“Mi honor sigue intacto.
“No he cometido ningún delito”. Genaro García Luna rompió su silencio por primera vez desde su arresto en 2019 y se declaró inocente en una carta publicada por su abogado el martes. El ministro de Seguridad del Gobierno, Felipe Calderón, confirmó que permanece detenido en “condiciones inhumanas”, denunciando su condena el año pasado basada en “pruebas falsas” presentadas por el gobierno de Andrés Manuel López Obrador, y dijo que la detención de Ismael Almayo Zambada pone de relieve los vínculos entre El narcotráfico y este régimen, así como la polémica reforma judicial impulsada por el presidente.
El ex narcotraficante también acusó al gobierno estadounidense de represalias y dijo que su juicio en Nueva York fue una represalia después de que se negó a cooperar y se convirtió en testigo protegido en el país para obtener una sentencia reducida por un mes. “Me negué y la respuesta fue explosiva”, escribió el exgerente, quien fue condenado por tráfico de drogas, crimen organizado y declaraciones falsas.
La carta de cuatro páginas, presentada por el periodista Keegan Hamilton, aparece tres semanas antes de la audiencia de sentencia del ex escritor, prevista para el 9 de octubre en el Tribunal del Distrito Este de Nueva York en Brooklyn.
El exfuncionario mexicano de alto rango está a punto de ir a juicio en Estados Unidos, donde enfrenta entre 20 años y cadena perpetua acusado de colaborar durante más de dos décadas con el Cartel de Sinaloa.
“Lo único que se utilizó durante el juicio para probar los delitos imputados fue la información falsa proporcionada por el gobierno mexicano y el testimonio de testigos cuyos antecedentes penales fueron probados”, dijo García Luna.
Parte de una carta manuscrita de Genaro García Luna enviada desde prisión a su abogado.
Parte de una carta manuscrita de Genaro García Luna enviada desde prisión a su abogado.
El exfuncionario, quien fue criticado por López Obrador como un ejemplo de colusión entre narcotraficantes y políticos del “viejo régimen”, respondió al presidente y confirmó que el involucrado en el crimen tenía una organización que era el actual presidente. “Es información pública y aparece en los archivos oficiales de México y Estados Unidos, comunicaciones, videos, grabaciones de audio, fotografías, comunicaciones y documentos administrativos entre el actual Presidente de México, Andrés López Obrador y sus agentes con los narcotraficantes y sus bandas.
.” “Fui secuestrado por líderes familiares, especialmente por testigos que fueron utilizados en mi contra en el juicio”, dijo García Luna.
El exsecretario dijo que la última evidencia de cooperación entre el gobierno de López Obrador y el narcotráfico se encuentra en una carta publicada por el diario El Mayo el 10 de agosto, en la que denunció su secuestro y extradición por parte de Los Chapitos a Estados Unidos tras su citación.
Reunirse con el gobernador del estado de Sinaloa, Rubén Rocha, y Héctor Coen, su principal oponente político.
Rocha, miembro del partido Morena de López Obrador, negó su asistencia y descartó cualquier conexión con el Cartel de Sinaloa.
“[Estos hechos están respaldados por] la posición del gobierno mexicano en contra de la detención del líder y el retiro de poderes judiciales, y los principales beneficiados son los criminales”, agregó García Luna, sumándose a la “posición diplomática” del mexicano.
gobierno el decreto de suspensión President v. Washington, como otra confirmación de la complicidad de esta administración con los criminales.
García Luna también habló sobre las condiciones que enfrentó en el Centro de Detención de Brooklyn, denunciando “amenazas sistemáticas” en su contra, además de presenciar “asesinatos” y “puñaladas” en prisión.
Denunció: “Estuve aislado durante casi un año en la sala disciplinaria sin violar ninguna norma ni reglamento, y sin antecedentes de mala conducta”. “Me asignaron a mis compañeros de cuarto, quienes registraron más de 2.000 horas tratando de involucrarme en el tráfico de drogas o en la delincuencia”, añadió.
Luego de que se emitió el veredicto de culpabilidad, los fiscales acusaron a García Luna de ofrecer $1 millón en sobornos a otros reclusos para convencerlos de testificar a su favor, y sus declaraciones fueron escuchadas por el juez Brian Cogan, quien negó la solicitud del acusado de un nuevo juicio.
Principios de agosto.
García Luna dijo que se negó a cooperar con la justicia estadounidense, a pesar del ofrecimiento de dinero, porque la intención de las autoridades era dañar a su par mexicana.
“La idea es hacer pagar a las personas y a las instituciones, lo que en el corto plazo socavará el desarrollo del país, la paz pública y la vida institucional”, afirmó.
Y añadió: “He luchado contra el crimen al más alto nivel a lo largo de mi carrera.
El exfuncionario anunció que apelará la decisión y agotará todas las vías legales para salir de prisión “hasta obtener mi libertad”.
García Luna insistió en no presentar ninguna prueba material ni documental durante su juicio del pasado mes de febrero, y defendió la limpieza de su patrimonio profesional y profesional.
Concluyó que “ni un solo peso ni dólar está involucrado en el narcotráfico”. El destino del zar antidrogas acusado de colaborar en el narcotráfico está en manos de Cogan, el mismo juez que condenó a Joaquín El Chapo Guzmán en 2019 y que celebrará su primera audiencia con El Mayo el 31 de octubre.
