Argentinos eligen a su nuevo presidente

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Los argentinos eligen este domingo a quien gobernará el país los próximos cuatro años en una inédita segunda vuelta electoral entre el opositor conservador Mauricio Macri y el peronista Daniel Scioli, partidario de mantener el modelo populista del kirchnerismo.

Macri, de 56 años y líder del frente opositor Cambiemos, es favorito en todas las encuestas.

Sin decirlo claramente para no violar una veda electoral, tanto Macri como Scioli expresaron su confianza en el triunfo.

“Es un día histórico, va a cambiar nuestra vida”, subrayó Macri al votar en una escuela del barrio Parque, uno de los más elegantes de esta ciudad.

Macri anticipó que antes del almuerzo tenía previsto jugar al fútbol, como lo hizo en la primera vuelta del pasado 25 de octubre.

“La última elección metí un gol de tiro libre. No sé si por última vez en mi vida”, recordó un sonriente Macri, quien fue recibido por partidarios que le cantaban “sí se puede, sí se puede”.

El opositor propone atajar la inflación que economistas privados estiman en al menos 27% anual, levantar rápidamente las impopulares restricciones para la compra de dólares, corregir el tipo de cambio y acotar las regulaciones que, a su entender, mantienen estancada la economía desde hace cuatro años.

El también alcalde de Buenos Aires asegura que no suprimirá los programas sociales ni la nacionalización de empresas emblemáticas como la petrolera YPF llevadas a cabo durante los dos mandatos de la presidenta Cristina Fernández (2007-2015).

Scioli, de 58 años y líder del peronista Frente para la Victoria, reconoce los mismos problemas que su rival aunque propone mecanismos “graduales” para corregir “lo que haya que corregir” sin provocar un ajuste que genere una brusca devaluación. El también gobernador de la provincia de Buenos Aires, la más importante del país, asegura que si gana ejercerá el poder sin condicionamientos por parte del kirchnerismo.

“Tengo mucha confianza de que la gente votará en defensa de su futuro, cuidando lo que tiene que cuidar. Hoy va a ganar el pueblo, gana la gente”, declaró Scioli antes de votar en una escuela del partido bonaerense de Tigre.

“Me tengo mucha fe, sé que el pueblo ha madurado”, agregó el candidato, mientras decenas de personas cantaban “Se siente, se siente, Scioli presidente”.

Unos 32 millones de argentinos mayores de 16 años están habilitados para votar en el primer balotaje en la historia del país.

Los centros de votación abrieron a las 08:00 (1100 GMT) y cerrarán a las 18:00 (2100 GMT). Las personas que estén dentro de los centros de votación podrán sufragar después de la hora estipulada de cierre. El voto es obligatorio entre los 18 y los 70 años.

“Cada vez que vengo a votar me parece que voy a una fiesta; estuve años sin votar por las dictaduras militares”, dijo Ricardo Ferretti, de 58 años, el primero de una fila de cinco personas que aguardaba la apertura de las urnas en una escuela del barrio de Floresta, al sur de la capital argentina.

“Eso sí, no me pregunte a quién voy a votar porque eso un secreto”, continuó el mecánico de automotores en una mañana con el sol a pleno. “Pero lo que quiere es que los políticos dejen de “afanar” (robar) que mejore la economía y que haya más seguridad”.

Se espera que la Cámara Nacional Electoral de un primer informe de resultados parciales oficiales a las 19:30 (2230GMT).

Quien se alce con el triunfo sucederá el 10 de diciembre a Fernández, líder del movimiento de centroizquierda que creó junto a su antecesor y fallecido marido Néstor Kirchner (2003-2007) dentro del peronismo. Los gobiernos de ambos estuvieron caracterizados por una fuerte intervención estatal en la economía, programas de asistencia a los necesitados y un estilo personalista de ejercer el poder que provocó confrontaciones con rivales políticos y una grieta en el seno de la sociedad.

“Nunca hemos tenido un período de gobierno con esta estabilidad económica y social”, destacó Fernández al votar en una escuela de la ciudad sureña de Río Gallegos.

Luego destacó como un “fenómeno inédito” el hecho de que se vote “con el 5,9% de desocupación, generación de millones de puestos de trabajo y una paz social muy grande”.

Macri llega con más posibilidades de ganar luego de que en la primera ronda del 25 de octubre quedara tan solo tres puntos por debajo del oficialista, un resultado inesperado que fue leído como una victoria.

El opositor, el directivo más exitoso de la historia del club de fútbol Boca Juniors, espera romper el maleficio de presidentes no peronistas que no pudieron terminar su mandato en los últimos 60 años.

Scioli ha intentado en el último tramo de la campaña diferenciarse de Fernández, aunque no lo suficiente como para captar el voto mayoritario de los seguidores de otras fuerzas políticas opuestas al kirchnerismo.

Ambos candidatos son conscientes de que, además de corregir los desequilibrios económicos sin alterar el bienestar de los beneficiados por los programas asistenciales, habrá que dar una respuesta a la inseguridad y el avance del narcotráfico.

Argentina se encuentra estable en comparación con el colapso financiero de 2001, cuando entró en cese de pagos de su deuda por más de 100.000 millones de dólares y de la noche a la mañana millones de personas de clase media se empobrecieron.

Sin embargo, los planes de ayuda social que se multiplicaron en la década ya no bastan para conformar a los argentinos, que se quejan de deficientes servicios sanitarios y obsoletos medios de transporte, así como de la falta de viviendas, seguridad y empleos de calidad.

Otro nubarrón que acecha es la amarga disputa en los tribunales de Estados Unidos con un grupo de bonistas que exigen a Argentina el pago de una deuda millonaria, la cual ha ahuyentado a los inversionistas y mantenido al país excluido de los mercados crediticios internacionales.

Fuente: AP/ AFP

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