El candidato de Morena a la Presidencia de la República, Andrés Manuel López Obrador, llamó a los inversionistas y empresarios, nacionales y extranjeros, a no dejarse manipular por campañas de odio y abstenerse de promover enconos polarizaciones y estados de pánico que ponen en riesgo la armonía social.
En una larga carta publicada como colaborador invitado en el diario El Financiero, el tres veces candidato presidencial, pidió al sector:
“Tengan confianza. No somos rebeldes sin causa y tenemos palabra. Sabemos cumplir nuestros compromisos. No se dejen asustar. Recuerden que ya gobernamos la capital de la República y que establecimos allí una buena relación con el sector privado, nacional y extranjero”.
En aquellos tiempos, afirmó, el manejo financiero fue reconocido en México y en el extranjero y mereció una calificación Triple A por Standard & Poor’s.
Luego de señalar que el ánimo social le es “muy favorable” y que las encuestas le dan una ventaja de 20% en la intención del voto –“motivo por el cual el grupo que ha ocupado el gobierno y que ha lucrado al amparo del poder público en los últimos sexenios ha lanzado una campaña para atemorizar a empresarios e inversionistas del país y del extranjero”—enumeró en 10 puntos su diagnóstico del país, así como propuestas e intenciones de gobierno, principalmente en materia económica y de seguridad.
Como primer punto, dejó en claro que su convicción es que el principal problema de México es la corrupción y de acuerdo con el Banco de Mundial políticos corruptos y traficantes de influencias se roban el 20% del presupuesto público, es decir, más de un billón de pesos anuales, por lo que afirmó que va a erradicar la corrupción “por completo”.
Siguió con su crítica a los altos salarios de los funcionarios que gozan de prebendas desmesuradas que no tienen cabida en otros países.
“Los altos funcionarios públicos son de los mejores pagados del mundo y ni los exmandatarios de Estados Unidos reciben pensiones tan cuantiosas como las que disfrutan aquí los expresidentes; y otro tanto sucede con los presidentes en activo; el avión de que dispone Enrique Peña Nieto es más lujoso que el de Donald Trump”, recalcó.
López Obrador reiteró en su análisis que sin corrupción y con un gobierno austero podrán sacar a México de la crisis económica, “del malestar y la pobreza, de la espiral de inseguridad y violencia que actualmente padece” y para ello, dijo, “bastará con honestidad” en el gobierno y con una reducción del costo de la administración.
Enfatizó que el modelo económico que propone es semejante al que se aplicó en el país en el periodo denominado del “Desarrollo Estabilizador”, con el que la economía mexicana creció a tasas del 7 % anual, sin endeudamiento, inflación ni devaluación de la moneda.
Y, ante las críticas de sus adversarios de que pretende recurrir a esquemas del pasado que no aplican para el México actual, aclaró:
“No es nuestro propósito, desde luego, revivir un modelo del pasado y aplicarlo de manera mecánica; pretendemos retomar las lógicas que funcionaron, ajustarlas a las condiciones actuales y aplicarlas con una visión política distinta, de pleno respeto a los principios democráticos y a la legalidad, en un entorno en el que deben tomarse en cuenta factores tan diversos como la inserción de México en la globalidad, el surgimiento de una nueva generación de derechos individuales y sociales y una vertiginosa transformación tecnológica”.
Señalo también que será respetuoso de la autonomía del Banco de México, que habrá un auténtico Estado de derecho y luego abordó el tema de la inseguridad y la violencia que también ha golpeado a empresarios e inversionistas.
Para afrontar el problema, señaló que repetirá el esquema que aplicó cuando era jefe de Gobierno de la ciudad: indicó que todos los días encabezará, desde muy temprano, el gabinete de Seguridad para recibir personalmente el parte de las corporaciones policiacas y militares y tomar las decisiones correspondientes.
Reiteró que se conformará una guardia nacional y habrá coordinación entre todas las fuerzas del orden de las regiones, estados y municipios.
Finalmente, se refirió a la democracia, materia en la que, aseguró, “se acabarán los fraudes electorales y habrá una democracia incuestionable”.
El próximo gobierno, señaló seguro de su triunfo, respetará las libertades y no tomará medidas autoritarias.
En cuanto a los contratos otorgados por el actual gobierno en materia energética y obras públicas, como de la construcción del aeropuerto de Texcoco, recalcó que se revisarán uno a uno para evitar casos de corrupción como el de Odebrecht.
Y como último punto refrendó su disposición a renegociar el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), para lo que consideró conveniente que la firma de los nuevos acuerdos se realice después de las elecciones del 1 de julio, “para hacerlo en condiciones de equidad, dar margen a la construcción de consensos en nuestro país y proteger a los sectores productivos de México”.
Además, consideró que en el nuevo acuerdo deben estar incluidos la fijación de salarios justos y las reglas migratorias.
Y de su futura relación con el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, en caso de ganar la Presidencia de México, adelantó:
“No descartamos la posibilidad de convencer al presidente Donald Trump de su despectiva y equivocada actitud contra los mexicanos. Estamos dispuestos a mantener una relación de amistad y respeto mutuo”.
Fuente: Apro