A 31 años del sismo del 85 (VIDEOS)

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El entonces Distrito Federal, la capital del país, resultó la más afectada. Cabe remarcar que también la réplica del viernes 20 de septiembre de 1985 tuvo una gran repercusión para la Ciudad de México.

Este fenómeno sismológico se suscitó a las 7.19 con un registro máximo de 8,1 grados en la escala de Richter, cuya duración aproximada fue de poco más de 2 minutos.

Al siguiente día (20 de septiembre) a las 19.38 una réplica de menor intensidad con una magnitud de 7,9 grados en la escala de Richter vuelve a estremecer a la ciudad.

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Origen y epicentro del temblor del 85

El Epicentro se localizó frente a las costas de Guerrero y Michoacán. Un informe de la UNAM del 25 de septiembre de 1985 detalla más aún que el epicentro fue localizado frente a la desembocadura del Rio Balsas, a las 7.17 alcanzando la Ciudad de México a las 7.19 con una intensidad de 8,1 grados según la escala de Richter. Este movimiento tuvo afectación en la zona conocida como la “brecha de Michoacán”.

Una de las múltiples apreciaciones en cuanto a la energía que se liberó en dicho movimiento fue su equivalente a 1.114 bombas atómicas de 20 kilotones cada una.

Zonas afectadas

Recorrido del sismo desde su inicio hasta el final

– Lázaro Cárdenas, Mich. Daños medianos a graves en un 80% de las viviendas, 5 muertos (dos de ellos en un accidente en carretera). Daños graves en hoteles, edificios públicos, hospital general. No hubo desquiciamientos en labores ni perturbación de orden público o de las comunicaciones. La normalidad se restableció unas horas después del sismo. Se sintió una secuencia de sismos fuertes con duración de un minuto. No hubo pánico.

– Playa Azul, Mich. Derrumbe parcial del antiguo hotel playa azul; varias muertes. el maremoto alcanzó a inundar la planta baja de algunos hoteles situados sobre la playa pero no ocasionó perjuicios de consideración.

– Otras localidades de Michoacán. Daños menores en pequeños poblados de la sierra desde Coalcomán hasta Coahuayana. Sin embargo, no hay derrumbes en la sierra.

– Zihuatanejo, Gro. Maremoto en la bahía, con alturas de ola menores a 4 metros. Daños medianos o menores en viviendas. Se reporta un muerto.

– Ixtapa, Gro. Daños interiores (no estructurales) en los principales hoteles.

– Acapulco, Gro.

– Manzanillo, Colima.

– Ciudad Guzmán, Jal. Cerca de 50 muertos. Grave destrucción en viviendas y edificios públicos.

– México, Distrito Federal. Las intensidades en el Distrito Federal variaron. El sismo se inició en forma leve e intensificó su movimiento en unos cuantos segundos; posteriormente empezó a disminuir su movimiento como si el sismo fuera a terminar; repentinamente incrementó su intensidad a un movimiento oscilatorio con una duración aproximada de 2 minutos. Fue en las colonias Tlatelolco, Centro, Doctores, Roma y Obrera donde se presentó el mayor nivel de afección.

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Réplicas

Se presentaron varias réplicas del fenómeno siendo la más significativa la del día siguiente (20 de septiembre de 1985) a las 19.38 con una magnitud de 7,9 en la escala de Richter, causando daños materiales sobre construcciones dañadas previamente por efecto del primer sismo.

Consecuencias

Nunca se sabrá el número exacto de víctimas debido a la censura impuesta por el gobierno en México en aquel año. La ayuda internacional fue rechazada en un inicio por el presidente Miguel de la Madrid, pero, al ver sobrepasada las capacidades del gobierno, éste decidió aceptarla. Años después se hicieron las siguientes apreciaciones al respecto:

– Muertos: el gobierno reportó el fallecimiento de entre 6 y 7 mil personas e incluso llegó a suponer que la suma final fue de 10 mil. Sin embargo años después con la apertura de información de varias fuentes el registro aproximado se calculó en 35 mil muertos aunque hay fuentes que aseguran que la cifra rebasó los 40 mil muertos. El estadio de béisbol del Seguro Social se usó para acomodar y reconocer cadáveres. Se utilizaba hielo para retrasar la descomposición de los cuerpos.

– Las personas rescatadas con vida de los escombros fueron aproximadamente más de 4 mil. Hubo gente que fue rescatada viva entre los derrumbes hasta diez días después de ocurrido el primer sismo. – El número de estructuras destruidas en su totalidad aproximadamente fue de 30 mil y aquellas con daños parciales 68 mil.

– Entre los edificios destruidos se cuentan hospitales como el Hospital Juárez, Hospital General y Centro Médico Nacional donde se llegó a rescatar a poco más de 2.000 personas a pesar de que en el derrumbe quedaron atrapados tanto el personal como los pacientes que se encontraban en ellos, muchos murieron, en Tlatelolco los edificios Nuevo León y Juárez, Televicentro (actualmente Televisa Chapultepec) una fábrica de costura en San Antonio Abad (en la cual murieron varias costureras), y el lujoso Hotel Regis ubicado en la Alameda Central.

