en éste
periodo llega a 80 por ciento (a octubre de 2017). De ese tamaño ha
sido el empobrecimiento del pueblo durante el periodo neoliberal.

Y en forma paralela a este infame manejo económico, la corrupción
campea con toda impunidad en la administración pública. Nunca antes
había padecido el país tanta corrupción como ahora.
Podrán acusarme de exagerado o extremista e incluso podrán argumentar
que siempre ha sucedido lo mismo, pero la descomunal deshonestidad del
periodo neoliberal (de 1983 a la fecha) supera por mucho lo antes
visto y no tiene precedente.

En la época postrevolucionaria, de los años 30 a los 80 del siglo
pasado, los gobernantes no se atrevían a privatizar las tierras
ejidales, los bosques, las playas, los ferrocarriles, las minas, la
industria eléctrica, ni mucho menos a enajenar el petróleo; sin
embargo, en estos aciagos tiempos del neoliberalismo, los gobernantes
se han dedicado, como en el Porfiriato, a concesionar el territorio y
a transferir empresas y bienes públicos, e incluso funciones del
Estado, a particulares nacionales y extranjeros.

En estos tiempos, el sistema en su conjunto, ha operado para la
corrupción. No se trata, como antes, de actos delictivos individuales
o de una red de complicidades para hacer negocios al amparo de los
cargos públicos; ahora, la corrupción se ha convertido en la principal
función del poder político y el encubrimiento, la impunidad y la
complicidad son el principal aglutinante de los grupos que se han
sucedido en el ejercicio del gobierno, sean del PRI o del PAN.

Por eso, nuestra propuesta tiene como principal propósito desterrar la
corrupción y la impunidad. Así como Júarez separó al Estado de la
iglesia, ahora vamos a separar al poder económico del poder político.
El gobierno va a representar a pobres y a ricos, a mayorías y
minorías, a creyentes o no creyentes, a pobladores del campo y de la
ciudad, a mexicanos de todas las clases sociales, preferencias
sexuales y culturas.

El nuevo gobierno democrático dará el ejemplo en el combate a la
corrupción; los servidores públicos serán mujeres y hombre de
inobjetable honestidad. Ninguna persona con antecedentes de
enriquecimiento ilícito será invitada a participar en la función
pública. Llegar al gobierno no significará la obtención de un
privilegio o la oportunidad de hacer negocios al amparo del poder.

El gobierno dejará de ser una fábrica de nuevos ricos y cambiará por
completo la imagen que el mundo tiene de nuestro país. Además, hay
suficientes razones y datos contundentes para sostener que erradicar
la corrupción en el gobierno nos permitirá ahorrar cuando menos el 10
por ciento del presupuesto público, es decir, más de quinientos mil
millones de pesos al año.
La fórmula que proponemos consiste en acabar con la corrupción, con la
impunidad y con los privilegios y, sin aumentar impuestos ni endeudar
al país, financiar el desarrollo de México con los vastos recursos
económicos que actualmente desaparecen en el hoyo negro de los
desfalcos, los desvíos, las malversaciones, los sobornos y los “moches”.

Desde el primero de diciembre de este año dispondremos de mayor
inversión pública, la cual será utilizada como capital semilla para
fomentar la inversión privada y para destinar presupuestos
significativos a la educación, la cultura, la producción, la creación
de empleos, la dignificación y reactivación del agro, el
financiamiento de programas de desarrollo regional de largo alcance,
la cobertura de necesidades básicas de la población, incluyendo la
recreación y el deporte, y las tareas de reconstrucción en las
poblaciones afectadas por los sismos del año pasado.

Vamos a impulsar ese desarrollo regional de sur a norte, con la puesta
en práctica de proyectos para retener a la población en sus pueblos,
ampliando oportunidades de trabajo y bienestar.

Así, por ejemplo, vamos a sembrar un millón de árboles frutales y
maderables en el sureste, en donde se crearán cuatrocientos mil
empleos; se fomentará el turismo en el Caribe y en las zonas
arqueológicas de las culturas olmeca y maya, porque vamos a construir
un tren de alta velocidad de Cancún-Tulum-Calakmul-Palenque; se
construirán dos grandes refinerías en la costa del Golfo de México
para dejar de importar gasolina y bajar los precios de los
combustibles. Se crearán un corredor económico y comercial en el Istmo
de Tehuantepec y se ampliarán los puertos de Salina Cruz y
Coatzacoalcos.

