Unos 25 “dreamers” de México, Colombia y Perú así como familiares de más de 100 “dreamers”, incluyendo 40 niños, se entregaron este lunes a oficiales de Aduanas y Protección Fronteriza en San Diego para pedir por una reforma migratoria y presionar al gobierno estadounidense para que ofrezca una salida a los que fueron deportados o forzados a dejar el país.
El activista Hugo Castro de Ángeles sin Fronteras, una organización civil que coordina la entrega junto con otros organismos humanitarios, dijo que los “dreamers” son en su mayoría jóvenes estudiantes que cruzaron la frontera con sus familias y vivieron sin papeles durante años en Estados Unidos, donde crecieron y estudiaron. Sin embargo, fueron deportados o tuvieron que regresar a sus países por diversos motivos.
“El propósito es verse beneficiados por la reforma migratoria, luchar por una verdadera reforma y que la gente se dé cuenta del dolor que han sufrido las familias por las repatriaciones que el gobierno de Estados Unidos ha hecho”, dijo Castro.
Según el diario Frontera, unas 146 personas -entre ellos 40 niños y familiares de otros “dreamers”- acudieron a los centros de detención junto con el apoyo de organismos que abogan por los derechos de los migrantes, agregó, para que puedan salir pronto y busquen que las leyes migratorias sean flexibles con ellos.
Después de ocho meses de separación María Inés Peniche Vargas logró reunirse el domingo con sus padres, aunque el encuentro fue a través de las rejas que separan la frontera entre San Diego y Tijuana.
“Estuvimos muy emocionados”, dijo Peniche, de 23 años, quien regresó en julio a Estados Unidos, donde pidió asilo. “Las rejas están cubiertas por una malla muy pequeña, pero pudimos tocarnos los deditos. Ahora sólo nos queda esperar”.
Los padres de Peniche esperan seguir los pasos de su hija que vive en Boston, donde la familia residió por 11 años hasta 2012 cuando volvieron a México. Junto con el resto de los “dreamers” – personas que fueron llevadas ilegalmente a Estados Unidos siendo niños-, los Peniche Vargas planean cruzar la frontera hoy lunes y pedir asilo en el puesto fronterizo de San Ysidro, en San Diego.
La acción forma parte de una campaña para reunificar a familias separadas porque algunos de sus miembros fueron deportados o forzados a salir del país. El encuentro en la frontera en San Diego y Tijuana del domingo fue el preámbulo para el evento del lunes.
Entre los que buscan regresar figuran personas que fueron deportadas después de haber sido arrestadas en la calle por conducir sin licencia o en estaciones de autobuses y redadas. También hay otros que regresaron a México cansados de vivir con miedo y sin permiso legal para residir en territorio estadounidense. La mayoría son familias acompañadas de niños, a diferencia de las acciones de julio y septiembre que trajeron de regreso sólo a jóvenes que crecieron en Estados Unidos.
Con este acto, los activistas buscan llamar la atención del gobierno sobre las familias quebradas a causa de las deportaciones. Según la agencia federal de Inmigración y Aduanas (ICE, por sus siglas en inglés) el gobierno de Barack Obama ha deportado cerca de dos millones de personas entre 2009 y 2013.
“El clima político no es propicio para una reforma migratoria”, dijo en conversación telefónica Mohammad Abdollahi, cofundador de la Alianza Nacional de Jóvenes Inmigrantes. “Por eso, hemos puesto el acento en las familias”.
Agregó que “todos los que hicieron su casa aquí y tuvieron que salir, deben poder regresar a casa”.
Fuente: AP y Frontera