– La Torre Latinoamericana fue un caso excepcional pues este terremoto no le causo absolutamente daño alguno. Es remarcable el hecho de que en los hospitales que se derrumbaron, una parte de los recién nacidos algunos de ellos en incubadora, se lograron rescatar. A esos bebes se les llegó a conocer como “los niños del temblor” o “los niños milagro”.

– 12 edificios multifamiliares de la Unidad Nonoalco en Tlatelolco, se demolieron. y en los primeros 6 meses se demolieron más de 152 en toda la ciudad. Se recogieron 2 millones 388 mil 144 metros cúbicos de escombros; tan sólo para despejar 103 vías consideradas prioritarias se retiraron un millón 500 mil t de escombro (110 mil 600 viajes de camiones de volteo).

– Más de un millón usuarios del servicio eléctrico quedaron sin servicio y a los tres días del suceso, solo se había restablecido el 38% de este. Entre los daños a este servicio se cuentan 1.300 transformadores, 5 líneas de transmisión, 8 subestaciones y 600 postes de luz.

– El Sistema de Transporte Colectivo Metro quedó afectado en 32 estaciones. La mayoría reanudó el servicio en los días subsecuentes de ese mes, sin embargo la estación Isabel la Católica no lo hizo hasta el 4 de noviembre. – El servicio de autobuses de la Ruta 100 operó gratuitamente en el tiempo de recuperación de la ciudad – Las alertas de sanidad se dispararon, siendo una de las más trascendentes la de que había pruebas de la existencia de sangre (proveniente de las víctimas del sismo) en el agua potable de toda la red de la ciudad. – Hubo escasez de agua reportando averías en el Acueducto suroriente con 28 fracturas, la red primaria con 167 fugas y la red secundaria con 7 mil 229 fugas. Drenaje afectado: Río La Piedad, 6 mil 500 metros afectados; en menor grado, el Río Churubusco. Filtraciones de la lumbrera 9 a la 14 del Emisor Central y en 300 metros del Interceptor Centro-Poniente.

– Más de 516 mil m² de la carpeta asfáltica de las calles resultaron afectados por fracturas, grietas y hundimientos (equivalentes a más de 80 kilómetros de una carretera de un carril). También quedaron destruidos o afectados más de 85 mil metros cuadrados de banquetas (algo así como 12 canchas del tamaño del Estadio Azteca), más sus respectivas guarniciones (37 mil 744 metros).

– Era imposible la comunicación exterior vía teléfono pues fue seriamente dañada su estructura. No fue sino hasta marzo de 1986 que se restableció en su totalidad el servicio de larga distancia nacional e internacional. Debido a esto, el número de telegramas y telex sumo 685 mil 466, mientras que los comunicados por radio y televisión fueron más de 39 mil.

– El número de empleos perdidos por los sismos se estima entre 150 y 200 mil.

– Se crea la agrupación civil “Brigada de Rescate Topos Tlatelolco”, grupo de rescate que ha auxiliado a la población incluso a nivel internacional llegando en la actualidad a participar en las labores de rescate del Terremoto del Océano Índico de 2004, fenómeno que generó una ola gigante conocida como Tsunami.

Orígenes del desastre

Todos los edificios colapsados presentaban estructuras inadecuadas para terrenos arcillosos, principalmente a causa de la corrupción y la mala planeación, pues la mayoría de los edificios colapsados eran de reciente construcción, la negligencia del gobierno fue el principal culpable del enorme número de muertos, mientras que estructuras muy antiguas y adecuadas al tipo del terreno arcilloso soportaron el sismo.

A pesar de que los peritajes mostraron que la mayoría de los edificios caídos tenían especificaciones inferiores a las exigidas en los contratos, nadie fue declarado culpable. Particularmente grave fue el caso de la constructora estatal encargada de la construcción de escuelas, cuyos directivos quedaron impunes, pese al número elevado de escuelas primarias destruidas y escolares que resultaron muertos.

Respuesta inmediata y organización civil

De inmediato la población civil se organizó improvisando estaciones de auxilio y la gente que podía donaba artículos y contribuía como le fue posible al esfuerzo de recuperación; esto incluyó mover piedras a mano, regalar linternas, cascos de protección, etcétera. Automóviles civiles se tornaron en vehículos de auxilio. Líneas de personas movían medicamentos para ser inspeccionados para después ser suministrados. Las primeras acciones organizadas fueron realizadas por los grupos scouts de las localidades afectadas, mismas que fueron sostenidas durante varios meses con la atención de damnificados; Cruces dibujadas con un color rojo sobre papel eran suficientes para identificar personal o locales de auxilio.

Fue notoria la ausencia de una respuesta inmediata y coordinada de parte del gobierno de Miguel de la Madrid. El propio presidente demoró tres días en dirigirse a la nación y tomó otro tanto en comprender la magnitud de la desgracia. Debido a la ausencia y demora de acción por parte del gobierno federal, la población civil tomó en sus manos las labores de rescate. Eso implicó la auto-organización de brigadas, reforzadas especialmente por estudiantes de las carreras de medicina, ingeniería y ciencias, principalmente.

La UNAM, a pesar de no haberse visto afectada directamente, cerró sus puertas una semana suspendiendo clases para que los universitarios que así lo desearan pudieran integrase a las brigadas de rescate y ayuda. Fue notable también el hecho de que la policía y el ejército demoraron en hacer presencia y su labor inicial se limitó a “resguardar” los edificios destruidos. 

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