Alzas en gasolina y dólar arrastran el poder adquisitivo

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 El aumento en los precios de la gasolina y la depreciación del peso han puesto en jaque la recuperación real de los salarios y el consumo interno, que ha impulsado a la economía mexicana en los últimos dos años.

“El alza en la gasolina es un tema que impacta a la economía de los hogares mexicanos. La clase media es la que más se afecta con todo esto porque de alguna forma es la que está más apretada siempre. Está en una etapa con niños en la escuela o de desarrollo profesional intermedio”, dijo en entrevista Fabián Ghirardelly, country manager de Kantar World Panel México, una firma que analiza el consumo de 2,500 hogares.

Este será otro año difícil para los hogares, dijo el experto, pues pronostica que el precio de los combustibles seguirá aumentando a lo largo de 2017.

Apenas a finales de 2016 el salario mínimo aumentó de 73 a 80 pesos, monto que aún está lejos de la línea de bienestar mínimo de 89 pesos. Sin embargo, este aumento fue visto como una buena medida para que el salario de aquellos que ganan menos comenzara su recuperación.

No obstante, las expectativas de la inflación para 2017 son que rebase la meta del Banco de México de 3% +/- un punto porcentual, y supere 5% en algunos meses para regresar al intervalo deseado hasta en 2018.

El aumento en el salario mínimo se esfumará en unos cuantos meses, debido a la tendencia que se observa en los precios de productos básicos desde hace años, pero esta vez agravada por los efectos que tendrá la liberación de los precios de la gasolina, dice en un reporte el Centro de Análisis Multidisciplinario de la Facultad de Economía de la UNAM.

El estudio agrega que de 2013 a octubre de 2016, a pesar de que el salario mínimo aumentó 12.8% nominal, por efecto del aumento de 26.9% en los precios de productos básicos, en realidad el poder adquisitivo en este periodo perdió 11.11%.

Para este año habrá que sumarle las consecuencias de la depreciación que ha tenido el peso desde 2014 (39%) y que en la mayoría de los casos fue absorbida por los productores para no elevar los precios de las mercancías.

En este escenario, el analista de BBVA Bancomer, Javier Amador, anticipa que la mayor inflación se traducirá en una peor evolución de los salarios reales a la anteriormente prevista, con un posible impacto adicional sobre el dinamismo del consumo privado.

Se pueden esperar cambios en los patrones de consumo de las familias mexicanas, que en los momentos de crisis sacrifican productos que no son de primera necesidad como artículos de cuidado personal y del hogar, advirtió Ghirardelly .

“Compran menos volumen o se pasan a marcas más baratas o tamaños más pequeños. Después, depende el tamaño de la crisis que altera la escala de la compra. La gente busca regular el desembolso, quieren que esté más bajo control”, dijo el directivo de Kantar.

Fuente: Expansion

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