A la espera del dedazo

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Por Luis Javier Valero Flores

En tanto en el PRI la tensión crece minuto a minuto, en una recreación del viejo pasado, de cuando era el partido “casi único”, en el que no había posibilidad alguna que la oposición pudiera, siquiera, disputar los triunfos electorales, razón por la que las disputas reales por el poder eran al interior del PRI, de ahí la importancia del “tapado”, precisamente “destapado” por el “dedazo”, términos  acuñados por aquella realidad; en la oposición de izquierda y derecha se advirtieron algunos intentos de conformar un gran frente opositor, aparentemente tardíos.

En medio de una oleada incesante de rumores, de mensajes a través de la internet y sus numerosas aplicaciones -a lo que se sumó el desusado hecho de la aparición de la imagen, aparecida en la versión digital de El Diario de Chihuahua, al mediodía de ayer, del alcalde juarense con licencia, Enrique Serrano, con el título de “¿Será?”, sin más texto que aclarara tan desusada nota- la expectación crece al interior del priismo y abarca a una buena parte de los chihuahuenses más interesados en la cosa pública, pero que deja a los dirigentes, funcionarios públicos y militantes de este partido, otra vez, como súbditos frente a los “tlatoanis” asentados en la ciudad de México, que resolverán ante ellos y solo ante ellos quien defenderá los colores del PRI en la próxima contienda electoral.

Así, las especulaciones se convirtieron en el principal tema de esos chihuahuenses.

¿Quién será?

El escribiente se declara absolutamente incapaz de vaticinarlo, es imposible escudriñar el giro de los pensamientos del Presidente Peña Nieto, del Secretario de Gobernación, Miguel Osorio Chong, y del presidente priista, Manlio Fabio Beltrones, de los numerosos intereses que deben cuidar, de los aspectos a privilegiar por cada uno de ellos, de las reacciones de los jefes de cada grupo a considerar, de los distintos escenarios generados a partir de la designación de uno, o del otro, o de aquella aspirante, menos en las actuales condiciones en las que la confrontación interna llegó a niveles de verdadero escándalo.

Desaparecido cualquier vestigio democrático al interior del priismo chihuahuense se encuentra en la peor de las situaciones, la de esperar lo que decidan “los jefes”, en una especie de “remake” de lo que sucedía en el país hace 30, 40 años, los tiempos del “tapado” y el “dedazo”.

Triunfalistas, los priistas sostienen que con cualquiera de los 10 aspirantes ganan la elección, como antes, de cuando las elecciones eran pura simulación.

Puede ser que sea así, pero nadie se los garantiza, y más si se toma en cuenta que no se encuentran con las mejores calificaciones sus gobernantes. Tanto Peña Nieto, como César Duarte, ofrecen una gran cantidad de flancos débiles que serán explotados por la oposición y que formarán parte central del discurso de los reales opositores en la contienda electoral

Más aún, crece la percepción de que el PAN tiene muy elevadas posibilidades de mantener las alcaldías de Cuauhtémoc y Delicias y de ganar la capital del estado. Además, se encuentra en buen momento como para intentar la recuperación de las presidencias municipales de Camargo, Jiménez y Parral, municipios que por largos períodos ha tenido en su poder.

De todas las ciudades mayores en el estado, sólo Juárez podría representarle un cierto respiro a los priistas y llevarlos a pensar que pueden mantener la alcaldía, pero tampoco pueden lanzar las campanas al vuelo.

Y si la consideran el gran aportador de votos -por aquello de que cuenta con el 42% del padrón electoral del estado- para el priismo, faltan a la verdad pues en términos generales votan cantidades semejantes en Chihuahua y Juárez, a pesar de la disparidad en el número electores.

Tienen problemas, pues.

Enfrente, en la real oposición de izquierda y derecha, no las tienen todas consigo.

Las reivindicaciones de carácter político-democrático no pueden ir desligadas de las reivindicaciones de carácter económico. México ocupa uno de los primeros lugares en el desencanto popular o ciudadano acerca de la democracia electoral. El desarrollo democrático del país, o el arribo de la era de la plena competencia electoral, con elecciones creíbles, que trajo la posibilidad de que a través del voto llegara la alternancia electoral, no trajo consigo la mejoría de la mayoría de los mexicanos.

Votar perdió, rápidamente, ante los ojos de esa mayoría, la “magia” de que por ese medio se acabaran la mayoría de nuestros males. Paradójicamente, para muchos, estamos peor que antes, sólo que ahora con muchos partidos.

