Seguramente el 2013 será recordado en la historia nacional como el año de las reformas. Aquella frase del Presidente Enrique Peña Nieto (EPN) al llegar a sus primeros cien días de gobierno: “No vengo a administrar sino a transformar el país”, parece que condenó el rumbo del país y también desató el descontento social.
Por Noé Alí Sánchez Navarro
Como estaba previsto, la reforma fiscal o hacendaria, como la ha llamado el presidente, ha generado más rechazo que la misma reforma educativa, quizá porque más allá de afectar a la clase media del país, ha terminado por rozar los intereses de un sector que parecía intocable: los empresarios.
Una de las regiones más afectadas por la reforma fiscal sin duda es toda la zona fronteriza con Estados Unidos, la homologación en la aplicación del impuesto con el resto del país que pasaría del 11% al 16%, pone en riesgo el equilibrio y prosperidad de esta región.
Para académicos, expertos y ciudadanos de la frontera, el peligro de esta reforma para la vida fronteriza recae en la inminente posibilidad del aumento de precio en los servicios, la fuga de empresas extranjeras a otras partes del mundo, reducción de salarios, y seguramente el aumento de compras en los Estados Unidos, que traería consigo la informalidad e ilegalidad.
A finales de la década de los sesenta se estableció el proyecto de la Industria Maquiladora de Exportación en México, el objetivo era ofrecer una fuente de empleo que elevara la calidad de vida de los fronterizos y así evitar que éstos emigraran hacia el vecino país.
Aunque el proyecto de la maquiladora era temporal se establecieron diversas empresas de este tipo en las ciudades fronterizas más importantes, uno de los factores que atrajo más inversión fue la cantidad de mano de obra y lo barato de ésta.
Ciudad Juárez es una ciudad que se ha construido y forjado en base a la Maquiladora, la mayor parte de su vida productiva depende de la inversión extranjera y de lo que ahí se produce y se vende en otras partes del mundo, nos guste o no, la maquiladora es el oxígeno de esa ciudad.
Esta reforma afectará directamente a la maquiladora, y por ende a los trabajadores, mismos que verían disminuidos sus ingresos hasta en un 40%. Imagínese usted lo que significa para la vida de la cuidad y las familias si somos consientes de que un gran sector de la población se dedica a esto, la reforma amenaza con asfixiar a la frontera.
Desde hace años se había planteado la posibilidad de hacer de Ciudad Juárez una zona franca, es decir, un área cuyo principal objetivo fuera promover el progreso a través de la producción de bienes y servicios destinados al mercado extranjero. Aplicando un régimen especial en materia aduanera, de comercio exterior e inversión de capitales, y que así los bienes o materiales provenientes de otros países no fueran considerados de importación.
Durante su campaña presidencial, Enrique Peña Nieto visitó Ciudad Juárez, era el primero de abril de 2012, en ese mitin el entonces candidato se comprometió a dos cosas, darle un trato preferente a Juárez en el régimen fiscal y la construcción de academias regionales de policías, tal como lo hizo durante toda la campaña, ante notario público y dejando su firma en un enorme pedazo de papel.
Aquel domingo de abril Enrique Peña dijo: “Mi compromiso es para que México crezca tres veces más de lo que hasta hoy ha crecido, y que para fortalecer realmente el mercado y la capacidad de exportación de Ciudad Juárez, y generar empleo, necesitamos darle un trato de excepción dentro del régimen fiscal, ese es mi compromiso y lo voy a construir al lado de ustedes”.
A días de llegar a su primer año de gobierno y lejos de cumplir aquella promesa que se dio al calor del encuentro con una ciudadanía ilusionada con el cambio, Peña le mintió a Ciudad Juárez, es más, el presidente ni siquiera ha pisado esa ciudad desde aquel día de abril.
La zona franca para Ciudad Juárez, sólo fue una estrategia, un trampolín y nada más. Peña Nieto no sólo faltó a su palabra con una de las ciudades mas devastadas por la inseguridad y violencia en los últimos años, sino que además de eso le dio una bofetada a los juarenses con la homologación del IVA.
ara nadie es una novedad que Ciudad Juárez ha despertado el interés nacional sólo cuando se habla de violencia e inseguridad, hay que recordar que la ciudad saltó a la escena internacional a raíz de los asesinatos de mujeres, pero fuera de eso se encuentra en el olvido. Un ejemplo es el último plan nacional implementado para favorecer a la ciudad, fue: ¨Todos somos Juárez¨, un programa para combatir la violencia y que al concluir la pasada administración la ciudad volvió a quedar donde mismo, lejos.
El centralismo ha terminado por dejar en el olvido a la ciudad, los del centro ven a la frontera más cerca de los Estados Unidos que como parte de México. Juárez está sola, ni sus mismos representantes en el congreso fueron capaces de oponerse a la reforma, la dejaron pasar y listo.
Esta ciudad es una maqueta de lo que pasa en México, las reformas nos han dividido, polarizado y han puesto en conflicto. La Reforma hacendaria es un golpe para todos los niveles, le pega por igual a ricos y a pobres, a empresarios y trabajadores.
Para el gobierno es una reforma con sentido social y una puerta al desarrollo, mientras que para la sociedad, los que trabajan y pagan impuestos, es el último escalón antes del precipicio.
Créame, si en México cobráramos impuestos por cada mentira que los políticos dicen en campaña, en vez de hacerlo por adquirir una mascota, nos iría mucho mejor.
Blog de Noé Alí Sanz: Carrusel
Twitter: @noesanz
Fuente: Radio Nederland