Igual que en el caso Narvarte, las autoridades capitalinas vuelven a entramparse con la investigación de la muerte de la modelo colombiana Stephanie Magón. Y es que en menos de 24 horas, el crimen de la mujer pasó de feminicidio a presunto accidente.
Primero, el presidente del Tribunal de Justicia de esta capital, José Elías Azar, afirmó que, con base en la necropsia practicada al cadáver Stephanie fue “intencionalmente asesinada a golpes”.
Ayer, la Procuraduría General de Justicia capitalina emitió una tarjeta informativa en la que afirmó que las heridas encontradas en el cadáver de la joven de 23 años fueron “consecuencia de una precipitación”.
La afirmación contradice lo que ayer declaró el presidente del Tribunal Superior de Justicia, Édgar Elías Azar, en el sentido de que a la mujer “intencionalmente la mataron a golpes”.
La PGJ detalló hoy que la conclusión de la caída es “derivado de la necropsia y del análisis que desde el primer momento se hizo del procesamiento del lugar de la investigación, así como de las lesiones encontradas y que están agregadas en el dictamen de criminalística”.
La dependencia que dirige Rodolfo Ríos Garza destacó que “no hay evidencia de huellas de lucha, defensa, forcejeo y/o sometimiento” en el cuerpo de la joven.
Agregó que ha tomado “más de 10 entrevistas a varias personas” y hecho diligencias ministeriales. Además el martes pasado, bajo la orden de un juez de control, hizo un cateo en el último piso del edificio número 20 de la calle Miami, en la colonia Nápoles, con el que corroboró que Stephanie vivía ahí. Según la PGJ, la diligencia se realizó en presencia de personal de la Embajada de Colombia.
La Procuraduría dijo que una vez iniciada la carpeta de investigación, dio intervención “inmediata” a la Coordinación de Servicios Periciales en especialidades como Fotografía, Criminalística, Química, Genética, y Medicina, entre otras, “aplicando inmediatamente, el protocolo de Feminicidios”.
Incluso, destacó la “completa coordinación” con personal de la Embajada de Colombia en México con el que realiza las acciones para atender a las víctimas indirectas del caso y entregar el cuerpo y las pertenencias de la joven a su familia, que radica en la ciudad de Cali.
En la tarjeta informativa, la PGJ enfatizó en que su labor es “investigar, corroborar y establecer la manera de cómo se pudieron haber provocado dichas lesiones y la mecánica de los hechos, a través de los resultados científicos que arrojen las intervenciones periciales”.
Elías Azar se desdice
Esta última declaración adquiere relevancia debido a que ayer por la mañana el presidente del Tribunal Superior de Justicia de la Ciudad de México, Édgar Elías Azar descartó que la muerte de Stephanie Magón haya sido un accidente:
“Traía fracturas en mandíbula, desprendimiento de dientes, golpes contundentes mortales, costillas rotas, en fin, venía muy golpeada. Son golpes proferidos, o sea, intencionalmente la mataron a golpes”, aseguró.
En entrevista con la prensa dijo que según los resultados de la necropsia, la joven de 23 años no murió a causa de una caída accidental desde la azotea de su domicilio, sino que fue víctima de una “severa golpiza” y de “violencia extrema” que le causó la muerte antes de caer.
Sin embargo, por la tarde, en un acto poco común del mismo Tribunal, y a nombre del Instituto de Ciencias Forenses (Incifo), contradijo la afirmación que Elías Azar dio horas antes.
En una tarjeta informativa, aseguró que en la necropsia practicada a la modelo colombiana el domingo 31, el médico a cargo asentó que “el fallecimiento ocurrió por diversas alteraciones viscerales y tisulares, causadas en los órganos interesados por conjunto de traumatismos que se clasificaron de mortales”.
Añadió que, según la descripción, “el cadáver presenta múltiples traumatismos de tipo equimótico y esciriativo, en diferentes partes del cuerpo, herida por contusión y fractura de la mandíbula, lo que indica que muy probablemente son producto de una precipitación”.
Fuente: Apro