China activó la alerta naranja, la de mayor gravedad por detrás de la roja, ante los graves niveles de contaminación que se registran en el norte, el centro y el este del país, y que han obligado a cerrar autopistas y cancelar o retrasar vuelos.
El Centro Meteorológico chino elevó este sábado la alerta de amarillo a naranja en la costa oriental del país, como en Jiangsu, Zhejiang, Anhui o la metrópolis de Shanghái; en el centro, como en Henan, y el norte, como en Pekín.
A pesar de la alerta, el centro anunció que la situación mejorará a partir de hoy al miércoles, gracias a la llegada de un frente frío que vendrá acompañado de fuertes vientos, lo que ayudará a limpiar el aire, si bien conllevará una bajada de temperaturas.
La extrema contaminación hoy provocó el cierre temporal de un centenar de autopistas en el este del país, y diversas cancelaciones o retrasos de vuelos en los aeropuertos de la ciudad costera de Qingtao y Jinan, ambas en la provincia oriental de Shandong.
Numerosas urbes de la parte este del país registraron récords de contaminación, como la ciudad de Suzhou y Wuxi, o hasta Nanning, capital de la región sureña autónoma de Guangxi, que normalmente disfruta de una buena calidad del aire comparada con otras áreas.
Las regiones de Jiangsu, Zhejiang y Henan llevan seis días sufriendo altos niveles de contaminación del aire, mientras que Shanghái, la capital económica china, alcanzó el viernes niveles de extrema gravedad y obligó a retirar vehículos oficiales de las calles, detener las obras de construcción y mantener a los niños en el interior de los edificios.
No obstante, la metrópolis consiguió hoy bajar el nivel de contaminantes, aunque siguió manteniéndose por encima de lo considerado “saludable”.
La concentración de partículas PM 2,5, aquellas inferiores a las 2,5 micras y las más peligrosas para la salud por su capacidad de infiltrarse en los pulmones superó los 600 microgramos por metro cuadrado en la capital financiera el viernes, el nivel más alto desde que la ciudad comenzó estas mediciones el pasado diciembre, mientras que hoy se situó en los 200.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda una concentración no superior a los 25 microgramos por metro cuadrado.
Hoy en la capital, Pekín, y después de una semana de inusuales cielos azules, se alcanzan los 400 microgramos, un nivel “peligroso”, según el cálculo diario que realiza la embajada de Estados Unidos y que se suele considerar más fiable que las mediciones oficiales.
Como consecuencia de la contaminación, las autoridades chinas declararon ya el jueves una alerta amarilla, el segundo indicador más grave en una escala de cuatro niveles cromáticos, para Shanghái y varias provincias del este, mientras que hoy lo ampliaron a la parte norte del país.
La contaminación es una de las graves consecuencias del rápido desarrollo de China, y uno de las preocupaciones más importantes para la población china, cuando se calcula que casi el 40 por ciento de las 113 ciudades más grandes de China sufre niveles de contaminación superiores incluso a los laxos límites oficiales que marcan las leyes medioambientales del gigante asiático.
Fuente: EFE