De ahí que no puede entenderse porqué una parte de la izquierda chihuahuense pueda aliarse, con demandas de carácter político-democrático con personajes como Gustavo Madero, uno de los forjadores y ejecutores del Pacto por México, que posibilitó la aprobación de las peores y más regresivas reformas de la historia nacional, entre ellas la energética, que traerá a nuestra entidad, de darse, uno de los peores desastres, de todo tipo, que hayan sufrido los chihuahuenses jamás, la posibilidad de la explotación del gas shale a través del fracking.

Ante el anuncio de la creación del Frente Político de la Unidad Democrática, con el objeto de impulsar un candidato a la gubernatura y un programa de gobierno contra la desigualdad social y la corrupción política, en el que participan, entre otros, Gustavo Madero, diputado federal del PAN y exlíder nacional de ese partido; el senador panista Javier Corral Jurado; Jaime García Chávez, exlíder del PRD; el exdirigente estatal de Morena, Víctor Quintana; así como los miembros de El Barzón, Alma Gómez y Gabino Gómez.

Mencionados todavía hasta hace muy poco como aspirantes del PAN a la candidatura al gobierno estatal, Madero y Corral, se pronunciaron en el sentido aquel cuando ya sólo restan 26 días para el cierre del registro de las convocatorias de los partidos a los procesos internos y de que su partido está inmerso en el difícil proceso de selección de su abanderado.

La sorpresa fue mayor al día siguiente, en un giro inesperado, el dirigente estatal del PAN, Mario Vázquez, respaldó la iniciativa del grupo plural y anunció la integración del blanquiazul, institucionalmente a dicha iniciativa: “Una alianza opositora sin el PAN, no se puede pensar, estamos dispuestos a estar presentes”.

Participante destacado del nuevo Frente, el ex dirigente estatal de Morena y principal animador en Chihuahua de esta agrupación, Víctor Quintana, fue descalificado por la dirigencia estatal del partido de Lopez Obrador, la que expresó que, de ninguna manera iremos a una alianza, ni con el PRI, ni con el PAN, deberá enfrentar duras críticas al interior de su partido pues recientemente fue designado Representante de la Soberanía Nacional, eufemismo usado en Morena para designar a quien ya nombraron, mediante un muy sui generis mecanismo, como el presunto candidato de Morena al Gobierno de Chihuahua.

Claramente desubicado acerca de las posibilidades reales, delimitadas por la regulación electoral local, Gustavo Madero expresó que las coaliciones electorales son veneno para los gobiernos autoritarios que tiene el país con el PRI, pero esa posibilidad ya no existe en Chihuahua, por lo menos en esta elección.

Sí, porque a nivel de coaliciones legales, el PAN no tiene con quién hacerlas. El PANAL de Chihuahua seguramente hará suyo al candidato priista, del mismo modo que el Verde Ecologista y el revivido Partido del Trabajo; a su vez, Movimiento Ciudadano promueve intensamente al ex dirigente estatal panista, Cruz Pérez Cuéllar, en el ánimo de restarle votos al PAN.

Sólo les quedaría el PRD, extraordinariamente disminuido pues Morena les arrebatará los votantes de izquierda, además de que las filias de la dirigencia estatal perredista son con el PRI y el Gobernador Duarte y, finalmente, la impedimenta de Morena a efectuar alianzas electorales.

No son halagüeñas las noticias para la conformación de tal frente, a menos que lograran encontrar la fórmula para desactivar el encontronazo a raíz de las distintas candidaturas.

¿Cómo podrían embonar concepciones tan distintas, en la conformación de un programa de gobierno, como las de Madero y las de Quintana? ¿Bastarán, para conformarlo, la coincidencia en la lucha contra la corrupción? ¿Cómo resolverían las indudables diferencias en el tratamiento a los conflictos laborales, hoy tan en la superficie, especialmente en Juárez? ¿O ante la explotación minera?  ¿Y cuándo llegaran los momentos de la definición sobre la explotación del gas shale?

De tal modo que no están fáciles las cosas para el panismo local, deberá sortear exitosamente la designación de su candidato, resolver adecuadamente su relación con el Frente Democrático y enfrentar la sangría, así sea menor, que le causarán los candidatos del Movimiento Ciudadano, casi todos ellos emergidos del PAN, encabezados por el ex dirigente estatal, Cruz Perez Cuéllar, probable candidato a gobernador del estado.

En todos esos frentes, la divisa es que se trata de agrupamientos que le disputarán al PAN los votos de los oposicionistas al actual gobierno estatal.

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