Por Álvaro Delgado
El Congreso Nacional estaba impugnado desde antes de realizarse, con 15 recursos presentados ante el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación
Solo, como cualquier congresista, Alfonso Ramírez Cuéllar salió por una puerta posterior de la Sala de Armas de la Magdalena Mixhuca, el local donde se definía el futuro de su partido y de él mismo. Se recargó en un camión y encendió un cigarro. “Morena debe salir ya de la parálisis”, me dijo expulsando el humo.
Apenas iniciaba el Sexto Congreso Nacional Extraordinario de Morena, este domingo, y nadie sabía que “La Polla”, como es conocido, era el candidato único a presidirlo, una decisión que abrió un nuevo capítulo en su deterioro interno y cuyo fracaso de la política deja su futuro, otra vez, en manos de los jueces.
Ya nada extraña del partido que gobierna México con una mayoría en el Congreso y un respaldo popular inédito para su principal activo, el presidente Andrés Manuel López Obrador, quien no sólo no asistió, sino que ya amenazó con irse de Morena, colapsado por cientos de quejas y juicios de miles de militantes.
El Congreso Nacional estaba impugnado desde antes de realizarse, con 15 recursos presentados ante el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) y otros que prepara la secretaria general que fue destituida como presidenta en funciones, Yeidckol Polevnsky, identificada como la responsable de la crisis por su afán de querer ser presidenta de la República.
“Ése es el fondo del problema que tiene a Morena en la parálisis y la descomposición”, me dijo un prominente dirigente, quien asegura que Polevnsky quiere mantenerse al frente de Morena para controlar la designación de los candidatos a diputados federales y a gobernadores para las elecciones de 2021 y sustentar su proyecto presidencial.
Un lapsus de quien nació llamándose Citlali Ibáñez Camacho, nieta de Maximino Ávila Camacho, revela el plan, según sus detractores. “No me voy a reelegir porque no quiero ser secretaria general, voy por la presidencia de la República… perdón por la de Morena”, dijo la mujer en una videograbación del 13 de septiembre.
Por el contrario, Polevnsky alega que el objetivo del grupo de Bertha Luján, la presidenta del Consejo Nacional que convocó al Congreso que designó a Ramírez Cuéllar, es sólo monetario. “Su único interés es el dinero”, dice. Por eso se opuso a devolver mil 240 millones de pesos de prerrogativas, equivalementes a 75%.
Si ése es el fondo, la forma también es anómala y será resuelta por el TEPJF: La convocatoria al Congreso Nacional Extraordinario se sustentó en el primer párrafo del artículo 34 de los Estatutos, que indica que podrá celebrarse “cuando lo soliciten por escrito la mayoría de los integrantes del Consejo Nacional, el Comité Ejecutivo Nacional o la tercera parte de los consejos estatales”.
No sólo convocó el Consejo General, sino 18 de los 27 consejos estatales, según Luján, pero Polevnsky alega que la sesión fue anulada por el TEPJF y no se entregó documentación a ella para convocar, además de que el quórum mínimo era mil 350, no mil 310. Así, con tal canibalismo, ni con Ramírez Cuéllar habrá final feliz.
Fuente: El Heraldo de México