El régimen de Donald Trump ha programado el inicio de una serie de redadas masivas de miles de familias inmigrantes en una decena de ciudades para este próximo domingo, generando -como parece ser el objetivo- temor y pánico en comunidades inmigrantes a lo largo del país.
Al mismo tiempo, continua el torrente de denuncias por las condiciones infrahumanas en los centros de detención de inmigrantes, donde han muerto por lo menos seis menores de edad desde diciembre, como la crueldad de las políticas de separación de familias por las autoridades, algo que, si se llevan a cabo las redadas anunciadas, empeorará aún más, alertan defensores de derechos civiles y humanos.
Funcionarios del Departamento de Seguridad Interna informaron, de manera anónima, a algunos medios nacionales que las redadas están programadas para iniciar el próximo domingo y continuarán varios días en por lo menos 10 ciudades importantes con el objetivo de capturar a por lo menos 2 mil inmigrantes que han recibido órdenes de deportación. A la vez, advirtieron que en este operativo, realizado por la agencia de migración conocida como ICE, podrían realizarse arrestos “colaterales” de otros indocumentados que son “interceptados” durante las operaciones.
Al parecer, aún no se han finalizado los detalles de las operación y han brotado algunas tensiones entre las filas de las agencias encargadas de control de inmigración; algunos oficiales han expresado preocupación y renuencia por la posible detención y separación de familias, incluyendo niños y hasta bebés, reportó el New York Times.
La operación fue programada primero para el mes pasado, la cual fue anunciada de manera sorpresiva, incluso para oficiales de migración, por el presidente Trump vía Twitter. Pero poco antes de realizarse, el presidente anunció que se postergaría mientras se negociaba con el Congreso el financiamiento de un paquete de programas de seguridad fronteriza.
El viernes pasado, Trump indicó que las redadas se llevarían a cabo próximamente, y el domingo el jefe en funciones de la agencia de Servicios de Ciudadania e Inmigración (USCIS) Ken Cuccinelli dijo a CBS News que las autoridades se preparaban para “encontrar y detener y después deportar a [algunos]de los aproximadamente un millón de inmigrantes que tienen órdenes finales de remoción”.
Desde entonces, organizaciones de defensa de inmigrantes y de derechos civiles habían intensificado sus actividades de educación de comunidades amenazadas sobre sus derechos, incluyendo el de no permitir el ingreso de agentes migratorios a sus casas sin orden judicial.
Hoy la Unión Americana de Libertades Civiles (ACLU) y organizaciones aliadas presentaron una demanda legal preventiva para intentar frenar el operativo, argumentando que a las familias bajo sospecha se les debería permitir acudir a tribunales para abordar sus procesos que en muchos casos están llenos de errores administrativos. Otras organizaciones están considerando acciones legales para frenar o por lo menos demorar las deportaciones.
Un día despues de testimonios de víctimas de las políticas migratorias de Trump y defensores de derechos humanos el miércoles en la Cámara baja, líderes demócratas del Senado presentaron hoy un proyecto legislativo llamado Ley para Frenar la Crueldad a Niños Migrantes, que busca establecer normas para el trato de menores de edad y familias en centros de detención.
La figura que más conmovió a los legisladores el miércoles fue Yazmín Juárez, solicitante de asilo proveniente de Guatemala, quien contó a un comité cómo llegó a este pais con su hija Mariee por “temor a nuestras vidas”, pero que acabó “viendo cómo murió lenta y dolorosamente mi niña bebé antes de su segundo cumpleaños”, después de que la menor se enfermó durante tres semanas de detención. Declaró que se presento ante la audiencia para evitar que esto le suceda a otros como ella, afirmando que la muerte de su hija es “como si me arrancaran una parte de mi corazón, como que me arrancaron el alma”.
En la misma audiencia, Michael Breen de Human Rights First contó cómo una madre refugiada informó que después de tres días en detención en Estados Unidos su hijo de 5 años de edad estaba demasiado débil para ponerse de pie, y que rogó a los oficiales que le ayudaran. “Mi hijo se está muriendo”, rogó y un oficial le respondió, “bueno, ¿ya se murió? Entonces cállese la boca y deje de llorar”.
Por otro lado, legisladores demócratas del Comité Judicial de la cámara baja aprobaron hoy emitir citatorios a altos funcionarios involucrados en la implementación de las políticas de separación y detención de familias para que expliquen lo que hicieron, y tambien investigar posibles ofrecimientos de perdones presidenciales a aquellos funcionarios que implementaron las órdenes del presidente a pesar de que implicaban violaciones de la ley.
Ante la creciente ola de críticas por las condiciones infrahumanas que padecen las familias en esas instalaciones, Trump escribió en un tuit la semana pasada; “Si inmigrantes ilegales no están contentos con las condiciones en los centros de detención construidos rápidamente o modificados, simplemente díganles que no vengan. ¡Todo resuelto!”.
ICE acaba de abrir tres nuevos centros de detención y continúa buscando nuevas instalaciones para ampliar su capacidad de detención, a fin de continuar generando negocio para los operadores privados de muchos de estos centros, reportó Mother Jones y otros medios.
Múltiples investigaciones periodísticas y visitas de legisladores y defensores de derechos humanos a centros de detención de migrantes en Estados Unidos durante las ultimas semanas han detonado denuncias dentro y fuera de este país -incluso por Michelle Bachelet, Comisionada de Derechos Humanos de la ONU- por el maltrato y hasta violacion de derechos humanos de familias, y sobre todo menores de edad, con algunos condenando la existencia de lo que llaman “campos de concentración” en Estados Unidos.
Fuente: La Jornada