Tres sicarios del Cártel de los Zetas se declararon culpables ante una Corte estadounidense del asesinato del agente Jaime Zapata en febrero de 2011, informó ayer un comunicado del Departamento de Justicia.
Entre ellos está Julián Zapata Espinoza, alias “Piolín”, de 32 años. Otros dos pistoleros, Ruben Darío Venegas, “Catracho” (de 25 años) y José Ismael Nava Villagrán, “Cacho” (de 30) lo hicieron respectivamente en 2011 y 2012, y su confesión fue divulgada tras el fin del secreto del sumario, indicó el comunicado.
Un cuarto acusado, Francisco Carbajal “Dálmata” (de 38) se declaró culpable de colaborar en el asesinato de Zapata y en el intento de asesinato de otro agente, Victor Ávila.
Los dos funcionarios de la agencia de Inmigración y Aduanas estadounidense (ICE) viajaban a bordo de una camioneta blindada en las afueras de San Luis Potosí (norte) el 15 de febrero de 2011, cuando fueron localizados y perseguidos por el grupo de sicarios que comandaba “Piolín”.
Tras bloquear el vehículo de los agentes, los sicarios les dispararon, provocando la muerte de Zapata y heridas graves a Ávila. Los sicarios fueron detenidos días después por las autoridades mexicanas y extraditados a Estados Unidos.