En esa franja, que es la más angosta del país, se construirá una línea
férrea para trenes de carga y contenedores para comunicar a los países
del Pacífico con la costa Este de Estados Unidos.

Vamos a construir dos pistas en la base aérea militar de Santa Lucía
para resolver el problema de la saturación del actual aeropuerto de la
Ciudad de México. Dicho de otra forma, se suspenderá la construcción
del nuevo aeropuerto en el Lago de Texcoco y, con ello, ahorraremos
más de 200 mil millones de pesos.

Este proceso se llevará a cabo con estricto apego a la ley, buscando
siempre el acuerdo con las compañías a las cuales se les han
adjudicado contratos; garantizando el pago de bonos y protegiendo las
inversiones de las Afores; es decir, se actuará con legalidad, y se
dará certidumbre, sin corrupción.

Asimismo, nos estamos comprometiendo a que habrá cobertura de internet
en todo el país y será gratuito en caminos, espacios públicos,
escuelas y hospitales. Hoy solo el 25 por ciento del territorio
nacional está comunicado con telefonía móvil.
En todo el país se fijarán precios de garantía para los productos del
campo, a fin de detener la migración y lograr la autosuficiencia
alimentaria; la tendencia será fortalecer el mercado interno y
producir en México lo que consumimos; también se impulsará la
industria de la construcción para que haya empleos, se ejecutarán las
obras públicas necesarias como caminos, hospitales, escuelas,
vivienda, la introducción de servicios, el programa de transición a
energías limpias y el cuidado de los recursos naturales y el medio
ambiente.

El nuevo gobierno buscará la modernidad desde abajo y para todos.
Habrá un crecimiento económico horizontal, es decir, en todo el país,
no sólo en pequeños islotes, como ha venido sucediendo en los últimos
treinta años.

Fomentaremos el desarrollo a lo largo de los tres mil ciento ochenta y
cinco kilómetros de frontera con Estados Unidos y allí se creará una
zona libre o franca para promover la inversión, el desarrollo
productivo y tecnológico, así como la creación de empleos. Esta será
la última cortina para retener trabajadores en nuestro territorio.

De manera puntual señalo lo siguiente:
1. Se van a recorrer las aduanas mexicanas hacia el sur, tierra
adentro, de veinte a treinta kilómetros de la línea divisoria.

2. En la zona libre o franca se reducirá el Impuesto Sobre la Renta
(ISR) a 20 por ciento.

3. El Impuesto al Valor Agregado (IVA) será de 8 por ciento en
promedio, la mitad de lo que se cobra en la actualidad.
Específicamente, en las ciudades fronterizas de México se aplicará la
misma tasa impositiva que en el lado estadounidense; es decir, en
California, cobran 8.5 por ciento, en Arizona, 8.2; en Nuevo México,
7.5; y aquí, en la frontera con Texas, 8.2 por ciento.

4. Se reducirán Impuestos Especiales a la Producción y Servicios
(IEPS) para establecer tarifas y precios de gasolina, diésel y
electricidad iguales a los de Estados Unidos.

5. Desde el 1 de enero del 2019, en toda la zona libre de la franja
fronteriza, se aumentará el salario mínimo a cuando menos el doble de
lo estipulado en la actualidad. Se trata de un asunto de justicia y
sin riesgos de inflación porque habrá, como lo hemos dicho, reducción
de impuestos y de precios de energía, de tal manera que, al subir el
salario y bajar otros precios, el nivel general de precios quedaría
igual o, incluso, podría bajar.

6. En todas las ciudades de esta zona libre fronteriza se llevará a
cabo un plan de desarrollo urbano integral que incluirá el
ordenamiento del uso del suelo, la introducción de agua potable,
drenaje, pavimentación de calles, construcción de vivienda,
guarderías, unidades deportivas, espacios culturales, escuelas,
hospitales y otras obras y servicios. Añado que, como en todo el país,
desde finales de este año iniciará el programa para garantizar a los
jóvenes el derecho a la educación y al trabajo. Asimismo, aumentará al
doble la pensión de los adultos mayores y todos los discapacitados
pobres recibirán un apoyo de la misma cuantía.

