AMLO y la transparencia, ayuda de memoria

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Por Ernesto Villanueva

La eventual desaparición del INAI en sus actuales términos no trae consigo necesariamente opacidad como han señalado varios detractores de la 4T.

Las declaraciones del presidente Andrés Manuel López Obrador en torno a la vida jurídica del Instituto Nacional de Transparencia, Acceso a la Información y Protección de Datos Personales (INAI) ha generado en el círculo rojo estupor, preocupación y temor de que se elimine la transparencia como un valor esencial de un Estado democrático de Derecho. Es importante recurrir a los antecedentes de la postura presidencial sobre el tema desde que fue Jefe de Gobierno del Distrito Federal (2000-2006).

Desde el inicio de su gestión en el entonces Distrito Federal se puede documentar que AMLO ha sido cercano y sensible al tema de la transparencia. Desde su inicio como jefe de gobierno del DF en el 2000, la administración del ahora presidente fue sensible al tema al promover la transparencia en forma proactiva. En efecto, primero se crearon los contralores ciudadanos para la vigilancia en ese momento del ejercicio de los recursos públicos, uno de los temas de mayor interés de la comunidad. De la misma forma, creó un Consejo de Transparencia para el Seguimiento de las Finanzas Públicas como antecedente de que había voluntad política sobre este rubro. Ese Consejo no tuvo mayores atribuciones legales, pero sí fue el primer acercamiento de la administración del presidente como jefe de gobierno de la capital del país.

Poco después, el apoyo del jefe de gobierno y su partido a la iniciativa de ley del entonces asambleísta, José Buendía, fue una saludable señal de empatía con el tema. Buendía tiene el mérito de haber creado un parteaguas de interés público para hacer de la transparencia una realidad concreta en el llamado Distrito Federal. El primer punto, empero, fue dilucidar si la entonces Asamblea Legislativa del Distrito Federal tenía competencia para legislar la materia. Se creó un comité de asesoría de la ALDF, del que fui parte, junto con otros colegas, como Miguel Carbonell, en donde se brindaron los elementos técnico-jurídicos que justificaron por qué la ALDF sí podía legislar en esa materia. Con la iniciativa de Buendía convertida en Ley, el 8 de mayo del 2003 se creó el primer organismo garante, el llamado Consejo de Información Pública del Distrito Federal. Ese fue el punto de partida legal para institucionalizar la transparencia en la capital del país.

Dos años más tarde, se llevó a cabo una reforma sustantiva a la normativa local, la cual fue publicada en la Gaceta Oficial el 28 de octubre del 2005. Me tocó en suerte participar con el Jefe de Gobierno en su confección, gracias a los buenos oficios de la entonces contralora general, Bertha Luján. La reforma de referencia fue de gran calado porque retomó las mejores expresiones de otras leyes y las más importantes prácticas internacionales. Por virtud de esa reforma se creó el Instituto de Información Pública del Distrito Federal que después fue producto de reformas dirigidas a su fortalecimiento.

No hay, pues, una alergia presidencial al tema, si no todo lo contrario como se desprende de los antecedentes que he documentado. Hasta este momento lo que existe es especulación y se ha confundido el objetivo (la transparencia) con el organismo garante encargado de su promoción y vigilancia.

Es necesario separar el objetivo con el medio para lograr esa finalidad. Se asimila erróneamente  la transparencia con el INAI, una especie de relación simbiótica, donde no puede existir una sin la otra, lo que me parece un error. Lo importante es la transparencia no el INAI. Es decir, la eventual desaparición del INAI en sus actuales términos no trae consigo necesariamente opacidad como han señalado varios detractores de la 4T. Ha habido también atendibles reflexiones serias y de buena fe, como la expresada por José Octavio López Presa, comisionado fundador del entonces IFAI antecedente del INAI, a quien el país le debe la existencia de la primera plataforma digital en el mundo, llamado inicialmente SISI para ejercer remotamente el derecho de acceso a la información pública. El fin debe permanecer fortalecido y garantizado, pero lo que no es dable es la vinculación del INAI como requisito para la existencia de la primera. Toda obra humana es perfectible y eso al presidente López Obrador le queda claro, no hay que convencerlo de la importancia de la transparencia, convencido está desde que fue jefe de gobierno del Distrito Federal.

@evillanuevamx

ernestovillanueva@hushmail.com

Fuente: Proceso

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