Por Francisco Javier Pizarro Chávez
Estamos atravesando una situación de incertidumbre internacional y nacional en lo económico comercial, financiero y también en el ámbito político.
La guerra comercial entre Estados Unidos y China, el alza de aranceles a la importación del jitomate mexicano, el conflicto generado entre el gobierno norteamericano y el de México por el flujo migratorio de centroamericanos, la aplicación del titulo III de la Ley Helms-Burton, la cual establece sanciones para las empresas y sus directivos que realicen inversiones en Cuba en activos reclamados por Estados Unidos, ha generado un clima de fluctuación en todo el mundo, pero particularmente en México.
Y no es para menos. Se ha generaran una profunda crisis sistémica global que inclusive puede devenir en un conflicto financiero y comercial de hondo calado internacional y consecuentemente en un dilema nacional.
No exagero. El anuncio de Trump de que Estados Unidos se apresta a imponer nuevas sanciones comerciales a China y un día después aranceles a la importaciones del jitomate mexicano, tuvieron un alto impacto:
- El valor del peso mexicano tuvo una depreciación al pasar de 17.90 a 19.20 pesos por dólar a la compra y 19.35 a la venta.
- El Banco Mexicano de Valores perdió 0.40 % esta semana, con lo que suma 12 jornadas a la baja.
- Los productores mexicanos que envíen jitomate a Estados Unidos tendrán que pagar una cuota compensatoria (arancel) de 17.5 por ciento, esto es, 350 millones de dólares adicionales.
- El martes, el presidente Donald Trump, anunció a través de un tuit que el Congreso de su país debe actuar y resolver el problema de la entrada de migrantes centroamericanos por la frontera sur o de lo contrario tomará medidas mas duras, como el cierre de algunos tramos fronterizos con México.
- La Secretaría de Relaciones Exteriores, analiza por su parte, “las instancias legales correspondientes para interponer las acciones por las violaciones al derecho internacional que la Ley Helms-Burton representa, así como para proteger los intereses mexicanos en el exterior”.
La trama en curso dista mucho de ser únicamente de índole comercial y financiero. Eso es solamente es un escaparte publicitario usado por Donald Trump. Lo que en el fondo está promoviendo es obtener a costa de lo que sea, el ser reelecto presidente en el 2020.
Y eso es sumamente peligroso, no solo para los norteamericanos a quienes ha dividido, sino también para el mundo entero. No se nos olvide que en aras de lograr su reelección, intentó dar un Golpe de Estado en Venezuela no solo para destituir al presidente Maduro, sino sobre todo, para apropiarse de sus vastos recursos petroleros y bloquear el apoyo que Rusia le ha brindado.
La aplicación de la Ley Helms-Burton a Cuba, no tiene otra finalidad que la de anexar de nueva cuenta a Cuba a los Estados Unidos, como lo hicieron con Puerto Rico e indirectamente con Panamá.
En este contexto, México debe estar alerta y unido como nación. La disputa que se ha generado entre el gobierno en curso, los partidos de oposición y medios de comunicación, el sistema bancario y empresarial, respecto a situación económica y financiera del país, no abona nada en defensa de la nación.
Por el contrario, afianza el camino para todo tipo de intervención que se le ocurra a Trump, para desestabilizar social, económica y políticamente a México.
La socialización de las pérdidas y la privatización de los beneficios que gobierno y sector empresarial defienden, no tienen porque ser un factor de desintegración de la nación, en un contexto histórico como el que ahora se vive.
Como dice el refrán: “La patria es primero”.
Las posturas asumidas por ambas partes en cuanto al estado de guarda la economía y el sistema financiero de México, son cacofónicas.
Mientras que el Presidente de la República López Obrador, declara en una de sus conferencias mañaneras “sostengo que está bien la economía…el peso va bien, no se ha depreciado, hay confianza de inversionistas extranjeros y no hay indicios de recesión… que se ha creado la confianza del consumidor mexicano como nunca y tiene demandas de inversionistas extranjeros como la de la compañía Nestlé que quiere invertir 500 millones de dólares en Veracruz y las compañías refresqueras de la Coca Cola y la Pepsi Cola le ofrecieron invertir en México 4 mil millones de dólares y que BlackRock el Fondo de Inversiones mas grande del mundo que maneja siete mil trillones de dólares, también quiere invertir en México”.
En contraparte organismos como el Inegi, el Banco de México, y desde luego los bancos y compañías financieras, dicen todo lo contrario: “Inegi ve riesgos de recesión económica por la caída del sector industrial y de servicios durante el primer trimestre de 2019 y que por segundo mes consecutivo se redujo en abril el 0.9 puntos de confianza de los consumidores.
El BVM, por su parte, señala que de enero a marzo se incrementaron las comisiones bancarias en 6.4%”; El sistema bancario y financiero, insiste en que la tasa de crecimiento económico (PIB) va a ser entre 1.2 y 1.7 por ciento en 2019 y 2020 y no en 4 por ciento como dice el Presidente.
Me pregunto y les pregunto ¿A quien le creemos?