No vamos a descartar la posibilidad de convencer a Donald Trump de su
equivocada política exterior y, en particular, de su despectiva
actitud contra los mexicanos. Estamos dispuestos a poner sobre la
mesa, en su momento, nuestro programa de desarrollo para impulsar el
crecimiento, generar empleos y garantizar el bienestar y, así,
enfrentar de manera conjunta las causas que originan la migración, la
inseguridad y la violencia. Reiteramos: no es con muros ni con el uso
de la fuerza como se resuelven los problemas sociales y los asuntos de
seguridad, sino con desarrollo y bienestar.

También expreso, con toda claridad, que no estamos en contra del
Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos y Canadá. Sin embargo,
sería conveniente que la firma de los nuevos acuerdos se realizara
luego de las elecciones presidenciales del primero de julio, para
buscar equidad y consensos, no afectar sectores productivos de México
e incluir asuntos importantes como la definición de salarios y el tema
migratorio.
El nuevo gobierno democrático mantendrá siempre una actitud respetuosa
hacia el gobierno de Estados Unidos, pero haremos valer nuestra
autoridad soberana. Defenderemos el derecho de nuestros connacionales
a ganarse la vida en cualquier lugar del mundo con su trabajo honrado.
Adelanto que en poco tiempo los consulados de México en Estados Unidos
se ocuparán por completo de la atención a nuestros paisanos; para
efecto práctico, se convertirán en auténticas defensorías al servicio
de los migrantes.

Insisto: buscaremos establecer con Estados Unidos una relación
bilateral fincada en la cooperación para el desarrollo y el respeto
mutuo. Protegeremos a los migrantes pero, al mismo tiempo, aplicaremos
una política económica generadora de empleos que garantice a los
mexicanos trabajo, salarios justos y bienestar en sus lugares de
origen, donde están sus familiares, sus costumbres y su cultura.
El sueño que me inspira y quiero hacer realidad es que México se
convierta en una potencia y que sus habitantes sólo salgan de sus
pueblos por gusto y no por necesidad. Entonces, ninguna amenaza,
ningún muro, ninguna actitud prepotente de ningún gobierno extranjero
podrá impedir que podamos trabajar y ser felices en nuestra querida
patria.

Amigas y amigos:
Estoy confiado que la crisis nacional está por terminar y que nada
podrá opacar de manera perdurable el nombre de México ni impedir que
triunfe la causa de la justicia. Nuestra nación, que tanto ha sufrido,
saldrá adelante, como ha pasado en otros tiempos de adversidad. La
cultura y la cohesión social de nuestro pueblo nos ha permitido
sobrevivir y sobreponernos a todas las calamidades. México ha
desafiado, a lo largo de su historia, hambrunas e inundaciones,
guerras, invasiones y viles zarpazos a su territorio.

Pero siempre se ha levantado y ha superado los daños de epidemias y
temblores, miserias públicas, malos gobernantes y saqueos
monumentales. La profecía de los antiguos poetas es real y verdadera:
mientras exista el mundo, nunca terminará, no acabará la fama y la
gloria de nuestro México Temoanchan, Yokotan, Potonchan, Tollán,
Caxcan, Colliman, Aztlán, de nuestro México Tenochtitlán.
Amigas y amigos:

En tiempos de tristezas y decepción hay un ánimo que despierta y
entusiasma el corazón.
Puede ser una utopía, un ideal inalcanzable, pero ya somos muchos,
millones de mexicanas y mexicanos quienes queremos la paz con justicia
y dignidad, el desarrollo sustentable, el imperio de la legalidad, el
bienestar, la vida buena.

Hace mucho tiempo que no existía un entusiasmo como el actual ante la
inminencia de un cambio de régimen, ante la cercanía de una
transformación mayor; en muchas décadas no habíamos tenido al alcance
de la mano, como ahora, la construcción o la reconstrucción de la
patria. Esa es la buena nueva. Estamos a punto de exclamar de manera
colectiva, como no se había escuchado en los últimos cien años, con
toda nuestra alegría, un triunfante
¡Viva México!
¡Viva México!
¡Viva México!

Ciudad Juárez, Chihuahua, 1 de abril de 2018

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