Ante la salida de la “compañía zapatista aerotransportada” denominada La Extemporánea, el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM) detuvo sus actividades por un momento. Viajeros y empleados observaban con atención el contingente con quienes algunos compartirían vuelo momentos después.
Sin su acostumbrado pasamontañas, para cumplir con los requerimientos de seguridad de la terminal aérea, usaban cubrebocas, caretas sanitarias y gorras.
Se trata de los 177 delegados que viajaron ayer en un primer vuelo a mediodía y otro por la noche con destino a Viena, Austria, previa escala en Madrid, con la finalidad “de dialogar, de escuchar, de proponer” con distintas organizaciones que los invitaron al viejo continente.
El primer grupo, conformado por hombres, mujeres y algunos niños del colectivo “juego y travesura”, cruzaron el filtro de seguridad con lentitud a las 8 de la mañana ante el personal que tardó en la revisión de los más de 80 zapatistas con pasaporte en mano, entre ellos el subcomandante Moisés.
Más tarde el trámite fue más ágil, sólo tomó 10 minutos a todo el grupo pasar el primer filtro y llegar a las bandas de seguridad.
Otomíes que ocupan el inmueble del Instituto Nacional de los Pueblos Indígenas organizaron la despedida con pancartas y lonas en las que deseaban suerte a los viajeros.
“Acuden a escucharlos a ellos, a ellas y a nosotros también; llevan nuestra semilla para seguir en esta lucha por la vida, es defender nuestra madre tierra, es ir a compartir las luchas y compartir nuestros dolores y también mirar que hay un mundo posible. También, desgraciadamente tenemos mucha violencia, han desaparecido compañeros por defender la vida, a nuestra madre tierra”, explicó Isabel, delegada de la comunidad otomí.
No es el primer grupo que viaja a Europa. Apenas el sábado pasado regresó la delegación marítima denominada Escuadrón 421 que viajó en barco y permaneció dos meses y medio en ese continente.
Fuente: La Jornada