En respuesta a las más recientes sanciones que Estados Unidos aplicó en su contra, Rusia expulsó este viernes a 10 diplomáticos estadunidenses –como no podía ser de otra manera por el principio de reciprocidad– y recomendó al embajador John Sullivan viajar a Washington para celebrar consultas con su gobierno respecto a qué tipo de relación quiere con Moscú.
El presidente Vladimir Putin reunió al Consejo de Seguridad para analizar qué respuesta debía dar el Kremlin y, tras evaluar lo dicho por el presidente Joe Biden sobre su intención de mantener con Rusia relaciones “estables, constructivas y predecibles”, se optó por no empeorar más las cosas al tiempo de contestar de modo simétrico a la expulsión de 10 diplomáticos rusos.
Se ordenó al asesor de política exterior de Putin, Yuri Ushakov, convocar al embajador Sullivan y sugerirle de modo amistoso, pero enfático, que viaje a Washington para celebrar consultas. En otras palabras, que haga lo mismo que hizo su colega ruso, Anatoli Antonov, que vino a consultas a Moscú cuando Biden, en una reciente entrevista de televisión, asintió que Putin era “un asesino”.
Ushakov hizo del conocimiento de Sullivan que a la brevedad se darán a conocer los nombres de ocho estadunidenses, altos funcionarios actuales o retirados, que tendrán prohibido entrar a Rusia como respuesta simétrica a los funcionarios rusos incluidos el pasado mes en una “lista negra” por Washington.
El asesor de Putin también comunicó al embajador de Estados Unidos los nombres de los diplomáticos que deben abandonar Rusia y le anunció que, si Estados Unidos “no muestra sentido común y abandona su política de confrontación, tendrá que reducir su personal diplomático hasta 300 funcionarios”, según asienta un comunicado del ministerio de Relaciones Exteriores ruso.
La cancillería especifica que actualmente no hay paridad porque en el total de 455 diplomáticos rusos en Estados Unidos, el Departamento de Estado incluye a 155 que prestan servicios en la misión permanente ante la ONU, mientras la embajada estadunidense en Moscú además puede contratar a quien se le antoje como personal local, con lo cual “deja a sus diplomáticos más tiempo libre para ocuparse de lo que más les interesa: entremeterse en nuestros asuntos internos”.
A partir de ahora, la embajada de Estados Unidos no podrá contratar ciudadanos de otros países para realizar labores administrativas y técnicas.
Asimismo, Rusia ya no permitirá la llegada incontrolada de ciudadanos estadunidenses con pasaporte diplomático para estancias de corta duración, práctica usual para compensar la reducción de personal diplomático producto de otras crisis bilaterales. Sólo se va a autorizar 10 visados de este tipo al año con base en la reciprocidad.
Moscú suspende también el memorando bilateral de 1992, que permitía a diplomáticos estadunidenses desplazarse con ciertas reglas por el territorio ruso.
En cuanto a posibles respuestas por las sanciones financieras, correspondió al canciller Serguei Lavrov explicar a la prensa: “Nosotros, por razones de todos conocidas, no tenemos recursos de esa envergadura para ejercer presión a Estados Unidos, pero nuestros especialistas consideran que la economía rusa podrá soportar sin problemas las últimas restricciones. También creo que así será”.
Fuente: La Jornada