El cardenal George Pell, el católico de más alto rango en Australia y encargado de las finanzas del Vaticano, fue acusado de múltiples delitos sexuales, informaron medios.
Los cargos de abusos sexuales contra al menos tres menores de edad entre los años 70 y 80 fueron notificados a los representantes legales de Pell en Melbourne y se presentaron también en la Corte de Melbourne, donde tendrá que comparecer el 18 de julio.
“El cardenal Pell enfrenta múltiples cargos por varias denuncias”, señaló el comisionado adjunto de la Policía de Victoria, Shane Patton.
Patton dijo que Pell había sido investigado por los mismos señalamientos en una serie de casos similares relacionados con abuso sexual a menores.
El cardenal ha negado las acusaciones en su contra y dijo que confirmará su inocencia.
“Tenemos que respetar el debido proceso, esperar hasta que concluya y, obviamente, yo seguiré cooperando”, señaló Pell a los medios.
Cuando se le cuestionó sobre si acudirá a Australia para el proceso legal, reafirmó que cooperará con las autoridades.
Con anterioridad, Pell ya había sido interrogado, a través de una videoconferencia, por la policía de su país, sobre al menos 54 casos de supuestos encubrimientos de abusos sexuales cometidos por numerosos curas en la localidad de Ballarat, en el estado de Victoria, cuando Pell era un simple párroco de la diócesis.
Las supuestas víctimas, que cuentan unos 40 años, han presentado denuncias por separado, en las que acusan al cardenal de abusos durante su paso por la escuela primaria. Lyndon Monument, uno de los acusadores, ha explicado en Australia que ha mantenido silencio hasta ahora a causa del poder del cardenal. En el sumario constan ocho declaraciones presentadas por testigos y familiares de las presuntas víctimas.
El cargo para el que Pell fue nombrado por el papa Francisco equivale, en el organigrama del Vaticano y la Santa Sede, al de un superministro de Economía de ambas instituciones, algo que no había sucedido nunca antes y menos en manos de un no italiano. Tras su nombramiento se produjeron numerosas reacciones y críticas internas por dicha “intrusión forastera” en los asuntos de la Curia o gobierno central de la Iglesia.
“Cuando la justícia haya hablado, hablaré yo”, prometió Jorge Bergoglio en julio del 2016, a su regreso de un viaje a Polonia. Y añadió: “Debemos esperar a la justicia y no efectuar primero un juicio mediático”. El Papa admitió que tras la presentación de denuncias siempre “existe una duda”.
Fuente: Reforma/ Agencias