Este lunes una noticia sobre dopaje deportivo recorre los medios: la Agencia Mundial Antidopaje (WADA, en inglés) incluyó en su lista de sustancias prohíbidas al argón y el xenón, dos gases nobles que son utilizados, entre otras cosas, en la elaboración de lámparas y bombillas.
Pero allí no se detiene el anuncio: en una nueva misión, los expertos de la WADA tienen que encontrar la manera de detectar el uso de estos dos gases por parte de los atletas, por que hasta ahora no existe un método efectivo para hacerlo.
La decisión llega después de la preocupación generada por sendos informes de que deportistas estaban inhalando esos “gases nobles” para propiciar la generación de glóbulos rojos.
Pero pese a que se encuentra en fase de desarrollo, una prueba que lo detecte todavía no está lista, según reconoce la WADA.
Premio innoble
La idea de doparse con unos gases más asociados con las bombillas o la anestesia puede parecer extraña, pero la WADA cree que hay suficientes pruebas de que mejora el rendimiento de los deportistas como para prohibirlo.
Este año, reportes de prensa señalaron a los atletas rusos como usuarios de estos gases durante muchos años con la idea de mejorar su rendimiento antes de las competencias internacionales.
De hecho, la compañía que desarrolló las técnicas necesarias para ayudar a los atletas aspirando xenón tiene una especie de reconocimiento del Comité Olímpico Ruso por “la organización y ejecución de los remedios de inhalación”.
Pero, ¿cómo el xenón puede mejorar el rendimiento?
Se cree que inhalar xenón mezclado con oxígeno mejora el rendimiento porque incrementa la producción de una proteína conocida como “factor de hipoxia inducible 1” o HIF1.
La proteína estimula la producción natural de eritoproyetina (EPO), hormona que regula el número de glóbulos rojos en la sangre, los encargados de transportar oxígeno a los músculos. Cuantos más tenga el atleta, mayor será su resistencia.
El dopaje con EPO artificial ha sido una de las principales amenazas a la integridad del deporte en los últimos 20 años.
El desarrollo de métodos de detección cada vez más sofisticados ha llevado a los científicos del deporte a desarrollar otros métodos, como el uso de xenón y argón.
Este año, el comité ejecutivo de la WADA decidió prohibir los dos gases, que se utilizan para la fabricación de flashes, lámparas y algunas veces para anestesiar pacientes antes de una operación médica.
“Hemos tenido serios reportes del uso de xenón”, le dijo a la BBC Olivier Rabin, director científico de la WADA.
“Creemos que se ha usado en la preparación de algunos deportistas para los eventos más importantes a nivel mundial”.
Ahora que están prohibidos, la agencia necesita unas pruebas efectivas para detectarlos. Pero eso no es una tarea sencilla.
Además de estar presente en el aire que respiramos, aunque en cantidades diminutas, el xenón es también un anestésico usado por médicos de muchos países.
“Hemos tenido serios reportes del uso de xenón. Creemos que se ha usado en la preparación de algunos deportistas para los eventos más importantes a nivel mundial“
Olivier Rabin, director científico de la WADA.
Rabin dice que los científicos de la WADA están cerca de desarrollar una prueba directa para el gas.
“Tenemos unos resultados preliminares que indican que la detección no es el problema, pero necesitamos que la prueba sea sólida en el contexto de la lucha contra el dopaje y estar seguros de que los resultados serán aceptados ante los tribunales”, explica.
Validar la prueba al nivel de que pueda servir en el Tribunal de Arbitraje Deportivo no es fácil. Rabin no está seguro si estará lista antes de final de año.
“No puedo dar una fecha específica, normalmente no lo hacemos. Lo que puedo asegurar es que la ciencia es muy sólida y ahora que los gases están en la lista de sustancias prohibidas, haremos todo lo posible para que los métodos de detección estén disponibles lo antes posible”.
Otros investigadores, sin embargo, no están convencidos de que una prueba fiable pueda estar lista pronto.
Además cuestionan por qué la WADA prohíbe el xenón y el argón, pero permite las máscaras de oxígeno o las cámaras de hipoxia que imitan los efectos de dormir en altitud que produce los mismos resultados en la sangre.
“El argumento se basa en hechos falsos”, comenta Ben Koh, médico y antiguo atleta, especialista en medicina deportiva.
“Lo que están haciendo algunos atletas de élite es un proceso artificial, que implica las cámaras de hipoxia antes de la competición. Es artificial y no es diferente del xenón”.
Beneficios colaterales
Según la WADA, los gases ahora prohibidos pueden dañar la salud de los deportistas si usan grandes cantidades.
Y esa es otra razón para su prohibición, junto a que mejoran su rendimiento.
Pero Koh rechaza el argumento.
“Diría que el xenón es incluso más seguro que las tiendas de hipoxia, en términos de fallos cardiacos, problemas para el oído y los pulmones, los riesgos de esas cámaras están bien documentados, y por el otro lado, según la literatura científica, el gas xenón parece bastante seguro”.
Hay una posibilidad de que la WADA posea información de que el xenón pueda tener otros efectos en mejorar el rendimiento de los atletas más allá del aumento de la resistencia.
“La preocupación es que haya un beneficio secundario que no se deba a la HIF1 y eso me parece bastante posible”, comenta el doctor Chris Cooper, de la Universidad de Essex (Inglaterra), investigador de la ciencia del dopaje.
“Me sorprende que el efecto en pruebas en animales se deba al incremento del hematocrito, debe haber algo más ocurriendo”.
Sobre qué pasaría si otros gases también inertes como el kriptón también demostraran un efecto similar, Rabin responde: “Xenón y argón son los únicos ejemplos, no es una lista cerrada como tenemos para las drogas, se trata de cualquier gas que active la producción de HIF1”.
¿Así que nada de superatletas a base de kriptón? “¡Absolutamente no!”.
Fuente: BBC