Un militar que estuvo adscrito a las áreas de contrainteligencia del Ejército acusó al coronel Raúl Castro Aparicio de haberle fabricado una acusación y enviarlo a la cárcel cuando descubrió que el batallón que estaba a cargo del mando en Chihuahua tenía vínculos con el Cártel de Sinaloa.
Estos hechos habrían ocurrido en 2012, cuando Castro Aparicio era jefe de 66 Batallón de Infantería en Delicias, Chihuahua, mando en el que fue relevado para después dirigir el 102 Batallón de Infantería en el Estado de México, responsable de la matanza en Tlatlaya.
El teniente de infantería Alejandro Albavera Ortega fue designado el 16 de agosto de 2012 como Comandante de la Base de Operaciones “Austria 6” en el poblado de Puerto Rodríguez, en el municipio chihuahuense de Guadalupe y Calvo.
Antes había estado asignado al área de Contrainteligencia en la 18 Zona Militar, en Pachuca, y en la Jefatura Regional de Contrainteligencia en la Primera Región Militar, en Ciudad de México.
Al llegar a su nueva comisión en Chihuahua se percató que el capitán segundo de infantería Ausencio Vivaldo Hernández, el hombre de confianza de Castro Aparicio, le daba clases de manejo de armas de fuego a civiles presuntamente relacionados con el Cártel de Sinaloa.
“Asimismo en una ocasión me mandaron a dar protección a un baile amenizado por el grupo musical ‘Primavera’ que se celebró en el municipio de Satevo, donde se encontraban muchos civiles de dudosa honestidad y con mucho poder económico”, declaró ante las autoridades judiciales.
El oficial dijo que cuando se percató de la conducta de los integrantes del batallón se lo hizo saber a Castro Aparicio.
“Me contestó ‘que no me anduviera metiendo en problemas, que dejara de andar husmeando donde no debía porque ya no estaba trabajando en inteligencia militar’ y a partir de ese momento se me empezó a acosar en mi servicio, hostigándome en todo momento”, sostuvo.
El teniente Albavera fue condenado a 15 años de prisión y al pago de una multa de 6 mil 476 pesos. Hace algunas semanas perdió el amparo contra su condena en instancia definitiva.
Fuente: Reforma
