Por Jorge Sánchez
Se requiere mucho valor para ser periodista o activista en México. Mi padre, Moisés Sánchez, era los dos. Parecía que nada lo intimidaba.
Siempre exhibía la mala administración del alcalde de Medellín así como del gobernador de Veracruz.
Lo publicaba en su periódico y se manifestaba frente al palacio municipal y estatal. Ejercer este derecho le constaría la vida.
El 2 de enero de 2015: Faltaban poco para las 7 de la noche cuando más de nueve sujetos fuertemente armados irrumpieron en su casa. Buscaban lo que tenía documentado. Se llevaron su cámara, tablet, laptop y lo más importante: se lo llevaron a él; mi padre.
La noticia nos sumergió en la angustia de no saber a dónde se lo habían llevado. Y también de conocer las atrocidades que los criminales cometen con los secuestrados en México.
La angustia se convierte en indignación
A dos cuadras se encontraba la policía cuando se llevaron a mi padre, el convoy pasó frente a ellos. A pesar de esto tardaron más de 20 minutos en atender el llamado de auxilio.
Al darme cuenta de que los policías estaban involucrados, decidí llamar a los compañeros periodistas de mi padre.
No podían creerlo y mucho menos permitirlo. Pronto el miedo se convirtió en indignación y la noticia circuló en todos los medios.
¿Un alcalde incompetente o asesino?
“Tú me has mandado a agredir, ¿recuerdas? He recibido agresiones de tu parte,” le reclamó mi padre al alcalde de Medellín, Omar Cruz Reyes, una vez en una manifestación.
Dos días antes de la sustracción, Moisés nos había advertido que Reyes pensaba “darle un susto” por sus publicaciones.
Meses antes, también le informaron que el gobernador había reclamado al alcalde por no haber hecho callar al periodista.
Pronto Reyes se convirtió en el principal sospechoso de la desaparición forzada de mi padre.
La Procuraduría General de Veracruz simula buscar a Moisés
Tras nueve días del secuestro, no habían solicitado los videos de las cámaras de seguridad. Lo hicieron sólo después de que renombradas organizaciones por la libertad de expresión tomaron el caso.
Pasaron 25 días y mi padre no aparecía.
Cada vez que revisábamos el expediente de la Procuraduría nos dábamos cuenta de que no buscaban a Moisés.
Recordé lo que mi padre tanto me decía: “Las autoridades sólo trabajan cuando se les exhibe en los medios.”
Fue entonces que el procurador de Veracruz replicó en los noticieros: “Estamos a horas de resolver el caso y encontrar a Moisés”.
Y nada.
Seis meses de impunidad
El alcalde huyó de la justicia días después del secuestro. Sólo uno de los más de nueve implicados está detenido junto con tres policías municipales, que posiblemente saldrán libres en unos días.
El comandante de la policía Ramón Vela nunca fue investigado, ni los oficiales estatales que no respondieron al llamado de auxilio.
A los dos meses del secuestro de mi padre, se tenían fotos de cuatro de los implicados, pero éstas misteriosamente se perdieron en la fiscalía de Veracruz y no se ha hecho nada por recuperarlas.
AJ+ habla con Jorge sobre su lucha por descubrir qué pasó con su padre:
Moisés Sánchez, tu periodismo sigue vivo
Durante mi infancia vivíamos en una casa humilde que mi padre construyó con lonas y láminas de cartón. Nuestras puertas eran de sábanas y el piso de tierra. Él me enseñó el valor de trabajar de todo y sentirme orgulloso de ganarme el pan cada día.
El fallecimiento de un ser amado desgarra el alma. Y más ver el cuerpo de tu padre con las huellas de la brutalidad de sus asesinos.
Siempre le preguntábamos: “¿Por qué publicas? ¿No tienes miedo que te maten como a otros periodistas?”
En su respuesta se encuentra la sencillez.
Es un balde de agua fría contra la indiferencia y desnuda la esencia de su pasión: “Vivir con miedo no es una opción.”
Fuente: AJ+ Español